Rafael Dezcallar: «Debemos evitar la demonización de China»
El exembajador de España en China, Alemania y Etiopía analizó en la Cámara de Comercio de Gran Canaria su visión sobre el gigante asiático
El ciclo de conferencias sobre geopolítica organizado por la Cámara de Cámara de Gran Canaria contó este martes con el experimentado diplomático español Rafael Dezcallar, autor del libro 'El ascenso de China. Una mirada a la otra gran potencia' (Deusto). Como en las páginas del ensayo, Dezcallar desgranó ante representantes empresariales, institucionales y académicos la realidad de China, un país siempre enigmático que compite con Estados Unidos por la hegemonía mundial. El gigante asiático en tan sólo cuarenta años ha pasado de la miseria a convertirse en una nación que acapara el 17% del PIB mundial. Con una clase media de 400 millones de personas y más multimillonarios que ningún otro país. Y el mundo, Estados Unidos, Europa y pro supuesto Canarias, miran a China con asombro y «su peculiar receta capitalista-leninista».
Bajo el título 'La rivalidad entre China y Estados Unidos. El papel de Europa', Dezcallar dio pistas de hacia dónde tiene que mirar la economía europea si no quiere perder espacio. El evento fue inaugurado por el presidente de la Cámara de Comercio de Gran Canaria, Luis Padrón, y el director de Relaciones Institucionales de Cajasiete, José Manuel Garrido.
Durante su intervención, Rafael Dezcallar, exembajador de España en China, Alemania y Etiopía, ofreció una completa panorámica para entender la mentalidad de la nación liderada por Xi Jinping. «China está donde está por una secuencia de buenas decisiones», afirmó, destacando la combinación de planificación estratégica, apertura gradual y búsqueda de competitividad, lo que le ha dado un papel crucial en la economía global.
La fortaleza china lo ha llevado a acercase a países en desarrollo, donde, dijo Dezcallar, «no pregunta por derechos humanos ni por corrupción», algo que no le interesa ni en lo que cree el régimen. Así que numerosos países de África, Asia y Sudamérica están plagados de infraestructuras chinas. La influencia allí está en aumento. «En África nadie mira a Europa», cuando que el viejo continente es la principal fuente de ayuda. Pero «Europa no existe» para muchos presidentes africanos.
En este contexto, recordó el diplomático que China «tiene el apoyo de Rusia, aunque entre ambos existe una desconfianza muy profunda». Aliados frente a Ucrania, la Unión Europea y Estados Unidos, esa alianza da alas frente a una creciente rivalidad estructural China-Estados Unidos que va más allá de las dimensiones políticas y que se adentra en temas tecnológicos y estratégicos. Esta pugna por la hegemonía global marcará en gran medida el futuro de las relaciones internacionales, resaltó Dezcallar.
El diplomático insistió en que ambos países están inmersos en una búsqueda de aliados y en una competencia por el liderazgo tecnológico y las materias primas que lo hacen posible –como las tierras raras– ,factores que definirán la dinámica de poder en las próximas décadas.
Asimismo, advirtió que «debemos evitar la demonización de China», ya que hacerlo «supone negarse a entender por qué está tan fuerte». Para Dezcallar, resulta esencial promover el conocimiento mutuo, la cooperación y el diálogo, especialmente en ámbitos globales como el cambio climático o la regulación de la inteligencia artificial, donde «nadie puede avanzar solo».
En relación con el papel de Europa, Rafael Dezcallar realizó un llamamiento a desarrollar una visión estratégica de largo plazo, más allá de los intereses coyunturales. «Las políticas europeas deben entender que los objetivos nacionales deben estar por encima de los ciclos electorales», subrayando la necesidad de construir una Europa más unida y con voz propia frente a los grandes bloques de poder.
Europa, obligada a competir
Europa , obligada a competir «China es un gran país que se siente fuerte y seguro, un adversario para Europa», señaló en su conferencia el exdirector del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y antiguo embajador de España en Estados Unidos, Jorge Dezcallar. Pero si queremos desde Occidente estar al nivel «tenemos que esforzarnos para entender» al país asiático y «defendernos» de ella.
Ahora mismo las materias primas que hacen posible la tecnología relacionada con las comunicaciones, los semiconductores, los vehículos eléctricos y la IA (inteligencia artificial) dan la llave del poder. Y «tenemos que competir en este campo y movilizar recursos».