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Luis García, una apuesta atrevida para liderar el proyecto de ascenso a Primera

El jefe de la nueva UD ·

Pese a su limitado recorrido en los banquillos, convenció su perfil y la determinación por asumir el reto. «Hemos traído al técnico que siempre quisimos», dicen desde el club

Ignacio Sánchez Acedo

Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 14 de agosto 2025, 23:02

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El proceso de selección del entrenador de la UD 2025-26 en Segunda División obligaba a no fallar el tiro. Después de una temporada con descenso y dos técnicos, Luis Carrión y Diego Martínez, que pasaron por el cargo sin pena de gloria, sobre Luis Helguera recayó la responsabilidad de hilar en la elección y no reincidir en perfiles erróneos. Durante largo tiempo se habló de profesionales con experiencia en la categoría como aval indispensable, pero el 7 de junio llegó la confirmación de que sería Luis García (Oviedo, 1981) el encargado de liderar el proyecto. De amplia carrera como delantero centro, con el corolario de la consecución de una Copa del Rey con el Espanyol y la internacionalidad absoluta, su recorrido en el banquillo es más limitado: etapa formativa en la Damm e Inter FC de Madrid y salto al Espanyol, inicialmente en Primera y, tras el descenso, 26 encuentros en Segunda, antes de embarcarse en una aventura exótica con la selección de Catar. Hasta ahí.

En Pío XII convenció la manera en la que trasladó sus ideas, el entusiasmo por aplicarlas y la ausencia de vértigo pese a las exigencias del escudo. Luis García encajó desde el primer minuto y se impuso en la carrera por el banquillo de manera clara. «Hemos traído al que queríamos desde el principio», insisten desde la entidad para justificar su contratación junto a su segundo a bordo (José María Angresola, Mosa) y Marc Giménez, el preparador físico de su confianza. El vínculo, hasta junio con otra temporada en caso de desembarcar en Primera. Un pacto de conveniencia mutuo porque el éxito de una parte será el de la otra.

Luis García se declara alumno y admirador de Bartolomé Tintín Márquez, de larga trayectoria en la cantera del Espanyol y que le dirigió en las filas blanquiazules. Con él coincidió en el fútbol asiático y ha bebido de su libreto e ideario en el que la posesión, la iniciativa y la verticalidad son dogmas de fe. Así quiere que jueguen sus equipos, léase ahora la UD.

«Debemos ser conscientes de la categoría en la que estamos, que es muy difícil. Después de lo que hizo el Mirandés el curso pasado, hasta los recién ascendidos van a querer meterse en el playoff. La igualdad será tremenda y debemos ser muy humildes. Allá donde vayamos seremos el equipo a batir. Ya lo viví con el Espanyol. Debemos huir de todo eso. Saber que habrá momentos muy buenos, regulares y otros más difíciles. Pero sin perder el foco en cómo queremos conseguir las cosas. Si algo ha caracterizado a la UD en toda su historia ha sido su estilo. Y nos equivocaremos si lo cambiamos por querer lograr resultados inmediatos. No tendríamos ni estilo ni resultados. Si estoy aquí seguramente sea por que me identifico con el estilo de la UD. Quiero ilusionar a la gente, que vea que le gusta el equipo... Tenemos la suerte de tener una afición increíble que, encima, está educada para entender el juego de una manera. Eso es muy difícil de encontrar en otro equipo», se sinceró en una entrevista con este periódico.

Y, en su capítulo de reflexiones, añadió: «Creemos que esa forma de jugar nos va a acercar a los resultados. No al revés. Ganar de cualquier manera no nos va a llevar a los objetivos. Y nuestro mayor objetivo va a ser ilusionar a la gente, que se sienta identificada. Si conseguimos eso, seguramente estaremos cerca de lo que la gente quiere».

La importancia de agradar a la grada con esa manera de empeñarse en el césped es algo que lleva grabado a fuego. Porque considera un privilegio el respaldo popular que dará calor a los suyos y lo ve como un factor a explotar durante los largos meses y curvas que condimentan el camino del ascenso. Recuperar el idilio con la afición y conjuntar las fuerzas desde dentro y fuerza del césped puede terminar de impulsar las opciones propias. Muy sensible al pulso del auditorio, Luis García quiere un UD que enganche y convierta el Gran Canaria en misión imposible para los visitantes. Que se note que en Siete Palmas no se regalarán esfuerzos ni puntos.

En el trato cercano ha predicado con el ejemplo. Nada que ver con antecesores suyos que fallaban a nivel personal con modos y maneras en las antípodas de los códigos de un vestuario. Habla mirando a la cara, va de frente y, sin perder la jerarquía de su cargo, es uno más. Una cercanía que se agradece y ha sembrado de empatía el clima interno que reina. Disponer de un grupo humano sólido y que va a una es el cimiento de todo lo demás y desde el primer momento así lo ha privilegiado en su trato cotidiano y manera de instruir. Viene de tener experiencias con entrenadores como Del Bosque, Luis Aragonés, Peiró, Aguirre, Cúper, Pochettino o Valverde, sabios del oficio y que le dejaron un poso que, con sus matices, marcan la regencia de UD que quiere llevar a lo más alto. A Primera, mayormente.

LOS SEIS MANDAMIENTOS DE SU IDEARIO

  1. 1

    Balón e iniciativa: Quiere que su equipo sea protagonista y lleve el mando en los partidos.

  2. 2

    Estilo: La manera de lograr los resultados debe ser por la vía del modelo de juego.

  3. 3

    Dinamismo y flexibilidad: Jugadores en continuo movimiento y sin ataduras tácticas.

  4. 4

    Esfuerzo solidario: La implicación en la presión y el achique es responsabilidad compartida.

  5. 5

    Intensidad: No negocia con meter la pierna y las ganas. Exige máxima implicación.

  6. 6

    Mentalidad: Quiere que la ambición y el convencimiento reinen en el vestuario.

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