El nuevo combustible bajo en azufre encarece un 30% los fletes
Las navieras que operan en Canarias remiten cartas a sus clientes informando de un alza de entre 100 y 150 euros por teu tras la entrada en vigor en enero de la norma IMO 2020. El repunte se trasladará a la cesta de la compra y al consumidor.
El uno de enero de 2020 entrará en vigor la normativa IMO 2020 aprobada por la Organización Marítima Internacional y que obliga a los barcos que utilizan fuel-oil a gastar uno bajo en azufre (quedan al margen los que utilizan gas). El objetivo de la norma es reducir las emisiones de óxido de azufre que suponen un problema para el medio ambiente y la destrucción de la capa de ozono.
La puesta en marcha de la IMO 2020 conllevará, sin embargo, un encarecimiento de los fletes en torno a un 30%, debido a que los combustibles bajos en azufre doblan en precio a los que se vienen utilizando hasta ahora. De un coste por tonelada de unos 200 dólares se pasará a otro de más de 500, aunque las cifras varían según la tipología.
A este coste hay que añadir las inversiones realizadas por las navieras para limpiar los depósitos de los buques y prepararlos para el uso del nuevo combustible bajo en azufre. «El impacto en la cuenta de resultados de las navieras es una barbaridad», indican fuentes cercanas.
Por esta razón, todas las navieras que operan en Canarias: JSV, Boluda, Armas, WEC... han remitido cartas a sus clientes -importadores y distribuidores en su mayoría- comunicando el encarecimiento de los fletes a raíz de la IMO 2020. Las subidas oscilan entre los 100 y y los 150 euros, como apuntan las cartas remitidas. Empezarán a aplicarse progresivamente desde diciembre ya que, aunque la IMO 2020 no se hace efectiva hasta el 1 de enero de 2020, las navieras comenzarán a utilizar el combustible bajo en azufre el próximo mes «para acoplarlo» y llegar al nuevo año «a tiempo y con todo implementado».
Otra opción de las navieras para cumplir con la normativa es colocar en los depósitos de sus barcos los llamados scrubber, una especie de filtro que recoge el azufre que emiten los combustibles pesados cuando se queman y evita que vaya a la atmósfera. Con estos filtros colocados la Organización Marítima Internacional permite seguir usando combustibles pesados. Sin embargo, instalar los scrubber es caro -supera el millón de euros y va en aumento según el tipo de barco-, supone reducir hueco en las bodegas y además, no está garantizado que en un plazo de tiempo haya un nuevo cambio normativo que elimine el uso de combustibles pesados en su totalidad y obligue a los bajos en azufre.