Restaurante Embarcadero: la mejor terraza de la ciudad

Hay un antes y un después en el restaurante Embarcadero. El pasado año se realizaron importantes reformas en uno de los lugares más emblemáticos de Las Palmas, con cambios radicales que incluyen una cocina completamente abierta a vista de los clientes, una gran barra y una oferta gastronómica completamente renovada.

Para los asiduos, la carta solo conserva alguno de sus platos estrella, siendo la renovación total su actual dinámica, haciendo especial hincapié en dos conceptos: brasa y parrilla -sus pescados a la brasa enteros, como la fula, el rodaballo o la lubina, entre otros, son un auténtico espectáculo.

Comer especialmente bien con una oferta gastronómica de primer nivel en un ambiente seguro es, probablemente, lo que más se demanda hoy en día. Por eso, aunque hablemos sobre su renovada carta gastronómica, sus nuevas instalaciones, su gran barra o su cocina a la vista, lo que más llama la atención en estos días de pandemia es su espectacular terraza, ubicada sobre el mismísimo Océano Atlántico. Una terraza que ha convertido al Restaurante

Embarcadero en uno de los lugares más espectaculares y seguros de Gran Canaria, un lugar de reunión básico -muy animado- en estos días de pandemia. Además, se ha puesto especial cuidado en tener hidrogeles en la entrada y mascarilla obligatoria hasta el momento de enfrentarse a su espléndida propuesta culinaria. La ventilación corre a cargo de los alisios.

En estos tiempos cambiantes, en donde no sabemos las reglas para enfrentarse a la pandemia en los próximos días, el Restaurante Embarcadero tiene claro que solo va a abrir al mediodía -y un poco de sobremesa-. Por tanto, el horario actual que se está siguiendo es desde las 13:00 hasta las 18:00 horas.

Parece que sus dueños, John Vriethoff y Rafael Bueno, conocen la fórmula del éxito. El Restaurante Embarcadero lleva más de quince años con buen producto y buenos profesionales, siempre dando pequeños pasos para ofrecer exactamente lo que su público quiere. En estos días complicados, han sabido encontrar el secreto del éxito concentrando su trabajo en su extraordinaria terraza -y por supuesto, confiando plenamente en su gastronomía. Y es que, aunque parezca un tópico, todo el que vive la experiencia Embarcadero, se encuentra obligado a volver de forma regular.