Secciones
Servicios
Destacamos
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
— Largo y cálido verano, desde Nauzet Pérez, el primero en llegar, hasta Timor...
— Ha sido un verano con muchas operaciones y hemos estado entretenidos. Pero hemos alcanzado los objetivos propuestos y estamos satisfechos del trabajo realizado.
— ¿Preveía cuando le llamó Ramírez el volumen de trabajo que le venía encima?
— Siempre te haces una idea, pero hasta que llega el trabajo diario es complicado saber lo que te vas a encontrar, lo que va a tener que hacer. Quizás fueron un poco más las operaciones de las que estimábamos al inicio. Pero lo hecho, hecho está.
— Estando en el Barcelona da la impresión que tenía más que perder que ganar en su salto a la UD. ¿Por qué decidió venir?
— Soy una persona de retos y ambiciosa. Cuando me marché de Vigo era querido y respetado allí. En Lugo creo que se hizo un buen trabajo profesional y por cuestiones de índole personal se acabó la relación laboral allí. Y en Barcelona, también acabé muy contento. La UD es un club referente en España, me apetecía este desafío. Llevaba mucho tiempo hablando de fútbol con Miguel Ángel Ramírez. Él me hizo ver la dimensión de esta entidad, su afición, su historia, la magnitud del proyecto. Aún viniendo del Barcelona creo que aquí puedo crecer y evolucionar.
— ¿Cómo conoció al presidente?
— Nuestro vínculo común fue Tonono, al que conozco desde hace muchos años. En Vigo, estando en el Celta, organizamos una Copa de Campeones de juveniles a la que vino la UD. Un día, en el hotel, coincidí con Tonono y empezamos a charlar y, desde el primer momento, tuvimos una gran conexión en todos los aspectos. Con el paso del tiempo él me puso en contacto con Miguel Ángel Ramírez... Y hasta hoy.
— Ramírez siempre ha reconocido que la UD es un club presidencialista, ¿cómo encaja su trabajo con este modelo?
— Desde que estoy aquí, no ha tomado ninguna decisión presidencialista. Tiene su carácter, como todos. Pero todo lo que ha hecho, lo que hemos hecho, ha sido a través del diálogo, del debate y del consenso. Puedo decir con la boca bien grande que no he tenido ninguna imposición por su parte. Y he estado en clubes en los que sí tuve que asumir imposiciones, sé de lo que hablo. Aquí eso no ha ocurrido. Tiene un grado de comunicación enorme. Él manda pero acepta consejos, tiene empatía con quienes le rodeamos. También hay que asumir que el fútbol ha cambiado, que, con algunas excepciones, los clubes ya pertenecen a personas físicas, a empresarios.
— En su primera comparecencia pública en la UD, en su presentación, habló de que sobre usted recaería poder y autonomía plena. ¿Fue una reivindicación para marcar distancias?
— Creo en los grupos de trabajo, nada de medidas dictatoriales. Me gusta escuchar, que cada persona me aporte opiniones. Eso es lo que he hecho. Llegar a conclusiones estableciendo como línea maestra el diálogo interno. Todos nos podemos equivocar en nuestras opiniones.
— La pregunta era por la influencia del presidente y de los asesores que tiene a la hora de influir o recortarle autoridad...
— Repito, somos un grupo. Si no tenemos autocrítica, si no nos escuchamos los que estamos dentro del club, seguro que las cosas no irán bien.
— Entonces no estamos ante una plantilla de autor, es más una plantilla confeccionada por varios ejecutivos a las órdenes del presidente...
— Somos la UD y es un equipo de la UD. No de Otero o de Manolo Jiménez. Para lo bueno y para lo malo somos club y equipo de trabajo.
— ¿Qué hay de cierto en que usted quiso a Luis Milla para el banquillo, Ramírez a Pepe Mel y Branko Milovanovic a Manolo Jiménez? ¿Ahí tuvieron también que consensuar?
— Es una película que no sé de dónde ha podido salir. Nos reunimos con varios candidatos. No se trataba de yo quiero a uno y tú quieres a otro. Aquí se buscó el bien y lo mejor para los intereses del club. Y Manolo Jiménez viene porque entendimos que es el mejor técnico que podemos tener.
