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La Paradoja de la Inflación: Por Qué Fallaron los Modelos Tradicionales y Qué Viene Después

Martes, 23 de septiembre 2025

La inflación llegó más fuerte, duró más tiempo y no se comportó como esperaban los expertos. En Europa, el banco central subestimó la inflación por casi ocho puntos porcentuales completos. En Estados Unidos, la inflación no bajó tanto como pensaron los pronosticadores, incluso después de subidas de tasas y un mercado laboral que se suavizaba. Alrededor del mundo, los modelos que solían funcionar se desmoronaron bajo presión.

Este artículo examina más de cerca por qué la inflación se volvió tan difícil de predecir, qué nos dicen las cifras actuales y qué indicadores importan más ahora.

Cómo se Descompusieron los Modelos de Pronóstico de Inflación (2021–2025)

Durante décadas, los economistas usaron modelos que mayormente funcionaban. Observaban mercados laborales, tasas de interés y expectativas de inflación para adivinar hacia dónde se dirigían los precios. Pero desde 2021 hasta 2025, esos modelos fallaron gravemente. Desglosemos por qué.

A. La Sorpresa Europea: Energía y Alimentos Destruyeron el Pronóstico

El análisis fundamental tradicional que examinaba indicadores macroeconómicos básicos como empleo, tasas de interés y gasto del consumidor no logró capturar la complejidad de los choques de oferta que dominaron este período. Los analistas que dependían únicamente del análisis fundamental subestimaron severamente el impacto de factores geopolíticos y de cadena de suministro.

El Banco Central Europeo (BCE) esperaba un aumento moderado en los precios. En diciembre de 2021, predijeron que la inflación de 2022 sería leve. Pero para finales de ese año, la inflación real había explotado. Su pronóstico falló por casi 8 puntos porcentuales.

¿Qué salió mal? Casi el 70 por ciento del error vino de picos en precios de energía y alimentos. La guerra de Rusia en Ucrania interrumpió los suministros de combustible. Las cadenas alimentarias globales se rompieron. Estas no eran cosas que los modelos tradicionales estaban construidos para manejar.

B. La Falla de Estados Unidos: La Inflación Subyacente Se Mantuvo Persistente

A principios de 2024, los economistas en Estados Unidos pensaron que las cosas se estaban enfriando. Predijeron que la inflación del PCE subyacente, la métrica favorita de la Reserva Federal, caería cerca del 2%. Pero para el primer trimestre de 2025, el PCE subyacente aún corría caliente al 2.7% anualizado.

No fue solo una falla de una vez. Incluso cuando las solicitudes de desempleo subieron y los consumidores recortaron gastos, los precios de servicios y productos esenciales siguieron subiendo. Los pronósticos fueron construidos para inflación impulsada por demanda, no para situaciones donde las presiones de oferta y salarios luchan entre sí.

C. Los Modelos de Expectativas Engañaron a los Tomadores de Decisiones

La mayoría de los modelos de inflación dependen mucho de las expectativas. Si la gente piensa que los precios van a subir, a menudo se comportan de maneras que hacen que eso suceda. Pero aquí está el problema: los modelos basados en expectativas han estado equivocados el 76% del tiempo desde 1999.

Aún peor, los errores no fueron aleatorios. Fueron consistentemente demasiado optimistas. Los pronósticos asumieron que la inflación se enfriaría, y no lo hizo. Esto ha hecho que tanto las señales basadas en encuestas como las del mercado sean más difíciles de confiar al planificar decisiones de tasas de interés.

D. La Curva de Phillips se Descompuso

La Curva de Philips es uno de los modelos de la inflación más antiguos en economía. Dice que cuando el desempleo baja, la inflación debería subir. Pero entre 2021 y 2023, ese vínculo se desintegró.

Lo que realmente impulsó los precios hacia arriba fueron los choques de oferta. Estos incluyen colapsos de cadenas de suministro, escasez de energía y disrupciones globales que la Curva de Phillips nunca fue diseñada para manejar.

Tendencias de Inflación a Mediados de 2025: Qué Nos Dicen los Últimos Datos

Para mediados de 2025, la inflación sigue muy en juego — no solo como un tema histórico, sino como un factor vivo que da forma a los mercados y decisiones de políticos. Mientras algunos bancos centrales esperaban que la inflación regresara suavemente a sus objetivos, los números están contando una historia diferente. Los precios no están disparándose como lo hicieron en 2022, pero tampoco están cayendo rápido. En cambio, están flotando justo por encima de los niveles de comodidad, y en algunos casos, recogiendo velocidad otra vez.

Señales clave de mediados de septiembre de 2025:

  • El IPC de Estados Unidos subió 0.4% mes tras mes en agosto, llevando la tasa anual al 2.9%. El IPC subyacente se sitúa en 3.1%.

  • La inflación de la OCDE aceleró al 4.2% año tras año en junio, un aumento del 4.0% en mayo.

  • En Filipinas, la inflación general rebotó del 0.9% en julio al 1.5% en agosto. La inflación subyacente alcanzó el 2.7%.

  • Los precios de bienes duraderos en Estados Unidos — después de más de dos años de declives — ahora están subiendo otra vez.

Lo que estas cifras muestran es que la desinflación no es una línea recta. Hay presión ascendente renovada de áreas que una vez estaban calmando la inflación, como bienes manufacturados. Y la energía permanece impredecible, añadiendo volatilidad extra. Para inversionistas, empresas y consumidores cotidianos, esto crea incertidumbre sobre precios, decisiones de compra y planificación a largo plazo.

