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IGNACIO S. ACEDO
Las Palmas de Gran Canaria
Viernes, 28 de mayo 2021, 02:00
Con permiso de Pedri, ya figura en el Barcelona y fijo en la selección española a sus 18 años, palabras mayores, Yeremy Pino es el jugador canario del momento, luego de haber conquistado la Europa League con el Villarreal para coronar una temporada de ensueño. Yeremy dio el salto esta campaña del filial del equipo castellonense al primer equipo culminando una progresión meteórica y que le ha instalado en el escaparate de los elegidos. Consolidado en los planes de Unai Emery, 37 encuentros oficiales así lo atestiguan, y, todavía con la resaca feliz del título logrado en Gdansk, ahora aspira a la Eurocopa sub-21 con el equipo nacional. Luce, además, un adorno que queda para la historia: ser el jugador español más joven en lograr un título europeo de clubes al haberlo hecho con 18 años y 218 días. Casi nada.
Yeremy (Las Palmas de Gran Canaria, 2002) se formó en el Barrio Atlántico y Huracán antes de ser captado por la UD para sus categorías inferiores. En edad cadete, y tras sobresalir en un Campeonato de España, recibió propuestas de varios clubes para emigrar y, pese a manejar una oferta del Barcelona, terminó decantándose por el Villarreal («me ofrecía cosas mejores para mi futuro», razona al respecto), en el que no ha parado de crecer. Como ha sucedido con varios canteranos, la UD no pudo competir con las condiciones económicas que le pusieron encima de la mesa. Desde entonces, no ha parado de crecer como hombre de ataque y capaz de mezclar con Bacca, Gerard Moreno, Chukwueze o Alcácer en el exclusivo frente ofensivo de su equipo.
«Sin hacer pretemporada, te suben así de un día para otro y no te esperas jugar. Y menos con la confianza del míster, como canterano. Es muy bueno todo. Esta temporada es la cuarta temporada con el Villarreal. Llegué en cadetes. El club se interesó y apostó por mí. Se ve que es un club de cantera. No me lo pensé dos veces. La decisión la tomé con mi familia», dijo recientemente sobre todo lo que le ha tocado asimilar
Yeremy dice que su carácter competitivo lo asimiló desde niño, cuando jugaba en el parque «y siempre quería ganar». Eso le permitió superar unos duros inicios en el Villarreal («estuve cuatro meses sin jugar y estuve a punto de irme») y confirmar su crecimiento. «Mi padre me entrenaba de pequeño y siempre me decía '¡pa'lante, palante!' y cada vez que tengo el balón intento hacerlo siempre. He jugado mucho en la calle, con las paredes, al final sobrevives con lo que aprendes de pequeño y te dice cada entrenador. Tú visualizas cosas de grandes jugadores como Cristiano, Mbappé, e intentas imitarlo. Te sale o no, porque también hay que tener algo de suerte en algún regate», insiste sobre sus orígenes.
Hoy ya es campeón de Europa, aspira a un nuevo entorchado ya a nivel de selecciones y, lo más importante, tal y como sucede con Pedri, ha cogido la bandera de los nuevos tiempos como embajador de lujo de la escuela isleña, luciendo en Primera e inaugurado su palmarés a lo grande.
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