— ¿Cómo ha conectado con Manolo Jiménez?
— Tenemos una grandísima relación. Hablamos, nos vemos, charlamos... Es hombre de fútbol y es fácil conectar con él. Ahora hay que dejarle su espacio para que desarrolle como sabe su trabajo.
— Viene la UD de una temporada con cuatro entrenadores. Todo lo que sea que el técnico actual llegue hasta junio será buena señal...
— Manolo Jiménez se protege con su trabajo. Después la suerte, la pelota en un palo, un día malo... Todo eso pasa en cada equipo. Pero él es fuerte, con una gran experiencia, capacitado para llegar hasta el final. ¿Estabilidad? Los resultados mandan siempre. No descubro nada nuevo. Subirán tres. No más. Y nosotros quizás hayamos comprado más papeletas que nadie. Pero hasta ahí. Nadie nos asegura que subiremos. Para eso hay que luchar y trabajar día a día y, en ese sentido, creo que nuestro entrenador es ideal.
— ¿Se le ha dado todo lo que ha pedido? Porque dijo, ya finalizando el plazo de fichajes, que únicamente esperaría por Timor y Timor llegó...
— Él ha estado en todas las reuniones que hemos tenido para conformar el equipo. La comunión ha sido total en este sentido. No hicimos el cien por cien de lo que queríamos pero sí un porcentaje altísimo. Creo que el entrenador ya ha dicho que está contento con lo que tiene y nosotros, de igual manera.
— El haber acudido al mercado con cartera, sabiendo todos los clubes que la UD manejaba talonario, ¿ha podido entorpecer su labor, encarecer objetivos que, como se ha reconocido, al final no llegaron?
— Es obvio que todos los equipos recién descendidos de Primera División reciben una ayuda y, dentro de ese músculo económico que es superior al del resto, hemos intentado que todo tuviese su rigor. No salirse de los parámetros que tenemos para evitar problemas en el futuro. Y eso sí lo podemos decir con rotundidad: subamos o no, no habrá ningún tipo de desfase financiero. ¿Los que no han venido? Una dirección deportiva no se limita a firmar jugadores. También ha de llevar un presupuesto, debe consensuar con el entrenador, dar explicaciones a una directiva, manejar un grupo de scouting... Es un trabajo más complejo. Y, lógicamente, prefiero quedarme con los que eligieron venir.
— Entre ellos Timor, De la Bella, Cala o Rubén Castro, jugadores llegados de la máxima categoría y que podían haber seguido ahí...
— Han venido porque hemos logrado convencerlos. Una negociación es un arte. No es sentarse frente a frente con alguien y convencerle como sea. Eso dicen que lo hacía Lendoiro y te aburría. Nosotros hemos puesto intuición. Muchos de esos nombres podían haberse ido a otro destino en el que percibirían más dinero del que nosotros le pusimos encima de la mesa. Y nuestra insistencia, nuestro tacto, ha logrado que estén aquí. No es un trabajo de Toni Otero, es un trabajo de todos. A mí me ha tocado manejar los tiempos.
— Porque tratar de evitar filtraciones ya es otro cantar...
— Jamás hablé de jugadores que no eran nuestros y no quería valorar cosas en pleno mercado. Todo lo que dijera iba a perjudicar más que ayudar. Creo que la prensa me ha respetado en líneas generales y no tengo queja alguna al respecto. En 35 operaciones y 17 fichajes es normal que se filtre algo. Aquí y en cualquier club del mundo. Lo asumo como algo normal.
— Mira atrás y está satisfecho con todo lo logrado, querría más por su ambición, prefiere esperar para su análisis...
— Mi trabajo es ahora valorar el rendimiento de jugadores y si nos va a tocar corregir algo. Tenemos una gran plantilla que ahora debe ser un gran equipo. El capitán del barco es Manolo Jiménez y es él quien debe hacer que todos los marineros remen en la misma dirección. Lo que sí quiero dejar claro es mi orgullo por el grupo de trabajo que me ha ayudado. Desde prensa, comunicación pasando por Débora, Fabelo, Gladys, Artemi...Gente que no sale en los focos pero que me ha ayudado en papeleos, en gestiones de todo tipo. Y hay que resaltar y poner en valor al personal administrativo del club.
