Como Pimienta, Helguera también se la juega si la UD no se mete en promoción
fútbol ·
Ambos, con contrato hasta 2023, verán comprometida su continuidad de confirmarse que el proyecto no culmina dentro de los objetivos previstosIGNACIO S. ACEDO
Las Palmas de Gran Canaria
Lunes, 28 de febrero 2022, 14:17
La suerte de la UD en esta campaña, en la que cumplir con la exigencia de acabar entre los seis primeros corre serio peligro, puede llevarse por delante a García Pimienta, con contrato hasta 2023, y también al dirigente que lo fichó, Luis Helguera, con idéntica duración en su vínculo con la entidad, a la que regresó hace ahora 2 años, efeméride que se cumple mañana. Helguera asumió el riesgo de apostar por un preparador sin experiencia en la categoría para suplir a Pepe Mel, el profesional con más amplio recorrido que había en activo hasta su despido y, hasta la fecha, los resultados no validan para nada el relevo y la naturaleza del elegido.
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«García Pimienta, como todos, se va a ganar el crédito por lo que haga. No es menos al resto y está expuesto como todos, aunque entendemos que nos va a dar el salto de calidad que queremos», dijo hace un mes en una comparecencia pública ante los medios de comunicación al referirse a la actualidad del equipo, marcada por el reciente cambio de estratega. De esta manera, reconoce que el fútbol no espera por nadie ni respeta lo que está firmado y, potencialmente, otro curso sin acceder a la promoción, sería el cuarto consecutivo tras el descenso de 2018, en el que también tuvo responsabilidad como secretario técnico, aboca al cambio de estructura tanto a pie de césped como en los despachos.
Helguera ya aseguró que mantendrá la esperanza hasta el final para que la UD puje por el ascenso («me resisto a perder un ápice de fe en esta plantilla»), aunque el peso de las evidencias, con el transcurrir de las semanas y del calendario, está recortando el optimismo del que siempre ha hecho gala.
Cuentas complicadas
Con los cuatro primeros clasificados en distancias aplastantes e insalvables, el punto de mira se circunscribe a una Ponferradina, quinta, con ocho puntos más y el Girona, sexto, con tres unidades más y rival dentro de dos jornadas en el Gran Canaria, en lo que se anuncia una cita de máxima trascendencia para unos y otros con la configuración actual del panorama en la categoría.
Aún así, las cuentas hablan de tener que ganar del orden de ocho o diez encuentros de los que restan del campeonato regular porque con menos, y dada la pujanza que hay en la zona media-alta de la tabla, no va alcanzar. Y eso obliga a una efectividad infalible, a hacer números inéditos en los últimos tiempos. Y con la presión que implica la UD y la penalización doble que, desde ahora y hasta el final, tendrá cada error que se ha convertido en rutina en las últimas jornadas.
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Y, conscientes de que la empresa es compleja, porque el margen de maniobra es el que es, la preocupación aflora de manera irremediable en el arquitecto de un proyecto hecho para mayores vuelos, con jugadores del pedigrí de Viera o Jesé como abanderados, y que parece abocado a un final bien diferente y cuyas consecuencias, de ser las que ya se temen, no se van a quedar en mera resignación por parte de Miguel Ángel Ramírez. El presidente quiere al equipo de vuelta en Primera, no ha escatimado en medios y exigirá cuentas.
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