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Una fotografía para intentar recomponer las maltrechas relaciones entre el Gobierno y buena parte de las multinacionales españolas con las que La Moncloa no ha tenido precisamente buena sintonía en la última parte de la anterior legislatura, durante el proceso de negociación de la investidura ni en los primeros pasos del actual curso político. Eso es lo que pretendía este miércoles el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aprovechando su presencia en el Foro Davos (Suiza) y, a tenor de los fotogramas, lo ha conseguido.
Más allá de la instantánea, los directivos que acudieron a la llamada de Sánchez lo hicieron para tratar asuntos generales sin adentrarse en las polémicas que han enturbiado sus relaciones: hablaron, sobre todo, de inteligencia artificial, de perspectivas económicas y de la industrialización de Europa. Entre ellos estaban algunos de los ejecutivos más hostiles con el Gobierno de coalición durante el último año: el presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, después de la controversia generada por la empresa tras el traslado de sede social a Países Bajos; o ell consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, muy crítico con el Ejecutivo por su intención de extender el gravamen extraordinario a las energéticas a partir de este año.
Casi todos habían mantenido fricciones más o menos públicas, más o menos contundentes en estos meses, sobre todo a cuenta de la política fiscal del Ejecutivo con las grandes empresas. La presidenta del Banco Santander, Ana Botín; el presidente de BBVA, Carlos Torres; el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán;el consejero delegado de Cepsa, Maarten Wetselaar; y el consejero de Nordex, José Luis Blanco, completaron la lista.
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José María Camarero
También se vio con el presidente de Naturgy, Francisco Reynés, compañía sobre la que Economía estudia la posibilidad de limitar la entrada del fondo BlackRock en su accionariado.Y con el presidente de Telefónica, compañía a la que el Estado quiere acceder con la adquisición de hasta un 10% de su capital a través de la SEPI.
El paso que el Gobierno anunció hace poco más de un mes sobre Telefónica, cuando anticipó su intención de adquirir hasta un 10% del capital de la compañía privatizada por completo hace dos décadas, no será el único que dé el Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez durante esta legislatura en materia económica. La Moncloa tienen la intención de extender ese tipo de intervenciones corporativas a otras compañías españolas que considere estratégicas, como en la operadora. «Espero fortalecer esa cooperación en los próximos años porque tenemos muchos objetivos y desafíos que enfrentar todos juntos», afirmó Sánchez en el Foro Davos en referencia a retos como la transición verde, la transformación digital y la inteligencia artificial.
De hecho, el presidente del Gobierno había insistido en esa idea en una entrevista concedida a Bloomberg –en una jornada maratoniana de encuentros, intervenciones públicas– en la que indicó la importancia de «fortalecer esta relación pública y privada para enfrentar estos desafíos comunes». Así justificó la entrada del Estado en Telefónica, una operación que «forma parte de una estrategia» de más largo alcance. Es decir, habrá más movimientos en este sentido. «La ciberseguridad es muy importante también para las empresas y el Gobierno», remachó. Además de Telefónica, Sánchez puso como ejemplo los planes en Indra.
Este hilo conductor de la intervención pública en una parte del sector privado definió todas sus intervenciones en Davos. De hecho, insistió en esta idea durante su participación en el Foro. «Las politicas neoliberales no funcionan», apuntó. «La opción de recortar el sector público no tiene sentido», insistió. «Cuando colaboramos y estamos unidos tiene más sentido», en referencia al papel del sector público.
Sánchez acudió a Davos escudado por algunos de sus ministros de la rama económica:el recién nombrado titular de Economía, Empresa y Comercio, Carlos Cuerpo;o el de Transformación Digital, José Luis Escrivá. El sucesor de Nadia Calviño al frente de Economía se estrenó en el foro suizo tratando de aportar calma a los inversores mundiales que estos días tienen los ojos puestos en ese punto del planeta.
Cuerpo insistió en que la relación de este Gobierno con las grandes empresas es «muy buena». «En el caso del Ministerio de Economía y de este ministro, desde luego seguimos manteniendo, tanto con las patronales como con las empresas, una relación excelente», subrayó ante los medios de comunicación.
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