— ¿Tiene la UD la mejor plantilla de la categoría?
— Para mí, sí. Pero soy muy crítico y quiero siempre más. Aunque creo que esa valoración debe hacerla la afición, el presidente... Para mí, la plantilla es grandísima.
— Y ése gran cimiento al que alude, ¿hasta qué punto garantiza el ascenso?
— El ascenso no lo garantiza nada. Pero si al final hacemos un equipo, el ascenso será nuestro. Tenemos 25 grandes jugadores y un filial muy competente. Eso debe ser suficiente, si no tenemos mala suerte con las lesiones. Así lo entiendo yo.
— Una plantilla de Primera en Segunda. ¿Está de acuerdo con esta catalogación?
— Fuimos al mercado a competir con equipos de Primera. No era cuestión de dinero en su totalidad. Convencimos por nuestro proyecto, no por nuestro dinero. Hemos pedido que piensen en el futuro, en que esta UD no se hace por impulsos, sino desde la convicción, la ilusión, las líneas claras para crecer.
— ¿Cómo valora la trayectoria hasta ahora del equipo?
— Es prematuro pronunciarse ahora. Esperaría a final de octubre o ya en noviembre para hacer una primera valoración. El entrenador todavía no ha tenido tiempo para integrar a todos los jugadores e implantar lo que quiere.
— Pero aquí la paciencia no existe...
— Y lo sé desde el primer momento en el que me uní al club. El presidente fue tremendamente claro en eso. No nos sentimos presionados. Creo que Manolo Jiménez es el primero que lo sabe, como yo. Si lo dejamos todo, no vamos a fracasar.
— Manolo Jiménez ha dicho que su continuidad está supeditada al ascenso, ¿también la de Toni Otero?
— El contrato pone eso. Como Manolo Jiménez, aposté por la UD estando muy bien en el Barcelona. Trabajaré día a día para conseguir el objetivo. Que luego no se logra y quieren que siga aquí, pues lo mismo me acabo quedando diez años más. Eso no se puede predecir ahora.
— ¿Le parece demagógico que se hable de cantera en estos momentos cuando la apuesta ha venido del mercado externo?
— Sabíamos que íbamos a tener un año complicado en este sentido. Si apostábamos mucho, porque apostábamos mucho. Y si apostábamos poco, porque apostábamos poco. Era complicado poner a todo el mundo de acuerdo. En el caso del club creo que está fuera de duda la apuesta por la cantera. Es un orgullo ver de qué manera se trabaja en nuestras categorías inferiores. Lo puede ver todo el mundo. No es peloteo barato. Y, en mi caso, vengo de una cantera muy pequeña, la del Celta de Vigo, que en 2014 fue elegida la mejor cantera de España estando yo de director. El tiempo determinará todo. Yo veo a todos nuestros equipos de cantera, hablo con todos los entrenadores de la base, me preocupa el filial, el C, el infantil, el cadete. Me preocupan todos. Pero las pautas que hemos establecido se verán con el paso del tiempo. Y nos va a colocar en nuestro sitio. Por eso no me preocupa lo que se diga por fuera porque veo lo que tenemos dentro.
— Camino de su quinto mes en la entidad, ¿qué es lo que le ha resultado más llamativo?
— La pasión con la que el presidente vive el día a día del club me ha impresionado. Tiene todo el poder, pero le pone un corazón enorme. Me llama de madrugada, cada día ocho veces, siempre sumando y preocupado. Me ha conmovido por estar involucrado al máximo. El personal de la UD, todo colaboración y servicio, también me ha ganado. Y el impacto social del equipo es tremendo. Vengo del Barça, que es uno de los grandes clubes del mundo, pero aquí ya a los dos días me paraban por la calle. Presidente, personal de la entidad y afición. Me quedo, por ahora, con esos tres aspectos.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.