Araujo, un motivo más para creer
Sergio Araujo representa el estímulo que necesita la UD en este momento de dudas por el juego y los resultados que se vienen dando. Así se piensa en la cúpula de la entidad, desde la que se observa con cierta incredulidad la marcha del equipo («esta plantilla da para muchísimo más», insisten) aunque con la confianza de que refuerzos de este tipo ayuden en la reacción que se ansía.
La reaparición del Chino, el pasado sábado frente al Alcorcón, confirmó aspectos que se consideran esenciales para la reactivación del grupo: la reacción de la grada, sensible con un futbolista deseoso de recuperar su buena fama, el entusiasmo del propio Araujo, pujante en todas sus acciones, y el efecto competitivo que entraña su presencia para sus compañeros.
También lo ve como una solución el entrenador, quien logró que diera su mejor versión en el AEK de Atenas y que, cuando se planteó su llegada a la UD, puso como pieza innegociable al argentino encima de la mesa. Manolo Jiménez ha apostado por Araujo tanto o más fuerte que la propia entidad, que amplió su contrato hasta 2023 a finales de junio y desechando ofertas por su transferencia.
El ariete es consciente de que está ante una temporada clave en su carrera y que, contando con el respaldo total de la UD y del cuerpo técnico, podrá explotar las cualidades que ya le dieron fama en la casa cuando, en la temporada 2014-15, fue actor principal en el anterior ascenso a Primera División. Ahora ha regresado con idéntico desafío, animado, también, por la confección de un bloque plagado de fichajes de primer nivel.
Con las cualidades que tiene y lo que puede aportar, siempre acostado sobre la banda izquierda, la posición que prefiere Jiménez para que irrumpa en diagonales al área, se espera que Araujo «cambie totalmente» el funcionamiento de la UD y sea el complemento perfecto para un Rubén que puede disparar aún más su producción goleadora. La mezcla entre uno y otro debe convertirse en el factor diferencial que catapulte a la UD tras un inicio de campaña más irregular de lo esperado.
De ahí que su vuelta al ruedo se contemple como un salto de calidad que, en estos momentos de dudas, puede ponerlo todo en orden y hacer que la UD recupere pegada y sensaciones.
En el vestuario también es muy valorada la figura de Araujo por lo que transmite y contagia. Sus compañeros le ven como un ganador y las felicitaciones por tenerlo de nuevo en condiciones de aportar desde dentro. Durante la convalecencia de la fisura en un dedo, sufrida en agosto, le tocó sumar desde la barrera y así lo hizo. Fue uno más sin poder darle una patada al balón, algo que se valora y pondera.
Pero nada comparable a lo que viene por delante, olvidada la lesión, henchido de confianza y sabiéndose como una de las referencias de una UD que ha de crecer junto a él.