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Pepe Mel, en una entrevista. J. C. ALONSO
Una UD sin Pepe Mel ya comienza a tomar cuerpo

Una UD sin Pepe Mel ya comienza a tomar cuerpo

Las largas, que no paran de estirarse, respecto a su renovación y la irregular marcha del equipo abren este escenario de futuro

IGNACIO S. ACEDO

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 21 de abril 2021, 06:50

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El presidente de la UD quiere que Pepe Mel siga, Pepe Mel ha dicho por activa y por pasiva que igual, que su propósito de renovar le empuja, incluso, a esperar lo que sea menester para sentarse a hablar con el club... Pero con mayo a la vuelta de la esquina, el objetivo de la permanencia al alcance (y otros mayores ya imposibles), temporada casi amortizada para la mayoría, la gran decisión sigue dilatándose hasta extremos que comienzan a ser sospechosos. «En unas semanas lograremos la salvación y será entonces cuando la dirección deportiva me dé su opinión y decidamos», dijo anteayer en UD Radio Miguel Ángel Ramírez. O, lo que es lo mismo, a día de hoy el futuro de Mel en el banquillo de Las Palmas no está garantizado, a juzgar por las palabras del mandatario, al que le «encantaría» pactar la continuidad del preparador madrileño, tal y como admitió, pero que tampoco va a más allá en su declaración de intenciones. El técnico ha guardado siempre el protocolo cuando le han preguntado, con frecuencia semanal últimamente, acerca del asunto. Todo son parabienes y respeto a la postura institucional, aunque no termina de comprender este paréntesis tan prolongado sin respuesta a la incógnita. «Ni creo ni sería justo que me jugara el cargo en los partidos que restan», argumentó el viernes en lo que sonó a reivindicación, comedida, sí, pero más que explícita.

Y con esta decoración, en la que impera una paciencia cada vez peor disimulada, el escenario de una UD sin Pepe Mel en la banda comienza a cobrar fuerza. Inevitable ponerse en un supuesto en el que el propio afectado también se sitúa. Porque sabe que, como manda el mercado y es obligación profesional de sus superiores, la dirección deportiva y, por encima, Miguel Ángel Ramírez, están al día de todas las posibilidades y opciones que pueden darse para la dirección deportiva del equipo.

Luis Helguera, con Tino Luis Cabrera como contrapeso en la secretaría técnica, valora seguir con Mel y, también, abrir una nueva vía y con otro entrenador. La campaña pasada, por las incidencias vividas a cuenta del parón competitivo por la pandemia, se sintió con la obligación moral de continuar el camino con Mel, valorando, también, el descubrimiento de Pedri como gran legado. Porque, con los resultados en la mano, el debate sucesorio estaba encima de la mesa.

Ahora Helguera dispone de mayor autonomía a la hora de tomar decisiones, siendo consciente, además, de que se le pedirán máximas responsabilidades en una UD 2021-22 en la que, dentro de las limitaciones presupuestarias, se persigue la excelencia. Solo así se explica el retorno anunciado de Viera para finales de año y los deseos de retener a Jesé y otros futbolistas de primer rango. La cuestión está en si será con el mismo entrenador o se apostará por otro. Las dudas no surgen del ámbito económico, en el que ni se dieron ni se darían dificultades en alcanzar un acuerdo con Mel. El análisis es más profundo. Y, en estos momentos, está abierto a cualquier desenlace.

De no seguir Mel, la solución de la casa estaría en Tino Luis, quien siempre se ha definido como un entrenador vocacional, aunque desde hace años se haya reciclado en los despachos, con una primera etapa en el Betis y, desde el verano pasado, con nuevo ciclo ejecutivo en el club de su vida. El perfil de Tino Luis siempre gustó a Ramírez, que ya lo tuvo en agenda para entrenar a la UD en etapas anteriores y no dudó en unirlo al organigrama en cuanto pudo. Llegado el caso, es una alternativa de peso.

Fuera, en la pasarela del gremio, abundan los ofrecimientos y todos al alcance del club. Incluso en algunos foros han empezado a sonar 'candidatables', como el caso de Eder Sarabia, conocido en la casa tras ser segundo de Quique Setién en Primera División y que en esta campaña inició su carrera en solitario al frente del Andorra. Que esté Helguera, el que trajo a Setién en 2015, a los mandos en la toma de decisiones da cuerpo a algo que no deja de ser un rumor de los muchos que quedan por venir mientras se mantengan el compás de espera. Un compás de espera que abarcará hasta mayo y comienza a distraer atenciones y generar demasiado ruido. Porque la competición, por muchos esfuerzos que se hagan por privilegiarla, ya ha perdido los incentivos.

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