Dos meses sin jugar, la previsión de que tampoco lo hará mucho en las jornadas que quedan, una inversión realizada el pasado verano por su compra de 1,5 millones de euros (más variables) y tres años más de contrato por delante. Sory Kaba ha pasado de ser una ilusión, con lo que generó su fichaje procedente del Midtjylland de Dinamara, a un serio problema de presente, por la devaluación que implica su ostracismo, y de futuro, con poco mercado tras la temporada testimonial que lleva, lo que cierra las puertas a una posible cesión o venta con el fin de recuperar parte del dinero que se fue con su incorporación.
El futbolista guineano, que el próximo miércoles cumplirá 29 años, es excedente en la plantilla a ojos de un cuerpo técnico que le ha terminado por perder la fe como así atestigua la utilización, de más a menos, que ha hecho de él. De los 17 partidos en los que ha intervenido, sumando Liga y Copa del Rey, 14 se concentran en 2023 y con protagonismo decreciente. En el presente 2024, y salvando la eliminatoria copera frente al Tenerife, en la que completó todo el encuentro y la posterior prórroga, sus apariciones son residuales: 1 minuto ante el Real Madrid y apenas 9 en la visita al Granada.
Desde el referido encuentro en Los Cármenes, disputado el pasado 3 de febrero, nada se sabe de Kaba, habitual en las convocatorias pero sin entrar en la rueda. Con dos goles en su haber (Almería y Tudelano en el torneo del ko), su rendimiento lleva bajo sospecha meses. Su cartel de ariete rompedor, con olfato y dominio del juego aéreo y los espacios, toda esa fama no ha parado de desmoronarse a la luz de una hoja de servicios absolutamente decepcionante.
Y aunque no hay queja alguna de la predisposición y profesional del ariete, la sistemática negación de oportunidades ha terminado por pasarle factura en su confianza. No hay atisbo de poder recuperarle para la causa a corto plazo y el debate acerca de qué hacer con él ya está encima de la mesa. El futbolista quiere quedarse, lo que colisiona con la intención de buscarle acomodo en otro sitio. Aunque todavía hay gente en el club que apostaría por darle otra oportunidad, Luis Helguera al frente, parece poco sostenible que eso suceda y más si Pimienta continúa en el banquillo.
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