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IGNACIO S. ACEDO
Las Palmas de Gran canaria.
Domingo, 22 de agosto 2021, 02:00
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En Girona busca la UD empezar a imponer respeto desde los resultados. Viene el equipo de una meritoria jornada inaugural frente al Valladolid en la que le alcanzó para pararle los pies a un candidato a todo. No fue mala carta de presentación, aunque la continuidad requiere una versión mejorada, porque hay margen, y, claro está, caza mayor. Otra cosa sea que la plaza, Montilivi, es una de las más caras, por cartel, de la categoría y que, en condiciones normales, serán unos privilegiados los que salgan de allí por la puerta grande.
Pero a Mel y sus muchachos esto no es algo que ahora les preocupe o les altere el sueño. Ellos van a la faena, esto es, facturar los tres puntos sin atender demasiado a pronósticos o el respeto que siempre convenga cuando delante se levantan delanteros con Stuani, una de las banderas en Segunda y cuyo apetito ante Las Palmas siempre ha sido generoso (5 goles en otros tantos enfrentamientos anteriores). Uno de los nombres a considerar, sin duda, aunque el camino más corto para cumplir con el objetivo pase por amplificar los recursos propios y quitarse de encima complejos que, en los últimos tiempos, impidieron mejores cosechas fuera de casa. A la UD le costó horrores la campaña pasada ganar lejos del Gran Canaria (únicamente tres victorias), inercia absolutamente incompatible con los objetivos propuestos para este curso y, desde el principio, la voluntad pasa por derribar este tabú.
Muchas de las posibilidades que tiene la UD de prosperar esta tarde se localizan en su capacidad defensiva, pues se espera un bombardeo de centros, y verticalidad, comprometiendo al Girona desde el ataque frontal para castigar su tendencia a adelantar la línea y ganar metros en el achique. Míchel, en tiempos pupilo de Mel, pretende tener el balón y manejar el partido a la velocidad que más le convenga.
No le gusta al Girona que le incomoden o contesten. Pero la UD ha presentado candidatura, pendiente del diferencial que comportaría traer ya a Viera, y se sabe en el escaparate idóneo para confirmar que sí, que esta campaña va a lo que va sin buscar coartadas o victimismos, antes tan socorridos y ahora fuera de lugar. Y Mel ha señalado el camino: activar el fútbol asociativo y por dentro, un mecanismo interiorizado por todos pero en el que toca insistir. Normal que falten ajustes a estas alturas del calendario, pero en la práctica está la solución y más en un pulso como el de hoy en el que se anuncian espacios, posibilidad de hacer daño y opciones de armar los movimientos que desencadenen acontecimientos orientados al área rival. Por mucho que Pejiño y Peñaranda ensanchen pegados a la cal, la tendencia es centralizar porque ahí está el buen pie que ha de dar la identidad y el sello característico.
Alguna pincelada novedosa salpicará el once, más allá de que el lateral zurdo busca inquilino con la ausencia de Benito. Jesé podría colarse con los elegidos y en el centro del campo ganan enteros Loiodice o Moleiro, si acaso por Mesa o Kirian. No parece que del resto de sillas haya movimiento, contemplándose el crecimiento colectivo no tanto en los nombres como en la fuerza del colectivo. Y ahora que se está en tiempo de coger velocidad y consolidar conceptos, nada mejor que mantener, en lo posible, un núcleo y desplegar desde esa base lo que quiere ser esta UD 2021-22. En Girona, por lo pronto, habrá que dejar señales.
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