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Sin solidaridad entre territorios no hay economía circular

Sin solidaridad entre territorios no hay economía circular

Entrevistamos a Iñigo J. Núñez Quintana, CEO de Ewaste Canarias, la única planta de reciclaje de aparatos eléctricos y electrónicos en nuestro archipiélago

Lunes, 2 de diciembre 2024, 09:58

Iñigo J. Núñez Quintana es CEO de Ewaste Canarias y presidente de la Fundación Canaria para el Reciclaje y el Desarrollo Sostenible, una organización sin ánimo de lucro que promueve la economía circular y la sostenibilidad en las Islas.

-¿Qué factores determinan el desarrollo de Canarias?

-En general, el desarrollo de Canarias está condicionado por la inversión, tanto propia como externa, y la capacidad de adaptar políticas y legislaciones de la Unión Europea y nacionales a las peculiaridades del archipiélago. Estas particularidades, derivadas de su condición de región ultraperiférica y fragmentada, suponen una desventaja frente al territorio peninsular. Por ello, es crucial garantizar la solidaridad intrarregional, incentivar la inversión y establecer indicadores que compensen los sobrecostes asociados a la lejanía y fragmentación territorial.

-¿Quién debe establecer estos indicadores y cuáles serían?

-Estos indicadores deberían ser establecidos, en principio, por la Comisión Nacional de la Competencia. Deberían contemplar, entre otros aspectos, los sobrecostes de producción y aprovisionamiento en Canarias, las emisiones derivadas de la huella de carbono y el coste de oportunidad de no contar con una industria local en términos de empleo, inversiones, infraestructuras e impuestos, entre otros.

¿Nos podría ilustrar con un ejemplo?

Un ejemplo concreto son las licitaciones públicas y privadas en Canarias, donde las economías de escala son determinantes a la hora de fijar el precio. La ausencia de estas economías de escala, propias de regiones más interconectadas, eleva los costes de producción y dificulta que las empresas canarias compitan con las peninsulares. Estas últimas se benefician de una mayor conexión con mercados y cadenas de suministro, lo que les permite ofrecer precios más competitivos. En contraste, las empresas locales solo pueden competir sacrificando rentabilidad, lo que limita el atractivo del archipiélago para nuevas inversiones y perpetúa un ciclo de degradación económica.

-Desde su punto de vista ¿Lo estamos logrado?

- No en todos los casos, y en los que sí, con mucha dificultad, trabajo y esfuerzo por parte de las patronales en sus ámbitos regional y provincial, como la CEOE, ASINCA, FEMETE y AGERCAN/ACANEC, entre otras, así como de la mayoría de los representantes públicos. Paradójicamente, parece que la Unión Europea está más sensibilizada con los retos, problemáticas y oportunidades que han de afrontar las Regiones Ultraperiféricas (RUP) que el propio Gobierno de España.

-¿Puede darnos algún ejemplo?

-Se me ocurren dos ejemplos que, desde mi punto de vista, están relacionados. Uno es el «cupo catalán», que, en mi opinión, pone en duda el principio de solidaridad interterritorial. Este principio busca reducir desigualdades entre regiones mediante la redistribución de recursos, pero su cuestionamiento amenaza con debilitar la cohesión territorial y generar el efecto contrario: promover las desigualdades. El segundo ejemplo es el borrador del Real Decreto 169/2008, donde el Ministerio de Hacienda limita al 50% las ayudas a la inversión para las empresas canarias, los llamados incentivos regionales, a pesar de que Europa permite hasta el 80%. Esta restricción reduce el potencial de crecimiento económico del archipiélago y afecta negativamente la inversión en infraestructuras, vivienda, sanidad y educación pública.

-¿Cuál es su opinión sobre el informe Dragui?

-En términos generales, mi opinión es positiva. El informe versa sobre el futuro de la competitividad en Europa. Hay que partir del hecho de que la UE depende de terceros países en materias primas y energía, los cuales son también nuestros competidores en el mercado global y en el propio mercado europeo. Ellos deciden el precio y la cantidad de lo que nos suministran. Esto implica que, al aumentar los precios o reducir el suministro, limitan nuestra capacidad de competir y desarrollarnos. Además, muchas empresas han deslocalizado su producción, dejando de fabricar en Europa. Para mayor perjuicio, estamos quedándonos atrás en innovación e investigación, ya que nuestras regulaciones y la falta de incentivos económico-financieros y formativos dificultan el crecimiento de empresas tecnológicas europeas. Como resultado, muchas de ellas se trasladan a otros países, principalmente a Estados Unidos.

-¿Y qué propone Dragui?

-En resumen, el Informe Draghi se centra en tres desafíos principales que enfrenta la Unión Europea: cerrar la brecha de innovación con Estados Unidos, compatibilizar la descarbonización de la economía con la competitividad, y garantizar la seguridad económica mediante la reducción de dependencias estratégicas.

-¿Y cuáles son las iniciativas que propone para lógralo?

-Las soluciones específicas que popone para abordarlos se asientan en tres pilares. Primero, con el refuerzo de la inversión pública y privada a través del aumento de la inversión, la generación de deuda pública conjunta y la puesta en marcha de incentivos para la financiación de la innovación, y todo ello, con una regulación más favorable para los sectores de la energía, digital y el de las tecnologías limpias. El segundo pilar, es la mejora de la gobernanza europea, que implica una menor regulación y más simple; la mejora de la política de competencia; y la reforma del mercado eléctrico y del sector industrial, que debería reflejar precios más bajos para los consumidores y empresas, además del establecimiento de políticas que equilibren la competitividad industrial con la transición energética. Y por último y como tercer pilar, propone el desarrollo de una política económica exterior de la UE, para aumentar la independencia de la UE frente a actores externos mediante el desarrollo de una industria autónoma de defensa, el abastecimiento de minerales críticos y la diversificación de las relaciones comerciales mediante acuerdos de libre comercio versus políticas proteccionistas.

-¿Y qué impacto tendría en nuestro archipiélago?

-Positivo, si vamos todos a una. Al final, el informe Draghi viene a indicarnos que Europa se ha de poner pilas en el desarrollo de su estrategia de Economía Circular que aborda la descarbonización, la transición energética, la digitalización y la reindustrialización para estar en condiciones de competir, principalmente con China y EE. UU, y mantener el estado de bienestar a través del crecimiento y desarrollo personal de los ciudadanos que la habitamos. Sin embargo, eso solo será posible manteniendo el principio de cohesión y solidaridad territorial. Y de aquí, nos vamos a la importancia de mantener y apoyar a las RUP, como es el caso de Canarias. Por eso me cuesta entender la falta de coherencia y sensibilidad del Gobierno de España con nuestro archipiélago.

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