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Una vez conseguida la permanencia de manera matemática, y aunque la dirección deportiva lleva ya semanas trabajando en este sentido, toda la atención queda centrada en el próximo proyecto. Una nueva UD que debe arrancar con la confirmación de la continuidad de Pepe Mel. El técnico madrileño, aunque ha tenido altibajos en su hasta ahora breve estancia en Las Palmas, se ha ganado la confianza de la plana mayor del club y no hay dudas de que debe ser el líder del vestuario en el nuevo intento de ascenso a Primera División. Además, tal y como ha asegurado en más de una ocasión, él quiere continuar y el acuerdo cada vez está más cercano entre ambas partes.
Tanto es así, que el exbético ya ha sido consultado acerca de la pretemporada de este verano y de la estrategia que se llevará a cabo en torno a los fichajes. Por un lado, Mel ya sabe que una parte de la preparación estival se realizará en las remozadas instalaciones de Barranco Seco, una ciudad deportiva que entusiasma al entrenador y que considera clave para el crecimiento de las categorías inferiores. Y, por otra parte, entiende que el club seguirá un plan muy diferente al del pasado verano con las incorporaciones. La idea es contratar a jugadores a coste cero, rejuvenecer la plantilla y que las caras nuevas que vayan llegando a partir de julio no sean de jugadores de renombre, sino de futbolistas con un perfil más bajo con ambición de darse a conocer en la isla.
Se ha aprendido de errores pasados y no se volverá a tropezar con la misma piedra. Mientras que hace un año se ficharon a futbolistas contrastados tanto de Primera como de Segunda División aprovechando la compensación económica recibida tras descender, en esta ocasión la cantera cobrará más importancia que nunca y las ideas de Mel y de Rocco Maiorino caminan en la misma dirección. Devolver el arraigo con gente de la tierra y aprovecharse de la materia prima del filial. «Hay que tener una mezcla de gente joven con hambre y ganas, con futbolistas que quiera reivindicarse y los que podamos traer. La UD y yo podemos hacer un camino juntos», comentaba el profesional madrileño tras la victoria ante el Rayo Majadahonda, desvelando la cercanía de un acuerdo que se espera hacer oficial más pronto que tarde y los planes que tiene con la Unión Deportiva que viene.
Con Mel al mando, la UD ha logrado cuatro victorias, dos empates y cinco derrotas en once encuentros. No son unas estadísticas brillantes ni mucho menos para un entrenador que vino con la esperanza de obrar el milagro y meter al equipo en la promoción con unos número de récord. Pero él es el que menos culpa tiene de la deriva que llevaba el equipo cuando aterrizó, con una dinámica muy difícil de revertir. Se llegó a coquetear con el descenso, pero estos dos últimos triunfos han traído la tranquilidad definitiva a la casa amarilla y han dado mucha fuerza al técnico para ser el elegido de cara al curso que viene.
Hay fe ciega de que con un equipo hecho a la medida del entrenador, que podrá inculcar su metodología desde verano, se verá a la verdadera UD de Pepe Mel el curso que viene. Era el técnico favorito de Miguel Ángel Ramírez tras el descenso, pero se terminó apostado por Manolo Jiménez primero, y Paco Herrera después. Cuando finalmente se decidió dar el paso por él ya era demasiado tarde para aspirar a nada, pero ahora el profesional madrileño lo tendrá todo a favor para construir un proyecto ganador y volver a inculcar de un estilo propio a una Unión Deportiva que lleva demasiado tiempo desnortada.
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