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Adiós Primera, adiós

Adiós Primera, adiós

La UD Las Palmas dice adiós a Primera esta tarde y finiquita la temporada de los horrores. Recibe al Girona en el cuarto partido intrascendente consecutivo con la intención de despedirse de los pocos que acudan al estadio con un último triunfo.

Jueves, 1 de enero 1970

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Y llegó el día. Después de tres jornadas infernales sin nada en juego y la moral por suelos, después de otras tantas semanas en las que se fue consumando el desastre ante la pasividad de unos y los malos modos de otros, después de haber arrastrado el escudo por todos los campos de España, después de haber llevado a cabo una transformación extrema al ecuador de la temporada sin efecto alguno, después de cuatro entrenadores y 36 jugadores, y después de haber firmado la peor temporada en Primera División en toda su historia, Las Palmas se despedirá, por fin, de esta campaña 2017-18 para el olvido.

Los de Jémez dirán adiós a este tristísimo año ante un rival modesto y cuya modélica gestión genera envidia entre los aficionados de la Unión Deportiva. El Girona es un espejo, un modelo a imitar. Posee un presupuesto inferior al del representativo, es un recién ascendido que se estrena en la categoría. El equipo de una ciudad de menos de 100.000 habitantes que ha disfrutado de lo lindo del buen hacer de los suyos en la mejor liga del mundo. Este humilde le saca 26 puntos a la UD y nunca ha luchado por evitar el descenso. Su pelea ha estado siempre arriba, con el sueño de entrar en la Liga Europa. Una meta inimaginable a comienzos de temporada, pero que gracias a la mano de Pablo Machín, su entrenador, se ha tenido como una posibilidad real hasta el último momento. No lo conseguirá, pero que le quiten lo bailado. 6-0 le metió al equipo amarillo en la primera vuelta, no hay color entre un conjunto y otro. La comparaciones pueden ser odiosas.

No serán muchos lo que soporten la afrenta en Siete Palmas. Al menos en directo. La mayoría de las peñas ya han anunciado que no acudirán esta tarde al Gran Canaria. Es su modo de protesta ante el calamitoso proyecto deportivo de este curso. Se espera que se superen los récords negativos de asistencia y, los que vayan, no van a estar muy por la labor de animar y agasajar a los jugadores. Los pocos valientes que estén en el estadio descargarán su ira contra los futbolistas y el palco, lucirán pancartas de enfado y rogarán al cielo no vivir otra campaña como esta. Será un triste adiós el que se vivirá en el feudo amarillo.

Y los protagonistas, a aguantar el chaparrón. La mayoría tenían marcada en el calendario esta fecha en rojo. Hoy se les acaba el suplicio. Muchos ya tienen el billete de avión de vuelta a casa sacado para este mismo día. Huir y no mirar atrás. Algunos se marcharán para no volver y tratarán de que su paso por la isla quede en un simple mal recuerdo. Otros, sin embargo, pasarán un mal verano y no pensarán en otra cosa que en la de enmendar todos los errores y ayudar al equipo a regresar a Primera División la próxima temporada. Con esos es con los que hay que estar. Con los que de verdad sienten los colores y a los que les ha dolido de verdad esta tortura de temporada.

Por el escudo.

En cualquier caso, y aunque los puntos no valgan para nada, hoy se le pide al equipo que saque algo de amor propio. El honor y la dignidad siguen estando en juego, y se quiere degustar por última vez el sabor del triunfo en la categoría de oro del fútbol español. La racha es de 15 partidos consecutivos sin ganar y aún existe la posibilidad de quedar último en el caso de una derrota frente al conjunto catalán y un triunfo del Málaga contra el Getafe. Sería una última afrenta inadmisible.

Para evitar un último varapalo, se espera, en este último partido, más presencia de gente de la casa que últimamente. La convocatoria cuenta con ocho grancanarios y, al menos, tres serán de la partida. Un pequeño logro que contrasta con las últimas alineaciones que apenas ha contado con presencia de isleños. Dar cabida a todos los canteranos posibles sería un bonito detalle para que puedan despedirse de Primera División. Una categoría por la que tanto sudaron los David García, Javi Castellano, Vicente Gómez, Momo y compañía, y en la que esta tarde vivirán el último capítulo de un sueño que ha durado tres años.

Fin a una etapa. Una era que ha durado menos de lo previsto pero que, a pesar de esta tortuosa campaña, ha tenido momentos de disfrute y gozo. Ojalá el retorno no se dilate tanto como en ocasiones anteriores porque, una cosa está clara, este escudo merece estar junto a los mejores. Volveremos.

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