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El ERE de CaixaBank ha tomado este lunes un nuevo rumbo ante los visos de que no será fácil alcanzar un acuerdo con los sindicatos antes de este jueves, día 10 de junio, cuando culminaba el periodo de negociación formal. La dirección del banco ha admitido que ya estudia la posibilidad de reducir el número de despidos de la red comercial a cambio de que esos puestos sirvan para cubrir bajas de larga duración, paternidad o maternidad o vacaciones, entre otras contingencias.
Así lo ha comunicado CaixaBank a los representantes sindicales del grupo en la reunión mantenida este lunes. Hasta ahora, la entidad cubría esas necesidades temporales con contrataciones eventuales externas. Ahora, mantiendo un excedente de plantilla en algunas oficinas, como se ha propuesto, los equipos tendrían margen para organizarse y cubrir entre ellos dichas bajas o vacaciones, como propusieron los sindicatos.
Este avance en la negociación ha sido comunicado después del paro de una hora que ha secundado el 87% de la plantilla de CaixaBank, según cálculos de los sindicatos. Además, la corporación ha comunicado que amplía el periodo de la negociación hasta finales de mes. En concreto, hasta el día 29. Lo hace también ante una amenaza de huelga el día 9 de junio, que se encuentra sobre la mesa. Otro banco, como BBVA, ya sufrió una huelga la semana pasada, e hizo virar parte de la negociación de su ERE.
En cualquier caso, CaixaBank no ha detallado cuál sería el número final de afectados por el ERE que puso en marcha a finales de abril tras la absorción con Bankia. En principio, estaba prevista la salida de 8.300 trabajadores, de los más de 50.000 con los que cuenta en España, en el que sería el ajuste laboral más importante de la banca española. Con las negociaciones en marcha, el banco rebajó ese número de afectados a 7.605 trabajadores, la última cifra oficial que está sobre la mesa de la negociación.
Otra propuesta sindical que la entidad ha aceptado es el estudio de fórmulas para la redistribución territorial de las salidas con el objetivo de poder aceptar el máximo número de peticiones de adhesión voluntaria en aquellos lugares donde hay un excedente de interesados en solicitar el plan de bajas incentivadas, siempre de acuerdo con las necesidades de negocio.
En cuanto a las compensaciones por la extinción de contratos, la dirección ha solicitado a la representación laboral sindical trabajar en una propuesta «asumible por la entidad y conforme a la realidad del negocio bancario», pues la que presentó la semana pasada la representación laboral, con prejubilaciones desde los 49 años, tendría un coste de 4.000 millones para CaixaBank que la empresa ve excesivo.
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