Butarque abre el telón y mide el nivel de la nueva UD

Caras nuevas, despedidas amargas, un virus que no da respiro y un verano más corto de la cuenta. Una pretemporada anómala, repleta de pruebas PCR y en la que faltaron encuentros amistosos para calibrar el nivel real de la nueva UD. Líos entre la Federación y LaLiga, que si el partido se jugaba el viernes, que si quedaba prohibido... Al final se retrasó y hoy, a partir de las 17.15 horas, Las Palmas se calzará botas, con la elástica fucsia sobre corazón y pulmones, y competirá contra uno de los equipos que está llamado a pelear por el liderato. Casi nada. Debut de altura para subir el telón del campeonato. El Leganés no regalará nada, eso seguro. Y Mel lo tiene claro.

A falta de dos fichajes por llegar, como adelantó el propio presidente Ramírez, y con bajas que merman la idea inicial de Pepe Mel para armar el once titular, esto empieza ya y no espera por nadie. Ruidos a un lado, ya con Tana fuera de la plantilla y camino de los juzgados, con los descartes comenzando a encontrar acomodo (De la Bella fue el primero y por Gran Canaria se le echará de menos), Las Palmas saldrá a Butarque en busca de los tres puntos que otorga un triunfo. Aunque el técnico es consciente de la dificultad que otorga el reto de puntuar ante el Leganés, un recién descendido a la categoría de plata del fútbol español y que ha armado un señor equipo con nombres como Borja Bastón o Gaku Shibasaki, los isleños quieren arrancar con buen pie.

Para ello habrá que sudar y no estará permitido fallar. El Leganés, con el objetivo entre ceja y ceja marcado de volver a la élite, no perdonará el mínimo error. El potencial que tienen arriba los de Martí, con Dani Ojeda y Sabin Merino como principales amenazas del gol, es para andarse con bastante cuidado.

Las Palmas quiere aferrarse al buen hacer y a los destellos que dejó en el derbi de verano ante el Tenerife para saltar al verde de Butarque con la confianza intacta. La alineación se puede intuir, pero habrá variaciones debido a las bajas y al estado de algunos jugadores, pues todavía no están al mejor ritmo competitivo. En la portería, tras la salida de Josep Martínez y el descarte y operación de Raúl Fernández, Valles se antoja indiscutible. Por delante, en la retaguardia, Aythami Artiles mezclará con Álex Suárez para echar las cadenas a los Sabin Merino y compañía. En los laterales, Álvaro Lemos y Dani Castellano cabalgarán las bandas. Por delante, en la medular, la lesión de Fabio, que iba a sustituir a Javi Castellano, presenta un grave problema. Ahí nacen las grandes dudas del técnico, que para el trivote tiene como fijos a Loiodice, que será brújula, y a Kirian Rodríguez, profesor del último pase, pero falta una pieza. La que debe ejercer de balanza y barrer todo el fútbol rival. Sergio Ruiz podría ser la opción más sensata, aunque aún no está en su mejor versión. Ubicar a Maikel Mesa en la mediapunta y retroceder a Kirian también está en la hoja de ruta de Mel. En los extremos, con Benito Ramírez como pilar y hombre importante del entrenador, solo quedaría una plaza para cubrir, en la que opositan Pejiño, con más probabilidades, Rober o Clau. Arriba, y aunque podría entrar el propio Rober, parece que Edu Espiau debutará finalmente con la primera plantilla.

No se fíen mucho de la libreta, pues Mel tiene mil variantes en la cabeza y solo él sabe qué alineación va a sacar para competir al máximo contra un Leganés que sobre el papel está capacitado para someter a cualquier equipo de la categoría.

Con todo, será una prueba de fuego para la Unión Deportiva, que está armando una plantilla joven y con hambre, cosa que se echaba en falta desde hace tiempo, y donde la cantera sigue jugando un buen papel. Habrá que ver dónde está el cielo de este equipo, pues los fichajes dotan de muchos recursos al grupo. Y esta tarde tienen opción de demostrar valía y apuesta en un terreno de enjundia, donde, a buen seguro, pocos saldrán vivos esta temporada.

Ahora empieza una nueva vida. Una en la que probablemente haya que dar un paso hacia atrás para emprender dos hacia delante. En la que habrá jugadores con los que se deba tener más paciencia y en la que se valorará más, aún si cabe, el fútbol, después del periodo de inactividad cuando se declaró el estado de alarma y se paralizó el mundo. Y en esa nueva vida, Mel y sus chicos quieren reinar, bailando entre colosos sin miedos ni temores. Por eso la apuesta por la gente joven, con ganas de comerse el mundo y sin miedo a caer. Butarque, campo de minas y de espigas, puede ser un buen comienzo. Sacar algo positivo supondría una bombona de moral y esperanza. Salgan, jueguen, disfrute y ganen.