Presión Salarial vs Persistencia de Precios: El Rompecabezas del Mercado Laboral

La teoría clásica dice que cuando el mercado laboral se enfría, la inflación sigue. Pero en 2025, ese patrón no se está sosteniendo. Incluso con el aumento de solicitudes de desempleo y señales de que la contratación se está ralentizando, los precios aún están subiendo en algunos sectores. Esta discrepancia entre salarios, empleos e inflación es confusa no solo para inversionistas cotidianos sino también para economistas y políticos que dependen de estas relaciones para pronosticar y reaccionar.

Esto es lo que está pasando:

  • Las ganancias reales por hora en Estados Unidos están abajo 0.7% comparado con 2021, a pesar de aumentos salariales consistentes durante los últimos cuatro años.

  • Las solicitudes de desempleo llegaron a 263,000 en agosto — lo más alto desde 2021 — pero la inflación subyacente permanece por encima del 3%.

  • Los mercados laborales se están suavizando, pero los niveles de precios permanecen firmes, creando lo que los analistas están llamando una «paradoja salario-precio.»

Esta situación hace difícil predecir qué viene después. Normalmente, un mercado laboral que se ralentiza empujaría la inflación hacia abajo. Pero precios subyacentes más persistentes sugieren que algo más está manteniendo viva la inflación — como restricciones de oferta, poder de fijación de precios corporativo, o simplemente efectos rezagados de estímulos anteriores.

Lo Que los Modelos Tradicionales Perdieron Sobre el Comportamiento de la Inflación

Tomemos la variación de precios, por ejemplo. No todos los bienes se mueven juntos. Mientras la renta puede subir constantemente, autos usados, comestibles o electrónicos pueden oscilar salvajemente en cualquier dirección. Los modelos tradicionales no pueden capturar este nivel de volatilidad. Por eso muchos pronósticos han fallado por márgenes tan amplios — no fueron construidos para manejar movimientos de precios de múltiples velocidades a través de diferentes sectores.

Los investigadores ahora están identificando varios defectos ocultos:

  • Modelos de dos factores fallan: Las simulaciones muestran que los modelos estándar de «tendencia + ruido» no pueden explicar la amplia brecha entre cómo diferentes artículos se mueven en precio. Agregar un tercer factor — choques específicos del sector — hace los pronósticos mucho más precisos.

  • Efectos estacionales de reajuste de precios: Un gran número de empresas suben o reajustan precios cada enero. Esto crea errores sistemáticos de pronóstico, especialmente en Q1, y causa señales falsas de momentum temprano en el año.

  • Subestimaciones de traspaso de energía: El análisis del Banco Central Europeo encontró que elevar las suposiciones sobre cómo los costos de energía se filtran en la inflación subyacente reduce los errores de pronóstico subyacente hasta en un 60%.

Qué Observar Ahora: Señales en Tiempo Real Que Importan Más Que los Modelos

Varias señales principales valen la pena vigilar. Estas no son solo impresiones de IPC titular, sino entradas dinámicas que realmente dan forma a cómo se comporta la inflación bajo la superficie. Son especialmente útiles en períodos cuando las herramientas tradicionales de pronóstico engañan o simplifican excesivamente una imagen más compleja.

Aquí en dónde enfocarse:

  • Volatilidad de energía y alimentos: Estas categorías causaron las mayores fallas de pronóstico en 2022 y aún juegan un papel desproporcionado en oscilaciones de inflación a corto plazo. En lugar de esperar por el IPC, observa futuros de energía y precios de commodities agrícolas como alertas tempranas.

  • Inflación de duraderos: Bienes como electrodomésticos y electrónicos ya no se están desinflando como solían. Si los bienes duraderos se mantienen en territorio de inflación positiva, la inflación subyacente puede mantenerse persistente incluso si la demanda se enfría.

  • Brecha entre crecimiento salarial y IPC: Usa rastreadores de salarios de alta frecuencia (como Indeed o ADP). Si los salarios re-aceleran mientras la inflación se estanca, puede reencender presiones de precios, especialmente en servicios.

  • Divergencia entre países: Estados Unidos y el área euro ya no se están moviendo en sincronía. Los datos de la OCDE muestran desinflación en Europa pero persistencia en Estados Unidos, lo que complica la política coordinada y afecta los mercados globales.

  • Deriva de expectativas: Las expectativas de inflación a largo plazo se están arrastrando hacia arriba. Si las proyecciones de 2028 suben hacia el 4%, esa es una señal de advertencia de que la credibilidad se está deslizando y puede ser necesaria acción de política.

Conclusión: Observa las Señales, No las Narrativas

La inflación está evolucionando. Los modelos que solían funcionar no siempre se ajustan al mundo en el que estamos ahora. Eso no significa que el pronóstico sea inútil — sólo significa que necesitamos prestar más atención a las señales que realmente mueven los mercados. Los inversionistas más inteligentes en 2025 no están confiando en suposiciones. Están observando precios, salarios, tendencias globales y política en tiempo real.

Si quieres mantenerte adelante, construye tu visión desde abajo hacia arriba. No solo leas los titulares del IPC — entiende qué los está impulsando. Y recuerda, la buena inversión en este ambiente no se trata de adivinar la inflación perfectamente. Se trata de responder rápidamente, con claridad y disciplina.

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