Mismo súper igual producto: el isleño paga hasta medio euro más que un peninsular

CANARIAS7 ha comparado los precios de algunos alimentos de la cesta de la compra en un supermercado de las islas con los que ofrece esa misma enseña en una ciudad de la península. Para ello se han elegido productos de fabricante, es decir, marcas tradicionales como Fontaneda, Cola Cao, Barilla, Orlando, Saimaza, Font Vella o Albo, entre otras, que en muchos establecimientos de las islas es difícil encontrar precisamente por un diferencial que no los hace competitivos.

Aunque hay excepciones -todo hay que decirlo- da la casualidad que los productos que tienen un 15% de Aiem son los que sufren un mayor diferencial con respecto a los precios de la península mientras que aquellos que carecen de arancel se encuentran más baratos en las islas que en el supermercado tomado como referencia en la península. Es el caso del azúcar, que no tiene Aiem: el paquete de un kilo de la marca Azucarera tiene un precio en el archipiélago de 1,26 euros mientras que en el mismo súper de la península cuesta 1,40. La diferencia en este caso, a favor de las islas que tienen un precio más bajo, se llama REA (Régimen Específico de Abastecimiento). Otra figura del REF canario dotada de 80 millones de euros al año y que se reparten entre industriales (para ayudarles a financiar la materia prima), ganaderos (para cubrir parte de la alimentación de sus animales) y consumidores (con ayudas a algunos alimentos de la cesta de la compra como el azúcar).

La diferencia de precio a favor de la península puede alcanzar casi los 50 céntimos como es el caso de un bote de ColaCao de 760 gramos. En el supermercado peninsular este producto, que está gravado con un 15% de Aiem, cuesta 5,69 euros; en las islas el precio es de 6,10.

El diferencial de los precios se acusa además si tenemos en cuenta que la comunidad en la que se ubica el súper consultado en la península tiene una renta per cápita de casi 24.000 euros y un sueldo medio a la cabeza del Estado, de más de 1.600 euros, según el informe anual de Adecco de 2021.

Los ciudadanos de las islas, por su parte, soportan precios más elevados con una renta per cápita de 18.990 euros y un sueldo medio a la cola del Estado, con 1.416 euros.

El agua Font Vella, por ejemplo, la botella de litro y medio cuesta en la península 0,73 euros y en Canarias, con un Aiem del 5%, paga 0,95. Los mismos huevos están en el archipiélago a 3,39 y cuestan en península, 2,31 euros, casi un euro de diferencia. Su Aiem es también del 15%. Y la lista sigue: las galletas María Fontaneda, el paquete de 800 gramos, está en península a 2,95, precio que llega hasta los 3,30 euros en el archipiélago. Su Aiem es del 10%. El paquete de 500 gramos de macarrones Barilla, con un Aiem del 15%, tiene un precio en las islas de 2,15; en la península cuestan 1,86.

La harina de trigo Gallo se paga en la península, el paquete de medio kilo, a 1,38 euros; en las islas está a 1,69. El paquete de café Saimaza de 500 gramos, con un Aiem del 15%, está en las islas a y en la península se paga a 5,35 euros.

Ante esta situación el consejero de Hacienda del Gobierno de Canarias, Román Rodríguez, culpa a los distribuidores, a las grandes superficies, de elevar los precios para obtener un mayor beneficio. De cara a limitar el alza de precios ha anunciado que presentará una Proposición No de ley en el Parlamento de Canarias para toparlos. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, lo intentó en septiembre del pasado año a nivel nacional y la iniciativa no prosperó.

Díaz mantuvo incluso varios encuentros con los grandes del sector que se opuso a negociar precios en un momento de subida de costes. La distribución consideró inviable el proyecto de la ministra y apuntaron más factible bajar los tipos del IVA sobre los alimentos, como posteriormente hizo el Gobierno de Pedro Sánchez.

La pregunta que muchos sectores empresariales se hacen hoy en el archipiélago es por qué no se utilizan los 225 millones recaudados por el Aiem o el récord de ingresos del IGIC para ayudar a los ciudadanos canarios y abaratar su cesta de la compra con iniciativas como la del IVA en península. En las islas el IGIC está bastante ajustado y hay poco margen de maniobra, pero como apuntan algunos sectores, se pueden buscar alternativas. El debate está servido.