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La Subdirección General de Sanidad Exterior prohibió, tras una inspección realizada hace al menos dos meses, la entrada de productos congelados de origen no animal procedentes de terceros países en los puertos de Las Palmas.
Esto ocurrió, según la Autoridad Portuaria de Las Palmas, ... debido a un cambio legislativo que, desde esa fecha, obliga a los Puntos de Inspección Fronteriza (PIF) —o Puestos de Control Fronterizo (PCF)— de la provincia a instalar dos cámaras frigoríficas independientes (una para refrigeración y otra para congelación), teniendo que dejar de hacer uso de las cámaras bitémperas con las que habitualmente realizaban el control de estas mercancías. Todo ello ha obligado a algunas empresas a derivar contenedores a otros puertos para poder pasar dicha inspección.
Ante este escenario, la entidad portuaria propuso alquilar un contenedor frío y ubicarlo en el punto de inspección de La Luz, aparte de la cámara de la que ya disponía la instalación, como solución transitoria para poder retomar el servicio en el menor tiempo posible. La medida fue aprobada por el departamento del Ministerio de Sanidad, que le concedió de nuevo la autorización. Sin embargo, Arrecife y Puerto del Rosario están aún pendientes de recuperar este permiso.
Algunas de las empresas importadoras afectadas han decidido alzar la voz y denunciar la situación en la que se vieron envueltas «sin comerlo ni beberlo y sin tener la culpa de nada», tal y como afirma Mario Cruz, director de Alcruz Canarias S.L., y la que, además, continúa generándoles una serie de gastos que, según Cruz, no les corresponden. «Nos está saliendo caro todo esto», confiesa al otro lado del teléfono.
Estos negocios reclaman a Sanidad Exterior una solución definitiva para el puerto de La Luz y de Las Palmas, con la intención de que «no quede solo en un parche», como señala otro de los perjudicados, director de una agencia de aduanas en Arrecife.
Pero, sobre todo, exigen el desbloqueo de Lanzarote y Fuerteventura, donde los contenedores con productos de origen no animal provenientes de países no pertenecientes a la Unión Europea deben ser redirigidos a otros puertos por la imposibilidad de pasar el control en sus propios muelles.
En este sentido, la Autoridad Portuaria planteó, para el caso de Lanzarote, utilizar una cámara de congelación que tiene el puerto de Arrecife y que está sin uso actualmente como alternativa para trabajar con este tipo de mercancía. No obstante, según el organismo público, aunque la gestión se realizó hace poco más de un mes, todavía «no ha recibido respuesta por parte del Ministerio».
La demora preocupa a los perjudicados. «Pasa lo de siempre, solucionan rápido el problema en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria, porque es donde ellos suponen que hacen más daño, pero luego a las islas mal llamadas menores no les hacen ni caso», asegura el director de la agencia de aduanas lanzaroteña. «Hasta que Sanidad dé el visto bueno pueden pasar meses. ¿Qué hacemos nosotros mientras tanto?», dice.
Con respecto a Puerto del Rosario, la entidad portuaria no ha presentado ninguna solución temporal para tratar el veto, como sí que hizo con el puerto de La Luz o el de Arrecife, ya que asegura que éste, por el momento, «no ha trasladado ninguna necesidad».
Al director de Alcruz Canarias S.L. le sentó como un jarrón de agua fría el comunicado que recibió el pasado 7 de febrero por parte de Sanidad Exterior.
En él, se le informaba de que el contenedor de maíz dulce procedente de China que esperaba no pudo pasar la inspección en el puerto de La Luz y de Las Palmas, ya que a la instalación le había sido retirada la autorización para ello, al igual que al aeropuerto de Gran Canaria, tal y como indica el documento. Más tarde se enteró de que el veto se extendía también a los puertos de Lanzarote y Fuerteventura.
Cuando pensaba que no tenía más remedio que trasladar la mercancía a Tenerife para pasar el control, «la presión ejercida por las empresas afectadas y por la Autoridad Portuaria», logró que La Luz recuperara la autorización «más pronto que tarde«.
«Si no, hubiera tenido que buscar una naviera que me lo llevara hasta Tenerife y otra que lo volviera a traer de vuelta a Gran Canaria. Eso me hubiera costado, como mínimo, unos 3.000 euros, aunque igual tuve que pagar por la demora», explica Cruz.
Con otro contenedor, que venía de Egipto, no tuvo la misma suerte y se vio obligado a redirigirlo antes de que desembarcara en Fuerteventura. «Llamé para que lo bajaran del barco y lo mandaran directo a Gran Canaria, porque en Puerto del Rosario sabía que no iba a pasar el control», dice.
Frente a esto, la Autoridad Portuaria baraja como una posible solución a largo plazo el construir una segunda cámara frigorífica en los Puntos de Inspección Fronteriza de los puertos de Las Palmas «cuando haya demanda para tal».
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