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El teléfono del secretario general de la Asociación de Empresas del Transporte de Mercancías (Asemtra), José Ángel Hernández, no dejó de sonar ayer en todo el día. Los representantes de los distintos sectores productivos de las islas y muchos empresarios a título individual lo llamaban para para saber si finalmente habrá huelga del transporte la semana que viene, en plena campaña de Navidad, o hay posibilidades de una desconvocatoria.
El paro convocado entre los días 20 y 22 de diciembre preocupa mucho porque, aunque inicialmente son tres días, en la práctica afectará a toda la semana debido y parte de la siguiente cuando coincide con las celebraciones de Nochebuena y Nochevieja. Distintas fuentes consultadas estiman que, de celebrarse el paro, unos 1.000 contenedores quedarán tirados en el puerto de Las Palmas, generando un colapso que se sumará al que se viene sufriendo con los retrasos en las llegadas de la carga y en los controles de Aduanas.
Las dos patronales canarias, la CCE y la CEOE, siguen la evolución de un problema que afecta a la totalidad de la economía canaria en plenas navidades, ya que en las islas toda la mercancía entra vía puerto y son los transportistas los encargados de llevarla desde el muelle hasta los almacenes o centros de producción.
Aunque las empresas han tratado de organizarse y adelantar la carga en las semanas previas no es posible adelantarlo todo. El secretario general de Asemtra, José Ángel Hernández, asegura que en las últimas semanas «se ha notado un pico» de trabajo de los transportistas aunque todo no se ha podido adelantar porque las empresas en los últimos años han reducido capacidad de almacenamiento. «No pueden adelantar todo porque para empezar no tienen donde guardarlo y no todo se entrega sobre la marcha», explica Hernández, que señala que muchas veces el puerto actúa como un «depósito diferido» para las cargas.
Dos de los sectores más afectados son la distribución (el comercio) y la industria. Desde la Asociación Canaria de Medianas y Grandes Empresas de la Distribución (Asodiscan), su secretario general, Alfredo Medina, no oculta su preocupación ante las consecuencias que tendrá la huelga si finalmente se celebra. En esta organización están incluidas enseñas como El Corte Inglés, Alcampo, Carrefour, Ikea y Leroy Merlin. «Estamos siguiendo el tema porque nos preocupa mucho. Estamos expectantes a lo que puede ocurrir en la reunión de hoy (por ayer, cuando el Gobierno de España y los transportistas volvieron a reunirse y el encuentro terminó sin avances significativos).
Según indica, los distribuidores han anticipado entregas y aplazado otras en las que había margen «para sacarlo de las fechas del paro». Sin embargo, reconoce que no es posible mover todo y que el paro tendrá impacto. «Solo nosotros movemos 300 contenedores a la semana», dice.
La distribución confía en que en los próximos días haya una cuerdo entre las partes y se desconvoque el paro.
En el mismo sentido se expresa el presidente de los industriales, Virgilio Correa. «Hemos hecho todo lo posible pero con la situación actual, de retrasos generalizados en las llegadas, es difícil adelantarse», indica Correa. El problema en el caso de la industria se agrava porque, como indica, las demoras en el tráfico marítimo en los últimos meses ha provocado que las industrias no tengan el «sobreestocaje» con el que han contado siempre. «La situación es complicada. Ni nos llegará la carga ni podremos servir. Ya hemos avisado a algunos clientes», manifiesta Correa, que confía en que el conflicto se resuelva y no haya paro.
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