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Pablo Martínez / Las Palmas de Gran Canaria
Jueves, 1 de enero 1970
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Orgulloso y emocionado. Juan Palop-Casado, el hombre que rubricó la firma del proyecto de la Ciudad Deportiva de la Unión Deportiva Las Palmas, fue ayer el primero en coger el micrófono para contar a los presentes todos los pormenores vividos para la ejecución de la obra.
En sus palabras, Palop-Casado hace un cuidado repaso por todas las diligencias llevadas a cabo hasta su inauguración oficial. Aquí se reproducen sus palabras, que evidencian el trabajo que hay detrás de esta nueva casa:
«Buenos días a todas y a todos. A mí me toca hacer una breve introducción del proyecto de la Ciudad Deportiva y de su desarrollo, de la que hoy inauguramos la primera fase.
Permítanme recordarles que este suelo era hasta hace muy poco un solar que había servido de cantera para la extracción de áridos y, por lo tanto, un suelo con una alta degradación ambiental y paisajística. La plataforma donde se situaba el campo uno y la zona de aparcamiento, que alguno de ustedes recordará, era un terreno inestable, resultado de una explanación muy precaria.
Pero este espacio es un suelo muy especial desde el punto de vista climático y urbanístico. Barranco Seco tiene una orientación noreste que canaliza los vientos alisios, esos vientos que, como bien saben, nos permiten ser la ciudad con el mejor clima del mundo.
Esta situación hace que siempre sople una ligera brisa en Barranco Seco. Una cualidad que me había recalcado el personal del club y los jugadores cuando me decían que aquí era donde mejor entrenaban.
Por otro lado, el suelo se encuentra a escasos diez minutos de la ciudad, con muy buena conexión a la circunvalación, lo que da a este suelo una localización estratégica.
La idea de construir una Ciudad Deportiva en Barranco Seco, empezó hace diez años, mucho antes de pensar en diseñarla y construirla. Creo que fue en el 2010, el presidente me pidió que me pusiera a trabajar para incluir este suelo dentro del Plan General, de manera que saliéramos de la situación en precario en la que estábamos, y consiguiéramos cobertura jurídica y urbanística para el futuro desarrollo de la Ciudad Deportiva.
Estuvimos trabajando dos años con el equipo técnico del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y finalmente el suelo quedó incluido en el Plan General del 2012 como un suelo rústico de reserva de infraestructuras.
En junio de 2015 empezamos a trabajar en el diseño de la nueva Ciudad Deportiva. El arranque fue muy complicado porque el suelo tenía una serie de servidumbres que desconocíamos.
Para empezar, la edificabilidad permitida no cubría las demandas funcionales de una Ciudad Deportiva moderna y hubo que tramitar una modificación del Plan General.
En paralelo a la tramitación, surgieron otros problemas con el suelo. Por citar solo algunos, descubrimos que el primer tramo del vial de acceso no era propiedad del club. Por otro lado, una línea de media tensión y la red de abasto al resto del barranco cruzaba justo por medio, de donde ahora se localiza el edificio principal. Resolver todos estos problemas llevó tiempo y un gran número de gestiones e informes.
El traslado de la red de media tensión retrasó seis meses el inicio de las obras del edificio. Otro imprevisto importante fue la condición poco estable del suelo, que era un relleno mal compactado. Por si no era suficiente, cuando empezamos a ejecutar el campo dos, el talud del barranco se empezó a mover y tuvimos que replantear la contención de toda la plataforma.
Estas circunstancias retrasaron y aumentaron el presupuesto. Creo que este asunto merecía una explicación porque me consta que algunos aficionados no entendían las razones del retraso.
Por darles un dato, la tramitación del proyecto ha necesitado de informes y licencias del Ministerio de Defensa, Emalsa, Endesa, Ayuntamiento (Planeamiento y Licencias), Gobierno de Canarias (Carreteras), Cabildo (Medioambiente), Jardín Canario (Paisajismo) y el Consejo Insular de Aguas (las contenciones y deslindes). Creo que, excepto con el Defensor del Pueblo, hemos tenido que lidiar con todas las administraciones.
Para que se hagan una idea, el desarrollo de la Ciudad Deportiva ha necesitado de la redacción de 14 proyectos técnicos y de la participación de un gran número de técnicos, consultores y managers. A todo ellos aprovecho para agradecer su dedicación al proyecto y su disponibilidad para resolver los líos que continuamente iban surgiendo. Gracias, equipo. Una mención especial también a las constructoras Lopesan y Alex y Nadal. Han hecho un gran trabajo.
La Ciudad Deportiva ocupa una extensión de 70.000 metros cuadrados, de los 120.000 que tiene la finca. El programa funcional incluye tres campos de fútbol, dos de hierba natural y uno artificial. Las instalaciones deportivas se completan con un edificio principal que aloja las dependencias del primer equipo.
