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Salvador Arroyo / Bruselas
Lunes, 20 de abril 2020, 18:56
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Esos son algunos de los puntos fundamentales de la propuesta que España defenderá en la cumbre por videoconferencia que los líderes celebrarán el próximo jueves. Es la idea que La Moncloa tiene del ‘nuevo plan Marshall’ que demanda desde hace semanas. Y en la que desaparece definitivamente cualquier alusión a una mutualización de deuda en forma de eurobonos o coronabonos.
El documento oficioso, fechado el domingo y con una extensión de tres folios, se estructura en tres puntos. Y es el segundo, encabezado como ‘Establecimiento de un fondo de recuperación’, el que desgrana la idea con la que se pretende hilar fino para romper las divergencias norte-sur sobre como encarar el largo camino de la recuperación social y económica post-coronavirus.
Simplificando, el sustrato es el mismo que maneja la Comisión, demanda la Eurocámara y soporta la idea lanzada por Francia a finales de marzo: ante el rechazo de Alemania, Holanda y otros países de la Europa septentrional a los eurobonos, las cuentas a largo plazo de toda la Unión (el gran presupuesto o MFF por sus siglas en inglés) es el que ha de proyectar la solidaridad de la UE. Se complementaría con las medidas ya anunciadas (los 540.000 millones del Eurogrupo) y el «papel clave» que tendría que seguir desempeñando el Banco Central Europeo (BCE) para «asegurar la estabilidad financiera» aportando liquidez a los Estados.
Deuda perpetua
El matiz que Madrid incorpora es que el ‘nuevo’ dinero, en lugar de prestarse, en lugar de generar más deuda, se habilite como subvención a los sectores más golpeados por la pandemia (turismo y transporte especialmente), y a proyectos en línea con la transformación digital y el respeto ecológico. Entregas directas, sin obligación de desembolso. «Deuda perpetua de la UE» que debería llegar a partir del 1 de junio de 2021 y mantenerse «dos o tres años» para «relanzar las economías de los países más afectados».
La canciller Angela Merkel subrayó este lunes que de coronabonos nada que «Alemania quiere ser y será solidaria», pero a través de mecanismos comunitarios. Y esas cuentas a siete años, que se construyen sobre la base de un porcentaje común sobre las rentas nacionales brutas, podrían cuadrar a Berlín como ‘salvavidas’. Aunque tampoco hay que olvidar que la última cumbre presencial de líderes de febrero (con el MFF como único asunto) acabó en bloqueo, entre otras cosas porque Alemania no quería superar el techo del 1% de esa renta nacional bruta. España subraya que la nueva magnitud debería ajustarse «a una crisis sin precedentes». Y que la base para empezar a hablar debe ser el 1,114% que ofertó en 2018 la Comisión -el Parlamento Europeo ya reclamaba antes de la Covid-19, el 1,33%-.
En el escrito recibido en Bruselas, Madrid insiste en que hay que pisar el acelerador con las ayudas ya aprobadas. Los 540.000 millones que articuló el Eurogrupo en Jueves Santo (con origen en el fondo de rescate o Mede, el Banco Europeo de Inversiones y el programa Sure para financiar Ertes), deberían activarse para el 1 de junio. La urgencia de la situación lo requiere.
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