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La granja de pulpos que Nueva Pescanova prevé en el puerto de Las Palmas se topa con dos nuevos inconvenientes que van más allá el rechazo social que ha generado el proyecto y que en esta ocasión parecen insalvables. El proyecto, según apuntan fuentes próximas, morirá antes de ver la luz y después de numerosos titulares a cuenta del rechazo de los animalistas a la cría de pulpos en cautividad al considerar que son «seres silientes» que sufrirían enormemente metidos en jaulas.
Uno de los nuevos inconvenientes es la situación financiera en la que se encuentra la empresa. Nueva Pescanova, que renació en 2015, tras un proceso de refundación societaria a raíz del concurso de acreedores presentado por Pescanova, arrastra desde entonces una situación complicada. Solo en uno de los últimos ocho años ha logrado cerrar con beneficios. El resto son pérdidas. El año pasado cerró con un agujero de 53 millones de euros, lo que le ha obligado a plantear un ERE sobre casi 90 trabajadores que está ahora mismo negociándose con los sindicatos.
La delicada situación de Nueva Pescanova supuso que en abril, su propietario, Abanca- la pusiera en venta. Ha habido conversaciones con un grupo canadiense para colocar el 80% del capital pero aún no hay fructificado ningún acuerdo, según fuentes próximas, mientras el tiempo juega en su contra. En esta tesitura se hace bastante complicado que Nueva Pescanova pueda invertir los más de 65 millones de euros que supone el proyecto de La Luz. Si bien, desde la empresa se asegura que no tiene nada que ver su situación financiera con la granja de pulpos. «Los planes para construir una granja en Canarias continúan su curso y se están dando todos los pasos para proceder a su consecución», se indica.
El otro inconveniente con el que se ha topado Nueva Pescanova en el desarrollo del proyecto de la granja de Las Palmas es que, tras varios años de investigación científica y pruebas, los resultados apuntan a que no es viable la cría de pulpos en cautividad. Así lo apuntan fuentes próximas, que aseguran que tras haber logrado con éxito hace años que naciera una cría de pulpo en cautividad -llamada Lourditas (por el milagro y el hito científico que supuso), las siguientes generaciones y pruebas desarrolladas en los últimos dos años apuntan a que «los pulpos se mueren». «No hay negocio. Los pulpos al poco de nacer se mueren», indican estas fuentes.
Nueva Pescanova desarrolla todas las pruebas con los pulpos en el Pescanova Biomarine Center, que es su centro de investigación. Allí se comenzó con la cría de otras especies como el rodaballo y que tuvo gran éxito pero con los pulpos no ha habido la misma suerte, según estas fuentes. En 2021, Nueva Pescanova anunciaba la buena marcha de la cría de pulpos en cautividad y apuntaba a que en 2022 comenzaría con su comercialización. Un año después, para 2023, en este ejercicio, tenía previsto arrancar con la producción industrial. Ni una ni otra cosa se ha producido aún.
Fuentes consultadas apuntan a que la empresa mantiene «en on» el proyecto de la granja de pulpos de Las Palmas por el interés que puede suscitar a nivel de inversores en el actual momento en el que la compañía está en venta, si bien, el negocio por ahora no es factible.
Desde el año 2005, el Instituto Español de Oceanografía de Vigo comenzó los estudios y pruebas para lograr cerrar el ciclo biológico del pulpo en cautividad. Se partía de ventajas como su corto ciclo de vida (menos de dos años) y un crecimiento rápido de entre 500 gramos y un kilo al mes. Hasta ahora, sin embargo, y según señalan estas fuentes, no se ha logrado el objetivo a niveles que permiten una producción industrial de pulpo.
Desde Nueva Pescanova se asegura, sin embargo, que siguen trabajando en el proyecto. «Cerrar el ciclo de vida del pulpo ha sido un hito científico a nivel mundial que se ha logrado en España y, en la actualidad, ya estamos trabajando con la quinta generación de esta especie criada en un sistema de acuicultura, optimizando su cultivo desde cuatro ámbitos: genética, nutrición, salud y bienestar animal, siendo este último nuestro pilar central». Según se apunta desde la empresa, su prioridad es que tengan «las condiciones óptimas de bienestar para garantizar su correcto desarrollo». Adicionalmente, cabe destacar que el proyecto de acuicultura del pulpo está promovido por Nueva Pescanova, pero es un trabajo de alianzas, en el que participan nueve centros de investigación de España, Portugal y México.
Desde la compañía se rechazan los argumentos de los detractores de la granja de pulpos. «Que los pulpos hayan desarrollado una gran capacidad resolutiva para protegerse frente a posibles depredadores o peligros ambientales debido a su fisiología, no los convierte en animales más inteligentes o sensibles que otros. De hecho, no existen conocimientos validados científicamente sobre la »inteligencia« del pulpo, o sobre si es más o menos inteligente que otras especies que ya se crían. Precisamente, una de las líneas de investigación seguidas por el Pescanova Biomarine Center busca llenar este vacío actual y caracterizar el estado conductual, además del fisiológico e inmunológico, de los pulpos», se indica.
Desde la compañía Nueva Pescanova se indicó ayer que el proyecto sigue a la espera de que el nuevo Gobierno de Canarias «conozca su contenido y lo valore». También señalaron que el proyecto se retrasa debido a que están a la espera de que «se les den las licencias de construcción». Sin embargo, desde el Gobierno de Canarias, el consejero de Transición Ecológica, Mariano Hernández Zapata, ha indicado, tras conocer al llegar al departamento, que el proyecto será tramitado por un procedimiento ordinario, en lugar de abreviado como se estaba haciendo (ver entrevista en las páginas 20 y 21). Sea por una cosa u otra, la cosa es que el proyecto se retrasa 'sine die'.
Desde la empresa se rechaza, sin embargo, este retraso sin fecha. «En estos momentos estamos en trámites de obtener las licencias necesarias para la construcción de la planta. Hemos facilitado toda la información necesaria al Gobierno de Canarias para que puedan evaluar el proyecto desde todos lospuntos de vista y estamos a su disposición para hacerles llegar cualquier información adicional que nos demanden al respecto». Fue en 2021 cuando Nueva Pescanova solicitó a la Autoridad Portuaria de Las Palmas una concesión para abrir la primera granja de pulpos del mundo y en la que se iban a criar estos animales en cautilividad. El pulpo cuenta con una gran demanda en el mundo que no se puede cubrir con la producción natural, de ahí los elevados precios.La intención de Nueva Pescanova era producir 3.000 toneladas de pulpo al año en Las Palmas. Desde el Puerto de Las Palmas el proyecto siempre fue mirado con buenos ojos. Además de los 65 millones de inversión la previsión era generar 150 empleos, además de colocar a La Luz en un hito mundial. Durante años se han hecho cientos de experimentos para intentar cría a este animal en cautividad y parecía que Nueva Pescanova lo había conseguido. En seguida la noticia de la apertura de una granja de pulpos generó el rechazo de grupos ecologistas y animalistas de todo el mundo. Sus rechazo además se vio sustentando por las declaraciones de varios científicos que consideraban que las instalaciones y la forma en la que se iba a criar el pulpo iba contra las reglas de bienestar animal. «Los pulpos son asombrosamente inteligentes, capaces de resolver problemas complejos, a veces utilizando herramientas, y los científicos están estudiando ahora la relación entre su cambio de color y las emociones», declaraba a mediados de este año la científica Jane Goodall.
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