La planta baja aloja un aparcamiento y una recepción para periodistas y visitantes. En la planta intermedia se localizan los vestuarios y las estancias de los jugadores. La tercera planta, situada al nivel del campo uno, aloja los espacios de trabajo: el gimnasio, la zona de aguas y las oficinas del equipo técnico, el equipo médico y los fisioterapeutas.
El proyecto incluye también una segunda edificación destinada a albergar, en dos plantas bajo rasante, las instalaciones de mantenimiento y los aljibes. La cubierta, donde ahora estamos, se aprovecha para habilitar una plaza con sombra vegetal y un quiosco que servirá de lugar de encuentro para los aficionados.
La Ciudad Deportiva se completa con dos aparcamientos, uno situado en la plataforma superior y otro en la parte baja, con capacidad para 50 y 80 plazas, respectivamente. Una escalera conecta el aparcamiento con la plaza y sirve de acceso peatonal a las instalaciones. Esta escalera, junto con el aparcamiento situado en la parte baja, la habilitaremos en una segunda fase.
La Ciudad Deportiva está situada en un suelo rústico. Hemos intentado actuar con altos estándares de sostenibilidad, lo que nos ha llevado, en algunos casos, a emplear técnicas y soluciones innovadoras en Canarias.
Las dos plataformas sobre las que se sitúan los campos y las edificaciones se han contenido con muros ecológicos que no requieren de hormigón ni de agua para su ejecución, al tiempo que permiten que los colonice la flora autóctona.
Se ha reducido también al máximo la generación de residuos. De esta manera, las tierras resultantes de las excavaciones se han reutilizado para construir los muros ecológicos. De igual manera, el vallado se ha resuelto con gaviones rellenos con la piedra que iba saliendo.
Los campos de fútbol también incluyen una solución novedosa que permite recuperar la mayor parte del agua de riego, que se almacena en aljibes y se reutiliza.
El sistema utilizado crea una capa húmeda en el sustrato de siembra y fuerza a la planta a alargar sus raíces en busca del agua, de manera que cuando el jugador la daña, vuelve a crecer rápidamente.
Aproximadamente, el 50% del coste de la obra no se ve, está bajo sus pies en forma de contenciones ecológicas, instalaciones de saneamiento, instalaciones eléctricas, cimentaciones y sistemas de drenaje sostenible. No verán un imbornal, una rejilla de desagüe. Se ha optado por una solución más rústica y sostenible, haciendo de paseos y jardines de sistemas drenajes naturales que recogen, filtran y canalizan a los aljibes el agua de lluvia.
El Proyecto de Paisajismo ha sido visado por el Jardín Canario, lo que es la primera vez que ocurre. Como pueden ver, la obra se ha ejecutado principalmente con cuatro materiales: madera, hierro, tierra y piedras. Materiales altamente reciclables y de bajo mantenimiento. La tierra y las piedras han sido obtenidas in situ durante la construcción.
Los graderíos y el edificio principal siguen esta misma regla e incorporan soluciones bioclimáticas que reducen su consumo energético. El edificio funciona además como un corredor ecológico que restituye la conexión entre la ladera y el barranco.
El coste de la obra es de aproximadamente 20 millones de euros a lo que hay que añadir otros gastos. Es mucho dinero, pero los primeros tanteos de la tasación de la Ciudad Deportiva nos dan una cifra que ronda los 40 millones de euros. Además de una buena inversión económica, hemos intentado que la Ciudad Deportiva sea también una buena inversión deportiva y que el equipo trabaje en las mejores condiciones.
Pero también, hemos intentado que el proyecto tenga rentabilidad medioambiental y mejore el ecosistema y el paisaje de la zona. Y que sea además rentable socialmente y que los aficionados disfruten de un entorno natural cuando vengan a ver a su equipo. Y, por último, nos gustaría que fuera también una buena inversión para la ciudad a la que la Unión Deportiva representa.
Hoy toca hablar del presente y no del futuro. Pero no quiero dejar de anotar que estamos trabajando en la firma de un acuerdo de colaboración con el Jardín Canario para que nos asista en la implementación del proyecto de jardinería autóctona que tenemos previsto. También anotar que hemos habilitado un espacio de reserva en la zona a naciente del campo tres, pensando en la ejecución de una edificación destinada a vestuarios, graderío y una residencia, con una solución parecida a la del edificio principal. Hay más planes, pero aquí me quedo.
Después de tantos años de idas y venidas a las distintas administraciones, que siempre nos han atendido muy bien, aprovecho la presencia del alcalde para animar al Ayuntamiento a que estudie la posibilidad de construir un carril bici y un paseo que conecte Barranco Seco con la ciudad. Sería una buena manera de dar un paso más en la consolidación de la ciudad sostenible y amable que todos queremos, y a la que hemos intentado contribuir con este proyecto».
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