Borrar
Directo Rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno
El puntal eterno y sus evocaciones desde Ingenio

El puntal eterno y sus evocaciones desde Ingenio

El histórico Tonono, que alcanzó prestigio y fama durante su larga y fecunda carrera en los terreros, habla de pasado, presente y futuro

PEDRO REYES

Sábado, 20 de marzo 2021

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Escribía, en el año 2005, el histórico colaborador de CANARIAS7, ya fallecido, Ramón Mendoza, que Antonio Pérez Acosta, Tonono, era «el puntal eterno». No en vano, esa categoría la ostentó desde que dejo la edad juvenil hasta su retirada.

Su vida estuvo plagada de éxitos deportivos desde juveniles, con la mayoría de los premios que un luchador puede tener tanto a nivel colectivo como individual y que sería tedioso nombrarlos, pero dan muestra de la calidad de este hombre que vive en la actualidad, con serenidad, en su Ingenio natal. Pocos luchadores pueden presumir de tener un libro de su vida, una canción y haberse ganado un gran respeto en los terreros donde en alguna ocasión venció a todos los grandes puntales de la edad de oro como Santiago Ojeda, Parri ll, Manolín Acosta, el Estudiante, Vicente Alonso, Chicho Ramos o Melquiades, además de ser el primer campeón de los pesos de Canarias en más de 110 kilos luciendo, el fajín de campeón de campeones.

Acercarse a su domicilio ya permite intuir lo que se puede encontrar. Una fachada adornada con dos luchadores, en piedra y en acción y al entrar, un gran mural en el salón, de una agarrada de 1990 ante Parri ll, con la que mantuvo una gran rivalidad deportiva por todas las islas y que le fue regalado el día de su homenaje por su esposa e hijos.

«Creo que lucho desde que me salieron los dientes y gracias a mi hermano Agustín. De niños estábamos siempre luchando entre nosotros o contra grupos de otros barrios. Cualquier sitio era bueno para hacer una agarrada, incluso en alguna ocasión lo hicimos en el estercolero», recuerda con orgullo.

Rápidamente se atisbaba que había una figura en ciernes, porque con 13 años ya entraba en el Maninidra y debutaba con el equipo absoluto. Con los juveniles, alcanzó todos los éxitos posibles al ser el mejor equipo de la isla y con 17 años ya nadie de su categoría le podía tumbar. Siendo todavía juvenil, logró llevar a la arena al Pollo de Valleseco, lo que se catalogó como una gesta y le llevó a ser codiciado por todos los clubes.

Participó en un encuentro de puntales C, siendo todavía juvenil, y propició que le subieran a puntal B su primer año sénior, para, un año más tarde, ascender a la máxima categoría que mantuvo durante muchos años, hasta que se retiraba, siendo puntal C, en el año 2001.

Una retirada impuesta

Después del Maninidra, marchó a La Palma con el servicio militar e hizo allí campeón al Candelaria de Mirca. «A mi regreso, fiché con el Unión Sur del Tablero, donde viví grandes derbis contra el Maspalomas. Una vez acabada esta etapa, me fui a Gáldar y de nuevo al Unión Sur para más tarde acabar en el Maspalomas. Ya pasé a Tenerife, a luchar en Preferente con el Tegueste y aquí, en Gran Canaria, con el Balos en Primera a la misma vez, pues eran categorías diferentes. Creo que volví de nuevo a Gáldar donde viví tres etapas diferentes, Maspalomas, un par de temporadas en Sardina, regreso de nuevo a Gáldar y vuelta al Maspalomas, el Mogán y de nuevo a Tenerife, ahora al Canteras. Vuelvo a Gran Canaria en el Castillo, Roque Nublo y la última etapa en Maninidra». Deseaba que lo bajaran de puntal para seguir luchando ya siendo veterano, pero no lo hicieron y por eso tuvo que dejar de luchar.

Su etapa de mandador la venía haciendo al mismo tiempo. «En Gáldar fui entrenador, mandador y luchador al igual que en Maninidra en la época de Araña», confirmaba.

Reconoce que vivió una buena época de la lucha. «Había grandes luchadores y todos alguna vez nos tirábamos. Dicen que el más completo era Barbuzano, pero Santiago Ojeda era muy fuerte y un gran luchador además de un deportista nato. También teníamos a Babache que me parece no se le dio la gran importancia que tenía. Era capaz de hacer unas luchas impresionantes que ya no se ven», apunta.

