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El arranque en Canarias de la fase cero del plan de desescalada del Gobierno de España -salvo en las islas de La Gomera, El Hierro y La Graciosa que debido a sus buenos datos epidemiológicos han entrado directamente en la fase 1- fue ayer muy tímido. Apenas un 5% de los restaurantes decidió abrir sus puertas. El hecho de que en esta fase solo puedan tener el servicio de comida para llevar desanimó a la mayoría de los locales que entienden que no les compensa. La pérdida de poder adquisitivo de muchas familias hace prever que la demanda no sea suficiente para compensar los gastos de la reapertura.
El comercio minorista registró mejores datos pero la vuelta a la actividad fue muy reducida: solo un 20% de las tiendas abrieron ayer mientras que en el caso de las peluquerías y centros de estética se estima que fueron un 50% las que levantaron la persiana tras cinco semanas, según los datos facilitado por el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) en Canarias, Juan Carlos Arricivita.
Según explica, además de las dudas que existen sobre las medidas necesarias para poner en marcha los negocios, los empresarios prevén que las ventas sean bajas con lo que optan por seguir cerrados. «Están a la espera de lo que sucede co los ERTE y si hay flexibilidad para tomar decisiones», indica.
La previsión es que en la siguiente fase de la desescalada, prevista para el 11 de mayo, se sumen más empresarios aunque, según advierte Arricivita, tampoco va a ser una «gran salida en masa». Entonces se permitirá ya la apertura de terrazas con un 50% de aforo.
En lo que se refiere a la capital grancanaria, las dos principales zonas comerciales, la calle Triana y la Avenida de Mesa y López, presentaban ayer la misma situación: pocos comercios abiertos y prácticamente nada de restaurantes operativos.
El presidente de la Asociación de Empresarios de Triana, Carlos Bethencourt, cifró en un 5% los restaurantes abiertos de más de 80, si bien está previsto que a lo largo de esta semana operen otros 20. En ambas zonas abrieron ópticas, ferreterías, tiendas de telefonía, bancos y peluquerías y nada de textil y moda. «La mayoría de los comercios esperará una semana más a la espera de ver que pasa», indicó Pepi Peinado, presidenta de la Asociación de Mesa y López.
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