El consejo de Banco Sabadell aprueba el regreso de su sede a Cataluña

La decisión del banco vallesano se produce en un momento de menor tensión política con Salvador Illa (PSC) al frente de la Generalitat y en plena opa hostil de BBVA, que ya ha indicado que, aunque respeta el movimiento, este no afectará a las «bondades» de la opa.

Para reflejar el cambio, la cúpula del Sabadell ha modificado sus estatutos sociales. Será efectivo una vez se registre en el Registro Mercantil. Es decir, no será necesario que se apruebe en junta de accionistas.

Banco Sabadell también ha querido hacer un guiño a la Comunidad Valenciana, consciente del malestar que su decisión ha generado en el gobierno de una región que, al fin y al cabo, es su segundo mercado por detrás de Cataluña. La entidad se ha comprometido a «seguir contribuyendo al desarrollo económico y social de Alicante y de toda la Comunidad Valenciana», recordando que el cambio de sede no implica movimientos en la red de oficinas ni en el número de profesionales que allí trabajan.

El consejo también ha aprobado trasladar a Alicante la celebración de la reunión anual de Consejos Consultivos, así como el Premio a la Sostenibilidad Marina que cada año entrega la Fundación Banco Sabadell. Un pequeño gesto que seguramente no servirá para contentar del todo al gobierno de Carlos Mazón, muy crítico con el giro del banco, que también cuenta en la zona con un Centro de Competencias Tecnológicas de Alicante (CCTA), en el que trabajan 300 profesionales de la entidad y da empleo a otras 400 personas de forma indirecta.

«El cambio de domicilio social no tendrá ninguna consecuencia para los clientes, que seguirán teniendo los mismos servicios y operativa, y las mismas personas de referencia para realizar las operaciones y recibir asesoramiento», apuntan desde la entidad. Por parte de los accionistas, el único hecho de trascendencia será el traslado de la celebración de la Junta de Accionistas, que este año ya tendrá lugar en la ciudad de Sabadell.

La decisión de la entidad vallesana tuvo un impacto más bien escaso en la apertura de la Bolsa, sin apenas movimientos en ninguno de los dos valores. Sin embargo, al cierre, BBVA perdía un 0,81% hasta los 10,35 euros, mientras que Banco Sabadell cedió un 0,84% hasta los 2,11 euros.

El mercado lleva tiempo ajustando la prima ofrecida por el banco vasco y, por primera vez desde el lanzamiento de la opa, esa brecha se tornó negativa -aunque por la mínima- al cierre del pasado lunes. Es decir, y aunque ya se ha recuperado, los inversores valoraban en Bolsa a Banco Sabadell a un precio superior al ofrecido por BBVA, lo que apunta a que el mercado considera que el banco vasco debería mejorar dicha oferta.

Aunque desde la entidad de Carlos Torres han quitado relevancia al traslado de la sede, algunos analistas empiezan a apuntar a las complicaciones que el movimiento puede traer a la operación. «Es posible que complique, sí», apuntaba este miércoles el director de renta variable ibérica de Bestinver, Ricardo Seixas.

A juicio de la gestora, el ruido generado obedece más a razones más cercanas al mundo de la política que al de los mercados o a los argumentos que pueda emplear Competencia en su análisis de la oferta de BBVA. Recuerda además el caso de la fusión de CaixaBank y Bankia, «bastante más problemático» en estos términos de competencia y que finalmente salió adelante.

Sin embargo, sí valora la posibilidad de que BBVA tenga que mover ficha. «Hay que leer el movimiento en un tono claramente político», insisten fuentes del sector. Y es que la salida de Sabadell de Cataluña se produjo en un momento muy complejo que dista mucho del actual, con Salvador Illa (PSC) al frente de la Generalitat.

En aquel momento crítico de octubre de 2017, la decisión de Sabadell -y también de CaixaBank- provocó una brusca fuga de depósitos. Y es que no hay que olvidar que el dinero es miedoso por naturaleza. Así que el hecho de que Sabadell vuelva a la región es un claro mensaje de que tener el dinero allí, y también las inversiones, es cien por cien seguro.

A su vez, esto supone un guiño para el empresario catalán, movilizado desde hace tiempo para recuperar su poder de influencia política y económica en el país. Muchos de ellos, además, accionistas de un banco que, pese al cambio de sede, siempre ha llevado por bandera su catalanidad.

A eso hay que sumar que la opa de BBVA debe pasar irremediablemente por el Consejo de Ministros, socialista como también lo es el gobierno catalán. Por eso muchos consideran que, con el movimiento, Oliu se ha garantizado el apoyo político para evitar la opa.