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El empresario Domingo González Guerra junto a la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría (i) y la exministra Fátima Báñez. C7
Fallece el empresario Domingo González Guerra

Fallece el empresario Domingo González Guerra

Contribuyó a que Aguas de sea un referente en su sector y una abanderada de Canarias. «Disfruto con mi trabajo y con todo lo que hago», contaba siempre a sus conocidos»

Canarias7

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 26 de febrero 2022, 16:05

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El mundo de la empresa, y en particular el grancanario, vuelve a estar de luto: este sábado falleció en Gran Canaria el empresario Domingo González Guerra, ejemplo de discreción, entrega al trabajo y con una trayectoria de éxito. Su nombre queda unido para siempre a Aguas de Firgas, a la que llevó a la consolidación como empresa de referencia en las islas, y sus buenos consejos y su quehacer también dejaron huella en Vidrieras Canarias, Canaryplast y el Grupo Cordial, así como en la Unión Deportiva de Las Palmas, de la que fue directivo.

Nacido en 1930 y miembro fundador del Círculo de Empresarios de Gran Canaria, recibió entre otros reconocimientos la medalla de oro al Mérito en el Trabajo, que premió su conducta «útil y ejemplar» para la sociedad del archipiélago desde su cargo de director general, consejero delegado y presidente de la compañía de Aguas Minerales de Firgas.

La carrera profesional de González Guerra se dilató a lo largo de siete décadas. Discreto, poco amante de las intervenciones públicas, no dudó en calificar el trabajo como su verdadero hobby. Mientras la salud se lo permitía, acudía a su despacho y lo explicaba así: «Disfruto con mi trabajo y con todo lo que hago».

También fue presidente de Canaryplast, dedicada a la fabricación de cajas de plástico; vicepresidente de Vidrieras Canarias, de elaboración de envases de vidrio; y fue consejero del Grupo Cordial.

Quizás fuera menos conocida su pasión por el automovilismo, donde brilló como piloto y donde también tuvo responsablidades como directivo. Fue el ganador de la segunda edición del Rally Isla de Gran Canaria (1955), además de la quinta (1958) y la sexta (1959). Según explicaba, al volante de los coches de carreras puso en práctica lo que aprendió a los mandos de los camiones que llevaban el agua desde la fábrica de Firgas al almacén de El Rincón para su posterior distribución, primero por Gran Canaria y después por todo el archipiélago. «Aquellos rallies eran más de regularidad que de velocidad y recuerdo que ponían el kilómetro lanzado en la carretera del Sur, en Vecindario, además de la subida a Tafira, que sí era velocidad pura», contó en una entrevista publicada en 'Motor 2000'.

«La primera carrera», rememoraba, «la hice con una furgoneta Hillman y me lo pasé muy bien. Era una furgoneta de la empresa, evidentemente sin preparar. En otra edición me descalificó Graciliano Morales, el hijo del poeta Tomás Morales, porque paré para evitar chocar contra una esquina en San Mateo, justo delante de un control que yo no había visto. Mi mujer empezó a participar conmigo de copiloto, hasta que mi padre me llamó la atención porque yo tenía siete hijos y veía peligroso que los dos corriéramos».

En los años 60 fue presidente del Automóvil Club y de la Federación de Automovilismo, «hasta que dimití en vista de la falta de seguridad que se estaba dando en las pruebas en circuito. Justo después de mi dimisión ocurrió el accidente de la Avenida de Escaleritas y el automovilismo en Las Palmas estuvo prohibido durante algunos años».

Como recordaba ayer una persona que lo conoció y compartió con él horas de trabajo, Domingo González formó parte de ese grupo de industriales que tanto hicieron por el progreso de Canarias, superando las trabas de llevar actividades industriales en un mercado fragmentado y condicionado por los sobrecostes de la lejanía. Domingo González Guerra, como Lizardo Martel, Antonio Vega, Delfín Suárez y muchos otros forman parte por derecho propio de la historia de la industria y la empresa en las islas.

Todos estuvieron marcados además por del denominador común de la discreción, la capacidad de encontrar consensos a pesar de la competencia y supieron también ver las bondades de la diversificación en una tierra donde los monocultivos acaban casi siempre condenados al fracaso.

La capilla ardiente con los restos mortales de Domingo González Guerra quedó instalada en la sala 206 del tanatorio San Miguel, en Las Torres (Las Palmas de Gran Canaria), de donde partirá este domingo el cortejo fúnebre rumbo a Firgas, a las 12.00 horas.

CANARIAS7 se suma a las muestras de condolencias a familiares y seres queridos por tan dolorosa pérdida. Descanse en paz.

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