En una sociedad cada vez más globalizada, en la que la abundancia de oferta y la inmediatez parecen relegar lo cercano a un segundo plano, ... es más necesario que nunca reivindicar el valor de las producciones locales. Con este fin, desde el Gobierno de Canarias lanzamos, hace unas semanas, una campaña de concienciación, en colaboración con el grupo Abubukaka, sobre la importancia de apostar por los productos de proximidad y poner de manifiesto las graves consecuencias que puede tener para nuestro entorno el hecho de no hacerlo.
Consumir productos locales no es solo una cuestión de preferencia o identidad, es un acto de responsabilidad económica, social, medioambiental y cultural. Es reconocer el trabajo de nuestros agricultores, ganaderas y pescadores; es contribuir a conformar un sector económico más fuerte y resiliente; cuidar el medio natural que nos define; y preservar una parte fundamental de nuestro patrimonio colectivo.
Las consecuencias de optar por un producto de fuera en lugar de uno de Kilómetro cero van más allá de una simple elección individual. A la larga se debilitan las explotaciones familiares, se abandonan tierras de cultivo, se reduce la actividad pesquera, se pierden empleos en el medio rural y se desdibuja nuestra identidad como pueblo. Además, aumentamos nuestra dependencia de las importaciones, incrementamos la huella de carbono y nos volvemos más vulnerables ante crisis internacionales, frenando cualquier avance hacia la soberanía alimentaria, como ya nos demostró hace un tiempo un pequeño escarabajo detectado a miles de kilómetros, concretamente en Kent, Reino Unido, el cuál llegó a desencadenar una crisis de la papa en nuestro archipiélago. Es un riesgo real, al igual que la lucha de muchas producciones por mantenerse en un mercado cada vez más competitivo y exigente.
Esta iniciativa surgió como una llamada creativa para apelar a la conciencia de los consumidores, un rol en el que todos y todas nos vemos a diario. Una propuesta disruptiva, con una forma de comunicar distinta a la que es habitual en las administraciones para hacernos partícipes de la importancia de defender lo nuestro, ya que el futuro de nuestro sector primario no se decide solo en las políticas públicas, sino también en cada elección de consumo que hacemos.
En este análisis no podemos obviar el actual contexto geopolítico. A los conflicto bélicos y tensiones internacionales que han provocado un incremento de los costes de los insumos en los últimos años, se suma ahora la inquietud generada por el reciente acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur, que el Ejecutivo y agentes del sector hemos venido cuestionando porque facilitará la entrada de productos agrarios y con normativas menos exigentes en materia de calidad y sostenibilidad, poniendo en riesgo la competitividad de nuestras producciones, que ya sufren la competencia desleal de las importaciones de terceros países.
Tampoco podemos olvidar las medidas arancelarias anunciadas recientemente por la administración Trump, las cuales penalizarán la entrada en EEUU de productos europeos, entre ellos los canarios (si nos referimos al ámbito agrario y pesquero, fundamentalmente vinos, pescados y quesos), afectando de manera directa a nuestras exportaciones, lo que nos obliga a mirar hacia nuevos mercados, como el asiático. En este sentido, la semana pasada celebramos una reunión con empresas canarias exportadoras para analizar los efectos y buscar soluciones que amortigüen las consecuencias de esta política estadounidense.
En este marco, el apoyo a nuestros subsectores productivos cobra aún más importancia, por lo que el esfuerzo de nuestros productores debe ir acompañado de acciones decididas que faciliten la comercialización de sus productos y que incrementen su valor añadido en el mercado. Las medidas más directas para la consecución de este fin son las orientadas a reforzar la promoción y la comercialización: el respaldo a los productores para fomentar su participación en ferias de alimentación y otros eventos, la organización de concursos de productos agroalimentarios, el impulso a los sellos de calidad diferenciada (recordemos la reciente inscripción del Aguacate de Canarias en el registro europeo de Indicaciones Geográficas Protegidas y la formalización, esta semana, de la solicitud de tramitación de la IGP Tomate Canario), el incentivo del consumo local en restauración colectiva (recordemos el programa de Ecocomedores, proyecto de éxito con una década de andadura que ha inspirado el Real Decreto del Gobierno de España para una alimentación saludable en los centros educativos y ha sido premiado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) y en los canales turísticos, etc.
Estas políticas forman parte de una estrategia que busca no solo proteger, sino impulsar a nuestro sector primario hacia un futuro próspero, innovador y sostenible. Son determinantes en este sentido las Directrices de Ordenación del Suelo Agrario -desde esta semana en fase de información publica- y el Reglamento regulador de los usos agrarios- dos herramientas jurídicas que facilitarán y agilizarán la puesta en marcha de nuevas explotaciones y promoverán las actividades complementarias en este ámbito.
Trabajamos también en la reducción de la burocracia y la optimización de los recursos procedentes de programas europeos con múltiples mejoras del POSEI y del REA y el adelanto del pago de algunas líneas como la de ayuda a la leche. Abonamos con fondos propios las cuantías relativas a las modificaciones del POSEI adicional ante el incumplimiento del Estado, pusimos en marcha ayudas directas al sector ganadero y pesquero ante el incremento de los insumos, una ayuda excepcional a la sequía para compensar los efectos de esta en cultivos de secano, adquirimos de diez desaladoras para dotar de más recursos al campo canario que complementan las inversiones en mejoras de redes e infraestructuras de regadíos.
Además, hemos conseguido actualizar parte de los pagos del FEMPA al sector de la pesca e incrementar los fondos de apoyo a sus cofradías y aumentar el número de jóvenes que han decidido poner en marcha su propia empresa agraria, reforzando los fondos del PEPAC con financiación propia, lo que supone un gasto público total en torno a los 7,5 millones de euros, dando cobertura así a todas las solicitudes que cumplan con los requisitos de la convocatoria.
Junto a los agentes del sector hemos iniciado un plan de acción para defender la actualización de la ficha financiera del POSEI ante las instituciones europeas y un POSEI Pesca para las RUP ante la ineficacia -por su inflexibilidad- del FEMPA, cuestión que plantearé esta semana al comisario de Pesca y Océanos de la UE en un encuentro con el ministro.
Sin embargo, ninguna política pública será suficiente si no va acompañada de un cambio de conciencia colectiva. El futuro de Canarias también se juega en los mercados, en los restaurantes, en las despensas de nuestros hogares. Por ello, consumir productos locales una acción sencilla pero de gran impacto. Sembrar hoy la conciencia y el compromiso de todos es la mejor garantía de cosechar mañana un sector primario consolidado, fuerte y moderno.
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