Secciones
Servicios
Destacamos
FRANCISCO SUÁREZ ÁLAMO
Viernes, 11 de marzo 2022, 01:00
El día en que la capital grancanaria tenga a bien tener una museo de la ciudad como mandan los cánones del turismo y la cultura, deberá habilitar al menos un par de salas grandes para la influencia del negocio portuario en el desarrollo de la urbe. De la isla y de Canarias en general. Es más, quizás va siendo hora de que Las Palmas de Gran Canaria se tome en serio el hecho de que, a la espera de ese museo de la ciudad, lo que le corresponde es contar con un museo portuario, centrado precisamente en contar cómo, desde la conquista por los enviados de Castilla, la bahía capitalina fue puerto de entrada del desarrollo y también lugar de salida de mercancías y personas que contribuyeron a que Canarias, pese a sus reducidas dimensiones, dejase su huella más allá de este apartado rincón del Atlántico.
Mientras eso llega, asistir al encuentro de Luis Ibarra, Antonio Armas y Germán Carlos Suárez sirvió para comprobar cómo, a pesar de lo complejo que es el negocio portuario, se ha obrado el milagro de que las piezas del rompecabezas encajen. Un puzle donde tienen importancia no menor negocios como el de la logística y el transporte, que son clave para que las conexiones marítimas cumplan su cometido. Y todo ello en una ciudad que no para de crecer y que en los últimos años ha sabido derribar el muro que la separaba precisamente del Puerto de La Luz y Las Palmas. Ese hito, en el que hay que seguir avanzando, es determinante también para que la ciudadanía ponga en valor que el puerto es suyo y que si le va bien, también le irá bien a la ciudad y, como apuntaba al principio, a la isla y a Canarias en general. Y lo de 'Canarias en general' no es por chauvinismo: la singular formación de las islas hace que no haya puerto de grandes dimensiones en las islas con mejores condiciones en el archipiélago que el de La Luz y con posibilidades, por tanto, de crecimiento. A esto hay que unir el acierto de empezar a rentabilizar el Puerto de Arinaga, también dependiente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, con una especialización en actividad industrial que puede ir a más.
Las posibilidades de mejora y de progreso dependen en gran medida de la habilidad para detectar las oportunidades de negocio y apuntarse a ellas. Es lo que está haciendo el sector en su conjunto con la energía eólica marina, donde nuevamente el puerto de la capital grancanaria está en condiciones de posicionarse de manera preferente.
El milagro, por tanto, no es haber llegado a donde ya está el negocio portuario, sino mantenerse durante décadas. El acierto está en la diversificación y en tener claro que la sinergia entre lo público y lo privado es la mejor garantía de éxito. O igual la única.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.