La UD se queda seca pese a jugar con uno más

Desde bien temprano, y cuando todavía ni había roto el atardecer, tuvo que hacerse grande Álvaro Valles. Corría el minuto 7 y Juan Muñoz, tras un despiste de Eric, enfilaba portería en un mano a mano que se intuía letal. Pero ahí apareció el de La Rinconada para exhibir ángel pocas horas después de estrenar paternidad. Parada abajo, saque de esquina y fuera el susto. Sus gritos debían despertar del letargo a los amarillos, algo gélidos y sometidos en Butarque. Era lo último que iba a hacer.

Quería correr Arnáiz y Coco levantaba una muralla. No aparecían Viera ni Óscar en las medianías, pero todo se puso de cara cuando, en el 17, Juan Muñoz levantó la pancha y arrolló a Valles con una patada en el torso. Roja directa. Sin discusiones. El Leganés lo fiaba todo al galope del propio Arnáiz y ahí Coco y Eric apagaban todo tipo de fuego. En ataque tampoco iba a haber muchas más llamas.

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Tocaba y tocaba la UD buscando el agujero de la zaga local, que resistía bien plantada. Desde su casa probó fortuna Coco, que se encontró con un serio Riesgo. En el único hueco del primer acto que atisbó Las Palmas, Pejiño la mandó a las nubes con su pierna mala tras un buen servicio en largo de Jonathan Viera. Gaku, al filo del descanso, puso veneno y casi sorprende el Lega. A Milla Alvéndiz le dijeron desde el VAR que fuera a ver una roja que le había sacado a Viera que se quedó en amarilla. Mucho teatro de un Dani Raba que fingió una agresión y que no hace bien al fútbol.

Tras el intermedio, Pimienta agitó el banquillo. Metió a Mfulu y Marvin por Enzo y Pejiño, que estaba amonestado. Pero los laterales continuaban anclados. Las Palmas empezaba a aplastar en su área al Leganés, pero los centros de Enrique Clemente, siempre hacia atrás, nunca encontraban rematador. Corría el reloj y solo Viera dibujaba alguna sonrisa.

Pimienta veía las dudas de los suyos, incapaces de abrir en canal al Leganés pese a su inferioridad numérica, y ponía toda la carne en el asador con media hora aún por delante: Sandro y Loren, al ruedo. Fuera Óscar y Marc, flojos ambos. Y con ellos volvió un poco la chispa. O, al menos, la UD trató de ser algo más vertical.

Resistía el combinado blanquiazul y no descubría el camino Las Palmas, que empezaba a impacientarse. Todos los disparos se marchaban al limbo y nadie encontraba a Loren. Era una oportunidad tremenda para dar otro golpe sobre la mesa y quería aprovecharla la escuadra insular.

Pero el reloj no dio tregua y las ilusiones mutaron en perplejidad. No fue capaz Las Palmas de meter mano por ningún lado al Leganés. Ni con Marc. Ni con Loren. Ni con Sandro. Se quedó seca y a cero la UD. Y eso que disputó más de 75 minutos con un futbolista más en la cancha. Se protestó una mano de Nyom sobre la bocina y dentro del área, aunque venía de un rebote. Al menos, con las tablas también del Levante, se salvó el liderato de Segunda.