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Miguel Ángel Ramírez vivió el 1-2 de la UD en Montjuic en el palco, al lado de Joan Laporta, máximo dirigente del FC Barcelona, y con la presencia cercana de Nicolás Ortega y Rafael Méndez. El presidente del club reconoció, a la conclusión del choque, que acudió a la cita «con la misma fe e ilusión» con la que habitualmente se desplaza con el equipo «sea ante el equipo que sea y en el campo que toque», si bien admitió que esta victoria tiene «un componente especial».
«Esto va dedicado a toda nuestra afición. A los que creyeron, por su confianza, y a los que no también, para que la próxima vez apuesten por sus jugadores. No siempre se le gana a un adversario de la categoría del Barcelona y menos en su estadio y estamos muy felices. Espero que todos los seguidores de la UD se sientan orgullosos de lo que ha sido capaz de hacer nuestro equipo«, dijo.
Ramírez reconoció que esta victoria «supone un refuerzo enorme» para las aspiraciones de permanencia del equipo y premia «un trabajo magnífico» de futbolistas y técnicos.
«Venimos de sufrir en el inicio de este campeonato y la afición de la UD se merece la felicidad que trae un resultado de esta dificultad y prestigio. Esto debe darnos más fuerza si cabe para seguir todos juntos en la pelea por el objetivo final«, concluyó.
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