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Objetivo: recuperar a Rubén Castro

Objetivo: recuperar a Rubén Castro

El Moña lleva cinco jornadas sin marcar y la UD quiere arroparle para que vuelva a mostrar su mejor versión. Su último gol fue ante el Extremadura. Un tanto de penalti que confirmó un espectacular arranque al que no ha logrado darle continuidad.

Jueves, 1 de enero 1970

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A sus 37 años, Rubén Castro lo volvía a hacer. Regresaba 14 temporadas después al equipo de su tierra, y lo hacía con seis tantos en las primeras seis jornadas. El Moña protagonizaba así el mejor arranque goleador de su carrera. Sin embargo, ahí puso el freno. Desde aquel 16 de septiembre en Almendralejo, cuando adelantó a los suyos a través de una pena máxima, no ha vuelto a ver portería. 526 minutos de sequía. Hace varias semanas que perdió su condición de pichichi de la categoría, ahora en manos de Quique (Deportivo) y Enric (Extremadura), y está atravesando una pequeña crisis en su juego.

Pero en el vestuario no se duda del killer formado en el Artesano. Cada vez que un compañero habla de él, resalta la profesionalidad y el talento de Rubén. Se tiene la certeza de que superará este bache y será decisivo con sus tantos. Por eso ahora se le quiere arropar. A pesar de esta falta de puntería, continúa siendo el máximo goleador de Las Palmas y para Jiménez es una pieza fundamental. No en vano, lo ha jugado prácticamente todo en lo que va de Liga -su única sustitución fue ante el Extremadura y en el descuento- y es la referencia ofensiva de los amarillos.

En el césped ejerce de líder y no le tiembla el pulso a la hora de imponer sus galones al resto de jugadores. Así lo hizo con Mir el pasado sábado frente al Numancia. Con solo una mirada le dio un toque de atención al murciano por no cederle un balón franco en una jugada en la que el ex del Valencia pecó de individualista. En cualquier caso, para la leyenda bética fue un alivio que el representativo volviese a ganar y viera portería tres jornadas después, porque estaba sintiendo que toda la responsabilidad del gol recaía en sus botas. Pero ahora, con la recuperación de Araujo y el momento dulce del propio Mir, Rubén Castro cuenta con socios de garantías en el frente del ataque. Es más, en este último compromiso, fue el único componente del tridente que no perforó la red, y aunque terminó satisfecho por el resultado, la espinita de haber sumado un partido más sin marcar sigue importunándole.

Pero no hay nervios. Rubén, que ha vivido del gol en toda su dilatada trayectoria, sabe que esto es una cuestión de rachas. La pelota volverá a entrar y él es el primero que está convencido de ello. Su olfato continúa intimidando a los rivales y ya solo la atracción que produce su presencia en las defensas del resto del equipo supone una enorme ventaja para los amarillos. Ante el Almería se le anuló su gol por un fuera de juego muy dudoso y contra el Sporting Maikel Mesa le negó la asistencia cuando el Moña solo tenía que empujarla. La suerte está siendo esquiva para el delantero isleño.

A por el Mallorca.

Sin embargo, el jugador ya ha puesto su punto de mira en Mallorca, donde espera acabar con la mala racha. Volverá a ser el punta del equipo, y estará flanqueado por Araujo y Mir por segundo partido consecutivo. Jiménez quiere sacar el máximo rédito posible a este ataque de enjundia y que los tres se vayan conjuntando a base de minutos juntos. El delantero argentino desveló que le había prometido 10 asistencias de gol, y el murciano ya se llevó la advertencia de quien lleva los galones en Las Palmas. El equipo jugará para él porque sabe que con un Rubén Castro entonado, el ansiado ascenso estará más cerca.

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