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Pejiño celebra el gol que anotó en el primer tiempo. cober

La UD es otro rollo con Pejiño (2-0)

Victoria plácida de Las Palmas ante un Cartagena minimizado por el buen hacer amarillo y los goles de Maikel Mesa y el extremo gaditano

Kevin Fontecha

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 20 de febrero 2021, 21:25

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Oxígeno en forma de felicidad en la UD, que se impuso con solvencia a un Cartagena que no pudo hacer nada ante el vendaval de Pejiño en la primera mitad. Luego, un camino de rosas en el que Las Palmas dominó los tiempos para dejar la victoria en la isla. Tres puntos de oro, y muy necesitados luego de tres derrotas seguidas, en un choque plácido gracias al buen hacer de los de Pepe Mel. Jesé saltó al césped en el minuto 68 y en el 69 ya había probado fortuna.

El primer acto fue un vendaval. Pejiño se erigió en torbellino y comandó todos los ataques amarillos. Con más colmillo que el Cartagena, la UD saltó decidida y hambrienta a la batalla. Avisó Araujo tras un córner, domando el balón con el pecho y rematando con la izquierda. Ahí apareció Raúl Navas para, con Chichizola ya vendido, salvarla debajo de los palos. Pero no iba a quedar ahí la tormenta isleña. Al siguiente saque de esquina intervino el árbitro para señalar la pena máxima por mano de un rival. Maikel Mesa cogió galones, se puso el traje y corbata, y se marcó un panenkazo. Sangre fría la suya. Y clase, mucha. Después mordió Pejiño, tras varios quiebros y un disparo que desvió un defensor. 2-0 y unas sensaciones escandalosamente positivas. Una UD con el extremo gaditano y otra sin él. Le había echado en falta Pepe Mel desde que cayera lesionado, casualmente, ante el conjunto al que anoche destrozó a base de calidad. Al descanso se fue Las Palmas entera, con confianza y con una ventaja que no podía desperdiciar. Era un caramelo. Y encima no había rastro de Rubén Castro.

Tras el paso por los vestuarios, y con Araujo sustituido nada más saltar a competir en la segunda mitad, Las Palmas manejó bien los tiempos del encuentro. Con aplomo y tablas, la pelota iba de un lado a otro con el Cartagena corriendo detrás de él. Soltó un poco el pie del acelerador la UD, sabiendo que un partido plano le venía como anillo al dedo. Un misil de Maikel Mesa, con una volea preciosa y una intervención también de mérito de Chichizola, casi puso más tierra en el marcador. Omnipresente el tinerfeño. Jesé saltó al campo justo cuando el árbitro anulaba un gol a Eric Curbelo por fuera de juego. Entró en el 68 y en el 69 ya había probado fortuna con un disparo desviado. Siguió intentándolo el ex del PSG sin fortuna hasta el final, exhibiendo ganas de volver a ser el que era.

Con todo, Las Palmas sumó tres puntos vitales para espantar los fantasmas propiciados por las últimas tres derrotas consecutivas y respira tranquila. Pejiño comandó y Maikel Mesa decidió. Luego, todo fue una cómoda senda hacia la victoria. Jesé volvió a sentirse futbolista y se le vio con hambre, cosa que le va a venir muy bien a la UD de aquí a final de campaña.

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