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En el actual panorama cambiante y a menudo impredecible del mundo empresarial, la figura del cisne negro emerge como un símbolo poderoso y pertinente. Este término, inmortalizado por Nassim Nicholas Taleb en su obra 'The Black Swan' ('El cisne negro'), describe aquellos eventos raros, extremos e impredecibles que tienen un impacto profundo y de amplio alcance. La metáfora del cisne negro se origina en un antiguo dicho que presumía que todos los cisnes eran blancos, una noción que se mantuvo incuestionable hasta el descubrimiento de cisnes negros en Australia.
Autores como Philip Tetlock y Dan Gardner, en su obra 'Superforecasting' ('Superpronosticadores'), abordan la dificultad de predecir estos eventos, subrayando la importancia de adoptar estrategias que puedan resistir y adaptarse a lo inesperado. La noción de un cisne negro no solo desafía nuestras habilidades predictivas, sino que también nos insta a reconsiderar cómo construimos la resiliencia y la flexibilidad en nuestras organizaciones.
Según Taleb, se tienen que dar estas tres características para que consideremos que estamos frente a un cisne negro:
Rareza: El evento debe ser extremadamente raro y fuera de lo común. No es algo que ocurre con regularidad o que se pueda esperar basándose en experiencias pasadas o tendencias observadas.
Impacto extremo: El evento debe tener un impacto significativo y profundo. Los cisnes negros no son meros contratiempos o desafíos menores; son eventos que causan un cambio drástico o tienen consecuencias de gran envergadura, ya sea en la economía, la sociedad, la tecnología, la política, el medio ambiente, o cualquier otro ámbito relevante.
Previsibilidad retrospectiva: A pesar de ser impredecibles y sorprendentes, los cisnes negros suelen ser racionalizados o explicados en retrospectiva. Después de que ocurran, las personas encuentran formas de explicarlos o justificarlos, haciendo que parezcan menos aleatorios y más predecibles de lo que realmente eran.
La relevancia de este concepto en el mundo empresarial es innegable: desde la crisis financiera de 2008 hasta la pandemia de COVID-19, la historia está repleta de ejemplos de cisnes negros que han desafiado todas las expectativas y modelos previos. Ambos casos fueron cisnes negros para las Islas Canarias. Pero no son los únicos.
Erupción del volcán de La Palma, 2021: Aunque las Islas Canarias son una región volcánica activa, la frecuencia de erupciones significativas es relativamente baja, lo que hace que un evento de esta magnitud sea inesperado para la mayoría de la población y las autoridades. La erupción tuvo consecuencias devastadoras para la isla, afectando a viviendas, infraestructuras, agricultura y, de manera crucial, al turismo, una industria vital para la economía local.
Paralización del tráfico aéreo por la ceniza volcánica de Islandia, 2010: Los eventos que afectan de manera tan significativa al tráfico aéreo a nivel europeo son raros. La nube de ceniza del volcán Eyjafjallajökull en Islandia fue un evento inusual tanto en su magnitud como en su impacto. Este evento no solo afectó a Islandia, sino que tuvo repercusiones globales, interrumpiendo el tráfico aéreo en Europa y causando un efecto dominó en la economía mundial, incluyendo un impacto notable en la economía de las Islas Canarias debido a su dependencia del turismo.
En ambos casos, estos eventos de cisne negro no solo causaron perturbaciones inmediatas, sino que también llevaron a cambios en la forma en que las autoridades y las organizaciones manejan la preparación y respuesta a desastres naturales, destacando la importancia de la resiliencia y la adaptabilidad en un mundo donde lo impredecible puede tener un impacto profundo.
Nassim Nicholas Taleb
No, los cisnes negros no son necesariamente negativos. De hecho, pueden existir cisnes negros positivos. Estos son eventos igualmente raros e impredecibles que tienen un impacto positivo y transformador en la sociedad, la economía o la tecnología. Algunos ejemplos podrían incluir descubrimientos científicos revolucionarios o innovaciones tecnológicas.
Además, un mismo cisne negro puede tener efectos positivos para algunas personas y negativos para otras. Un ejemplo, la llegada al poder de Adolf Hitler, en la Alemania de principios del siglo pasado. Si bien, para casi toda la humanidad fue un evento destructivo, para algunas personas, como para el empresario Hugo Boss, tuvo un gran impacto positivo, ya que durante el periodo del Tercer Reich, fue proveedora de uniformes para varias organizaciones del régimen nazi, incluyendo las SS, la SA y la Juventud Hitleriana, lo que le permitió levantar su imperio. Otro ejemplo fue la pandemia de COVID-19, la cual hizo más millonarias a empresas farmacéuticas que aprovecharon el momento para lanzar productos en plazos nunca antes vistos.
Así pues, un mismo evento puede ser positivo o negativo a la vez; todo depende de la perspectiva con la que lo miremos.
A medida que avanzamos en una era definida por la transformación digital y la incertidumbre económica, las lecciones de los cisnes negros son más pertinentes que nunca. La pregunta que enfrentan las empresas no es si se encontrarán con un cisne negro, sino cuándo ocurrirá y cómo estarán preparadas para responder. Es crucial para individuos, empresas y gobiernos desarrollar robustez y flexibilidad para manejar estos imprevistos en lugar de intentar predecirlos.
En el contexto de la predicción, las convicciones erróneas pueden llevarnos a errores graves, especialmente teniendo en cuenta la naturaleza cambiante del conocimiento en un mundo donde los eventos impredecibles son significativos, lo que nos obliga a un trabajo de revisión constante.
Taleb proporciona otros consejos a las empresas, como el de la idea de ser 'antifrágiles'. Es la idea de ir más allá de la mera resistencia a los shocks. Las organizaciones antifrágiles no solo resisten los impactos de los cisnes negros, sino que también se benefician de ellos, aprendiendo, adaptándose y creciendo a raíz de las experiencias inesperadas.
Siguiendo esta idea de ser 'antifrágiles', hay que saber aprovechar las oportunidades. Los cisnes negros pueden crear situaciones únicas. Las organizaciones ágiles y preparadas pueden capitalizar estos momentos mientras sus competidores están ocupados reaccionando a la crisis. Hay que ser capaz de convertir lo negativo en positivo. En este punto, las nuevas tecnologías y la transformación digital tienen un peso muy importante para saber aprovechar estas nuevas oportunidades.
Con la premisa de que «lo que no sabemos es mucho más relevante que lo que sabemos», ¿estás preparado para el próximo cisne negro?
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