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Miedo al contagio: qué hay detrás del colapso del Silicon Valley Bank

Miedo al contagio: qué hay detrás del colapso del Silicon Valley Bank

Los expertos descartan que la crisis de liquidez de la entidad se traslade a otros bancos comerciales

Clara Alba

Madrid

Lunes, 13 de marzo 2023, 12:44

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El colapso del Silicon Valley Bank (SVB) ha pillado por sorpresa al mercado, con una brusca corrección en Bolsa que está afectando de forma especial al sector bancario. Las dudas en torno a la salud del sistema financiero estadounidense se han contagiado en Europa, ante la mayor quiebra desde la anterior crisis de 2008.

Pero, ¿hay realmente motivos para preocuparse? ¿Estamos ante un caso acotado y controlado o realmente puede haber otras entidades con problemas de liquidez?

1. ¿Qué es el Silicon Valley Bank?

No se trata de una entidad comercial tradicional. Fundado en 1983, el SVB es un banco especializado en financiar start ups en EE UU cuyo crecimiento se basa en los depósitos de sus clientes que, en este caso, son poco diversificados.

Antes de su quiebra, contaba con unos 209.000 millones de dólares en activos y 175.000 millones eran depósitos, la mayoría de ellos empresas tecnológicas y de 'venture capital'.

2. ¿Cuál ha sido el detonante del descalabro?

Las dificultades que han terminado en el colapso de la entidad tienen mucho que ver con las heridas aún abiertas de la pandemia. El boom tecnológico de los últimos años provocó un fuerte crecimiento de estas empresas que decidieron depositar sus fondos en este banco especializado.

Tras la explosión tecnológica se pasó a una fase de menor inversión en el sector, que no solo ha obligado a muchas compañías 'tech' a acometer fuertes procesos de ajuste y despidos masivos. También ha forzado a recurrir a los fondos depositados en el banco para pagar nóminas, mantener inversiones o, sin ir más lejos, buscar mayores rentabilidades en otra parte (como los inversores que ahora invierten en letras los depósitos que hasta ahora mantenían en el banco).

Para hacer frente a esas necesidades de sus clientes, SVB tenía que buscar liquidez. Así que decidió vender parte de la cartera de bonos en la que había invertido, una operativa habitual en la banca comercial para 'mover' el dinero de los clientes que no se destina a prestar. El problema es que un banco normal tiene el 15% de su dinero en bonos, pero ese porcentaje subía al 56% en SVB. Además, por lo general, esa deuda se mantiene hasta vencimiento. Pero el SVB se ha visto obligado a desprenderse con antelación de esos bonos para conseguir liquidez, aunque eso implicase vender 'a pérdidas'.

3. ¿De dónde salen esas pérdidas?

El problema de vender antes de tiempo en el momento actual es que nadie contaba con que los tipos de interés fueran a subir de una forma tan abrupta en apenas un año, como parte de la estrategia de los bancos centrales para frenar la inflación. Y esa agresividad ha afectado, para mal y directamente, al valor de las carteras de bonos.

Para hacerse una idea, la rentabilidad alcanzada por los bonos del SVB en el mercado fue del 1,8%, muy por debajo del 3,6% marcado por el bono americano a diez años, generando pérdidas en la operación estimadas en 1.800 millones.

Se junta la tormenta perfecta: las empresas tecnológicas necesitan disponer de sus depósitos y el valor de los bonos que se venden para hacer frente a esa situación se desploma.

4. Un ejemplo práctico

Hay que tener en cuenta que el precio al que se compra un bono se mueve en sentido inverso al movimiento (subida o bajada) de los tipos de interés. Es decir, si compras un bono al 0,5% y los tipos de interés de los bancos centrales suben 50 puntos básicos, el precio al que se vendería ese bono en el mercado (si no se espera a vencimiento) bajará.

Los analistas de ING lo explican con un ejemplo. Imaginemos que un banco compra un bono por 1.000 euros con un interés del 0,5% a un plazo de 10 años (5 euros al año). Al final de la vida del bono, el banco recibirá un total de 50 euros en intereses (más los 1.000 iniciales).

Ahora, pensemos que, en vez de vender a vencimiento, el banco se ve obligado a deshacerse antes, al final del primer año, de esa cartera. La entidad habrá recibido 5 euros de interés. Pero si al mismo tiempo el banco central ha subido los tipos de interés 50 puntos básicos, eso cambia automáticamente la ecuación. Un bono igual al que tiene el banco en cartera pasará a ofrecer un interés del 1% (10 euros al año).

Así que, si el banco quiere vender su bono, tendrá que ofrecer al comprador una rentabilidad similar para convencerle (10 euros al año, en vez de los 5 que ha recibido en su primer ejercicio de inversión). «La consecuencia es que el bono en el que invierto, lo venda o no, vale menos en el mercado», indican los expertos.

4. Retirada de depósitos: efecto dominó

El hecho de que el banco vendiese su cartera a pérdidas provocó un efecto dominó en el que cada vez más clientes reclamaban su dinero en efectivo, sin que el SVB pudiese hacer frente a todas esas peticiones. A la vez, esta situación provocó que la entidad anunciase una ampliación de capital para garantizar su supervivencia. Y el pánico estalló ante el fracaso de la operación y la más que evidente quiebra a la que estaba abocado el banco.

5. ¿Qué han hecho las autoridades?

El objetivo principal ha sido proteger los depósitos de los clientes y el riesgo de contagio. Para ello, los supervisores tomaron el viernes pasado el control de la entidad y decidieron también el cierre de otra entidad en el foco de las sospechas: el Signature Bank. Además, la Fed, el Tesoro y el Fondo de Garantía de Depósitos del país han lanzado un plan de emergencia conjunto para garantizar que todos los depositantes recuperan su dinero.

6. ¿En qué consiste el plan?

La herramienta para evitar que el caso se extienda pasa por que el Tesoro ofrezca créditos a los bancos en momentos puntuales. A cambio de esa ayuda (25.000 millones), las entidades entregarán a la Fed sus bonos como garantía, incluso si esas carteras acumulan pérdidas, ya que el organismo las valorará como si se vendieran cuando vencieran, y no de forma anticipada. Así, el sector logra liquidez sin arriesgarse a vender a pérdidas, como SVB.

7. ¿Habrá efecto contagio?

El gran temor de los inversores es que la mayoría de bancos tienen actualmente bonos a un precio inferior al del mercado (las estimaciones apuntan a más de 620.000 millones de dólares de minusvalías por este concepto en total).

Eso no quiere decir que las pérdidas se vayan a materializar. Pero nadie se atreve a descartar que haya otras entidades, especialmente de menor tamaño, que se vean en una situación similar a la protagonizada por el SVB.

Los expertos descartan que el colapso se vaya a trasladar a Europa, indicando que la entidad quebrada estaba muy focalizada en el sector tecnológico, y que su cartera de inversiones en deuda era mucho más abultada que la media del sector.

«La capacidad de los bancos para recuperar las pérdidas por el valor de mercado depende de la calidad de su cartera y de su liquidez. La calidad crediticia de las tenencias de bonos de los bancos europeos es alta, lo que refleja su énfasis en los bonos del Estado», explica Moody's en una nota remitida a clientes este lunes. «Consideramos que los bancos europeos están generalmente bien situados para evitar la necesidad de vender sus bonos con pérdidas», insiste.

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