Tres disparates y un parche
Ronald Ramírez Alemán Las Palmas de Gran Canaria
Lunes, 23 de abril 2018, 11:15
Cuatro entrenadores han pasado esta temporada por el banquillo amarillo, y los cuatro han fracasado en la búsqueda de dar con la tecla de un equipo que ha evidenciado que su mal capital ha sido la mala planificación. Manolo Márquez, Pako Ayestarán, Paquito y Paco Jémez han visto dañada su imagen al tratar de dar vida a un proyecto que, a la larga, ha demostrado estar muerto desde el principio.
El curso lo empezó Manolo Márquez porque el club terminó perdiendo la paciencia con Roberto De Zerbi. Mal preludio para arrancar, con un cambio de planes a última hora y poniendo de capitán de la nave a un técnico cuya única experiencia era Segunda B y Tercera y del que se dudaba desde la misma comisión deportiva. Los muchos pronósticos negativos que existían en torno a su figura no se equivocaron, y el catalán terminó dimitiendo en la sexta jornada. Y eso que su balance, en comparación al resto, no fue tan malo.
Ayestarán lo sucedió en el cargo y fue peor el remedio que la enfermedad. El técnico hizo historia, pero historia negativa. Duró siete jornadas y solo logró un empate. Nunca se entendió la decisión de traer a un entrenador que había fracasado con estrépito a los mandos del Valencia, y el rendimiento del equipo dio la razón a los escépticos. Duró siete jornadas. Siete partidos que sirvieron para sumar un punto y meter al equipo en el descenso. Una zona de la que ya no iba a salir más.
Tras su cese, el elegido fue Jorge Almirón. Se llegó a un acuerdo con el técnico argentino y, cuando el ex del Lanús tenía las maletas hechas para venir a la isla, la UD dio marcha atrás. La UEFA no permitía que entrenase en Europa por falta de experiencia y los despachos volvían quedar señalados con otro ridículo.
Entonces se habló con Jémez, viejo deseo de Miguel Ángel Ramírez. Pero como el isleño quería pasar las Navidades en familia, se usó el parche de un Paquito con el que se logró cuatro puntos en cuatro partidos hasta que el examarillo se decidiese a venir. Y con Jémez se consumó el desastre. Protagonizó una revolución en el mercado invernal que no sirvió de nada. Tomó medidas severas, se encaró con la prensa, acaparó portadas nacionales... Y todo para descender a falta de cuatro jornadas.