La vida sigue igual para Raúl Fernández dos años después
Tal día como hoy, en 2019, un choque con Jovanovic le fracturó la rótula izquierda y el quinto metacarpiano de la mano derecha. El meta vasco no ha vuelto a jugar
IGNACIO S. ACEDO
Las Palmas de Gran Canaria
Miércoles, 14 de abril 2021, 01:00
Hoy se cumplen dos años del fatídico partido que disputó la UD ante el Cádiz y que, más allá del doloroso 0-3 encajado en el Gran Canaria, dejó un daño todavía sin reparar: la gravísima lesión del portero Raúl Fernández, quien, desde entonces, no ha podido volver a jugar. Se dice pronto pero son 24 meses sin competir, inmerso en una interminable convalecencia de la fractura de la rótula izquierda y del quinto metacarpiano de la mano derecha tras el brutal choque con el delantero Jovanovic. En principio, el diagnóstico apuntó a unos cuatro meses de baja, por lo que el meta vasco, con la previsión de poder iniciar la temporada 2019-20, renunció a sus vacaciones veraniegas, con trabajo específico en Sierra Nevada (Granada), para acortar los plazos... Pero fue solo el principio de su calvario porque corrió el tiempo, no hubo noticias de su recuperación y vino a recibir el alta médica el 17 de febrero de 2020. Superado el primer escollo, la mala suerte volvió a frustrar su reaparición porque, con todo preparado para su puesta a punto, llegó el parón por la pandemia. Nuevo aplazamiento hasta la reanudación, que se demoró hasta junio.
Mel hasta valoró darle la titularidad en el retorno y se barajó que fuese ante el Girona, en el primer compromiso de todos los que restaban para completar el calendario regular. Pero, en el colmo de la desgracia, y en el transcurso de un entrenamiento, sufrió un traumatismo en el quinto dedo de la mano derecha, provocándole una fractura que precisó de intervención quirúrgica, tal y como informó entonces el club.
Una vuelta a empezar que, apenas dos meses después, volvió a deparar pésimas noticias: otro retoque de bisturí en su rodilla dañada, la izquierda. Tercera operación en dieciséis meses y, entre medias, ningún encuentro oficial.
Dramático para un futbolista que había dado un rendimiento sensacional mientras estuvo sano, titular en 32 de las 34 jornadas del curso 2018-19 y hasta el momento fatal que todavía no ha dejado atrás. Valga de muestra su prestancia que, a ojos de la crítica especializada, fue el ganador del Premio CANARIAS7-Germán Dévora que se otorga al futbolista con mayor regularidad pese a que ya no pudo participar en las últimas jornadas de aquel campeonato. Privado de su cancerbero predilecto, y que apenas pudo alinearlo un mes, Pepe Mel abrió entonces una carrera sucesoria bajo palos que, por distintos motivos, no ha afianzado a ningún especialista. Nauzet Pérez y Josep no enraizaron y ya están fuera y, ahora, Valles y Álex Domínguez protagonizan un duelo sin vencedor ni vencido.
A los problemas deportivos, Raúl vio añadidos otros de índole laboral, viendo reducido su sueldo como el resto de integrantes de la plantilla por la crisis derivada del coronavirus, lo que desembocó en una denuncia a la entidad que, finalmente, quitó, además de entrar en un Erte del que salió al día siguiente por rectificación del club.
Las negociaciones para rescindir su contrato, que expira en junio, tampoco llegaron a buen puerto, otro punto de tensión más que, en las últimas semanas, se ha rebajado. UD y jugador han terminado por abrir un paréntesis cordial y que ha culminado con su retorno a los entrenamientos, días atrás, aunque carezca de ficha federativa. Una integración simbólica, en todo caso, que ni de lejos compensa el destino cruel que le ha tocado vivir en un destino al que llegó para triunfar y del que no se va a poder despedir como hubiese querido. Su vínculo laboral acaba en junio y su desafío será, con 33 años y dos parado, poder encontrar acomodo y alargar su carrera. Tarea que presenta su complejidad por los condicionantes ya descritos.