La subida del IVA de los refrescos pone en riesgo hasta 6.000 empleos

El impacto se hará notar sobre todo en la industria alimentaria (26-82 millones) y el sector agrario (14-43 millones), aunque la distribución y la restauración también serán sensibles a una medida que no ha tenido buenos resultados en la lucha contra la obesidad en otros países, según los demandantes. En un acto convocado por las grandes patronales de todo el sector, Anna Merino, autora del estudio, explicó que «no existe evidencia empírica» de que las políticas fiscales sean útiles para reducir el sobrepeso y la obesidad y recordó que la OMS (Organización Mundial de la Salud) estima que para que haya cambios en los hábitos de los consumidores el aumento de precio debe ser superior al 20%.

«Se trata de un impuesto injusto, discriminatorio y que tiene un afán recaudatorio. Los impuestos no cambian los hábitos de consumo ni tienen impacto sobre la salud. Hacemos un llamamiento al Gobierno para que sea sensible a la situación que vive el país. No es el momento de subir ningún impuesto», señaló Mauricio García de Quevedo, director general de Fiab, la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas. El estudio calcula que los hogares con rentas más bajas soportarían el 22% de la recaudación del impuesto.

Por su parte, el presidente de la organización agraria Asaja, Pedro Barato, indicó que la medida busca «sanear las cuentas a base de impuestos, no sanear la salud». El director general de la patronal Aecoc, José María Bonmatí, explicó que se trata de un «impuesto regresivo, porque afecta en mayor medida a los hogares con un nivel socioeconómico más bajo».