PERTE Naval en Canarias

Se ha de recordar que esta es una acción específica, recogida dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) de la economía española, financiado con los fondos europeos aprobados para responder a las consecuencias de la crisis del covid-19 e impulsar una salida más rápida y potente.

Esta iniciativa europea denominada Instrumento Temporal de Recuperación Next Generation EU, fue propuesta por la Comisión Europea el 27 de mayo de 2020 como instrumento especial y especifico, elaborado a una velocidad nunca antes conseguida por las Instituciones de la Unión y lo que fue de mayor importancia: de una magnitud enorme, 750.000 M€ de los que se atribuyeron a España aproximadamente 140.000 M€ y lo que fue aún más extraordinario es que esta habilitación de fondos se hiciera con el aval solidario y la mayor aportación de los países más ricos de la Unión.

El plan se estructuró en dos trienios, el primero de 2021 a 2023 en el que se inició la ejecución utilizando las herramientas y planificaciones preexistentes que estaban alineadas con la PRTR, a la vez que se organizaron e implementaron acciones específicas, poniéndose en marcha procedimientos particularmente diseñados para hacer posible la estrategia acordada y se pudieran desarrollar en el segundo trienio de 2024 a 2026 en el que se ha de encuadrar la aprobación del PERTE naval referido.

La previsión en grandes cifras, planteaba movilizar una inversión total de 1.460 M€, con una contribución del sector público de 310 M€ y 1.150 M€ de inversión privada, con una previsión de incremento de la productividad en torno al 15%, que debería impulsar un crecimiento anual del 9% en el sector, con una contribución a la creación de empleo de cerca de 3.100 personas principalmente en zonas costeras periféricas del Estado.

El pasado 18 de marzo de 2024 (prácticamente dos años después de la aprobación del PERTE), se publicó la resolución definitiva de la concesión de ayudas a las actuaciones de transformación de la cadena de valor industrial del sector naval, que supone la subvención para cuatro Proyectos Tractores de un total de 81.023.372€, con la consecuencia de impulsar la movilización de una cantidad similar de fondos privados, ya que la subvención ha alcanzado el 51,8% del presupuesto del conjunto de los proyectos aprobados.

Hay una evidente diferencia de magnitud entre lo previsto inicialmente y lo aprobado en esta convocatoria, sin embargo, la información de conjunto disponible y el tiempo que aún falta para culminar la ejecución del PERTE naval, no hace posible un análisis de mayor detalle, por lo que se habrá de esperar al cierre de las iniciativas, pero en cualquier caso la tendencia se alinea con la capacidad histórica de ejecución de fondos europeos en España.

El resultado del PERTE en Canarias, se concreta a través de la participación de Astican y Repnaval como astilleros operativos en el archipiélago y los datos serán referidos a las actividades en el PERTE Naval ejecutadas en sus instalaciones en el Puerto de Las Palmas, sabiendo que tanto el grupo Astican como el grupo Zamakona (Repnaval) disponen de astilleros en otras ubicaciones del país.

Las cifras totales de participación de cada uno han sido 957.044€ de subvención (correspondiendo a un gasto previsto de 2,216.666€ para Astican) y 669.684€ de subvención ( correspondiente a un gasto previsto de 1.188.670,03 para Repnaval), que suponen respectivamente el 43 y el 56% de subvención y conjuntamente suponen el 2,6 del total subvencionado y el 2,2 del gasto del PERTE nacional.

Esta participación, en el conjunto nacional significa el 7,4% de los 22,1 M€ que han obtenido los 17 astilleros privados que integran el sector nacional, lo que sin duda es una cifra reseñable, aunque también lo es en sentido contrario: La baja participación de empresas canarias en los 58,9 M€ obtenidos por el conjunto de empresas que no son astilleros y que participan en los proyectos, la participación de éstas empresas son una de las ventajas generadas por el PERTE Naval al poder incorporar tecnologías y enfoques desde otras áreas de especialización a la vez que impulsan el entorno funcional, crítico para la competitividad de los astilleros.

La participación de cada uno de los astilleros locales ha tenido una aproximación distinta: Astican ha tomado parte en cinco Proyectos Primarios distintos, encuadrados en dos Proyectos Tractores, mientras que Repnaval (Grupo Zamakona) participa en tres Proyectos Primarios en un único Proyecto Tractor que lidera. Probablemente esta es la causa del mayor porcentaje de subvención respecto del gasto: 56% para Repnaval del Grupo Zamakona y 43% de Astican.

No es posible referenciar estos resultados al contexto de la participación de las empresas canarias en el resto de los PERTE operativos en el Estado, dado que el conjunto de información disponible es todavía insuficiente.

La dimensión de las inversiones en relación con las actividades de cada astillero, indica con claridad que las mejoras que se han de esperar vendrán derivadas de elementos de valor en los procesos existentes en las tres líneas que la definición propia del PERTE ha establecido: diversificación (innovación en la cadena de valor), digitalización (transformación digital de la cadena) y sostenibilidad (economía circular, eficiencia energética y mejora medioambiental).

Con independencia de la evaluación que ha de hacerse cuando finalice el programa, con toda la información necesaria sobre los objetivos alcanzados, el impacto real sobre el sector y el nivel de adecuación entre los objetivos planteados y resultados conseguidos, sin embargo, actualmente ya hay información y es tiempo de reflexionar sobre los procedimientos y mecanismos como factores determinantes, no solo para conseguir los objetivos (como se podrá valorar en su momento), sino como elemento de estímulo o disuasión de la participación de los actores convocados a desarrollar los distintos PERTEsy en particular el PERTE Naval, lo que también deberá servir de reflexión para los procedimientos ordinarios posteriores a los propios PERTE.

En una época de crisis superpuestas como la sucedida (invasión de Ucrania y COVID 19) y con una abundancia de recursos como nunca antes había sucedido, se ha de entender que el conjunto de reglas y procedimientos ha sido absolutamente disuasorio, lo que ha dificultado cuando no impedido gastar los recursos disponibles, la participación se ha conseguido por el sobreesfuerzo de los participantes, impulsado la mayor parte por empresas e instituciones «entrenadas» en el espacio de las convocatorias de ayudas públicas, apoyados por instituciones y empresas públicas y privadas especializadas, a las que no les ha sido fácil impulsar la participación de «otras» hasta alcanzar la cifra disponible.

Sirva de ejemplo la posibilidad dada en la convocatoria a los participantes, para pedir apoyo específico en forma de préstamo, lo que dadas las circunstancias parecía claramente una oportunidad. La realidad ha sido que 'ninguna' empresa lo solicitó, obviamente no por falta de necesidad, sino porque las condiciones y procedimientos lo han hecho inútil.

Se han de hacer cambios sustanciales en los procedimientos y se ha de apoyar la participación de las empresas con carácter general y en comunidades como Canarias es crítico la aportación de apoyos específicos ligados a las condiciones particulares, si no se quiere renunciar a una participación acorde a las necesidades.