La diferencia entre la lucha de su época y la actual para Tonono es muy patente. «Antes no teníamos terreros en las mejores condiciones, luchábamos lloviendo o sin vestuarios, pero existían muchos y grandes luchadores. Había también muchos estilistas. Ahora hay grandes terreros cubiertos, preparadores físicos, gimnasios, pero se basa más en la potencia y se están perdiendo muchas mañas que no se usan. Ya no ves revoleadas, ganchillos en el aire. Se vivía la lucha de otra manera».

Para Tonono a pesar de todo, hay afición al vernáculo deporte. «Si al público le das buenas agarradas, llenará los terreros. La pena que me da son los niños, no verlos en las gradas como en mis tiempos que al final de las luchadas bajábamos y agarrábamos. Teníamos mucha ilusión y eso ahora se ha perdido».

Uno de los problemas de la lucha actual son las separadas y, con ello, las eliminaciones. «Creo que es un tema de mentalidad. Hoy se le exige resultados al luchador y eso, quizás, le hace ser más conservador y no disfruta tanto al tener más responsabilidad y pueden pensar que les puede beneficiar. La solución, para mí, es volver a que vuelvan a luchar por la otra silla y no queden eliminados. Tampoco me parece bien eliminar a un luchador por una amonestación, creo que son cosas que hay que cambiar y eso que ahora las agarradas son la mitad de tiempo, pero si cambian las sillas seguro habrá más lucha».

Su momento más triste fue e índole personal: «Estaba almorzando con los compañeros del Gáldar antes de una luchada con el Tijarafe y me llamaron para decirme que mi padre había fallecido. Fue muy duro y no me pude despedir de él».

Cree que un puntal tiene más posibilidades de alegrías que otros luchadores. «Me acuerdo, con cariño, de los muchos títulos logrado en los equipos con los que he estado o tirar a luchadores de la categoría de Babache, el Estudiante o el Pollo del Callejón. También recuerdo el día en el que, con el Tegueste, tumbé a once contrarios o lo mismo aquí, con el Unión Sur ante los Guanches, que tenía un equipazo con Santiago Ojeda, Manolín Báez, Callejón. Para esas cosas hay que ir a la voz de pito con los contrarios para poder aguantar físicamente».

Cree que se ha de hacer lo posible para que Gran Canaria tenga una Primera Categoría. «Aunque sea para nosotros, ya que eso atraerá más público a los terreros, aunque es cierto que en el resto de islas las compensaciones económicas que se le da a los luchadores son mayores que aquí, eso ya es histórico, pero, aunque sea una liga menos potente debemos intentar que haya una primera en la isla, aunque a nivel regional no se pueda competir con éxito».

Cree que la pandemia actual puede afectar a la lucha, pero más en el aspecto económico. «Hay un «boom» en Fuerteventura o en La Palma y ahora con la crisis económica veremos a ver qué pasa. En cuanto a los luchadores, no creo que haya mucha gente que lo deje porque al que le gusta la lucha seguirá, salvo que se haga solo por dinero».

Necesaria labor divulgativa

Tonono está «muy orgulloso» de sus tres hijos que han sido bregadores. «Creo que han sido buenos luchadores y Francis, si no fuera por la lesión, podría haber sido un puntal porque tenía todas las condiciones. A Tenesor o Juan Alberto quizás no les haya ayudado el cuerpo, pero son buenos estilistas».

También piensa sobre el eterno problema de los veteranos y la razón por la cual no acuden a los terreros y quizás da la solución. «Pienso que tanto la federación como los clubes deben dar a conocer más a sus luchadores veteranos y emblemáticos, que se sepa quiénes son, motivarlos, como en otros deportes que además se les respeta muchísimo y en la lucha no pasa. A los más viejos no se nos conoce. Creo que además han de estar con la base, como decía Johan Cruyff, que los grandes veteranos han de enseñar a los niños y con la lucha debería ser igual. Hoy día le dices algo a un luchador o le vas a enseñar algo y te dicen que no eres nadie para eso. Por ello hay que coger a los niños desde pequeños», razona.

El Maninidra actual celebra su 75 aniversario y sus hijos están en la parte directiva del club. «Estoy comprometido con mis hijos a echarles una mano en lo que haga falta. En este club a las leyendas se les respeta y a los veteranos se les escucha».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Noticia patrocinada

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios