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Jesús Gutiérrez
Lunes, 11 de septiembre 2023, 19:33
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El 11 de septiembre estaba marcado en rojo en el calendario de Marc Márquez como si se tratase del 'día D' para su futuro. En el test de Misano las fábricas descorchan por primera vez sus prototipos para la temporada siguiente. No quiere decir que las motos que se ponen en marcha en el circuito italiano sean los modelos definitivos de 2024, pero sí marcan un camino a seguir. Una vía en la que se ha trabajado durante el curso, ya que las limitaciones reglamentarias a la hora de evolucionar las mecánicas durante la temporada (los motores se sellan en el primer gran premio del año y ya no se pueden tocar) dejan a los ingenieros con poco margen de desarrollo.
Con los resultados en la mano, la Honda 2023 ha sido la peor MotoGP que han fabricado los japoneses en su historia. Una moto que ha frustrado a todos los que la han conducido y en especial al piloto franquicia de la marca, Marc Márquez. Hasta el punto de que su continuidad la próxima temporada está más en entredicho que nunca. El piloto español condicionó su decisión de seguir en el proyecto a las sensaciones que le dejara el nuevo prototipo. «No quiero promesas, quiero hechos», decía el fin de semana. Y los hechos son tozudos, de momento. Pese al cambio de concepto que ha hecho Honda, los problemas de agarre y de tracción siguen presentes.
«Sí que es una moto diferente en la posición de pilotaje. A nivel de sensaciones, afrontas las curvas de una forma diferente, pero su rendimiento y el tiempo por vuelta, que es el que manda en este deporte, sigue siendo el mismo», comentaba este lunes visiblemente decepcionado el piloto de Cervera en comparecencia con la prensa. Unas sensaciones que compartía al otro lado del box su compañero Joan Mir, que sentenciaba: «No es lo que queremos para el año que viene».
Tanto Márquez como Mir tienen firmados contratos hasta finales de 2024 y a día de hoy sería muy arriesgado asegurar que la alineación del equipo Repsol Honda vaya a ser la misma. En las últimas semanas Márquez había sido muy críptico contestando a la pregunta de si defendería los mismos colores la próxima temporada. Pero ya no niega la posibilidad de una ruptura, amistosa o no, con la marca con la que debutó en la categoría reina del motociclismo en 2013 y con la que ha logrado seis títulos de campeón del mundo de MotoGP.
«Hay un plan A, un plan B y un plan C. Tengo los tres planes, las tres ideas muy claras y también tengo muy claro lo que tiene que pasar para cada uno de ellos», explicaba en Misano nada más bajarse de la decepcionante Honda. Las tres vías que mantiene abiertas el piloto catalán serían: cumplir el contrato con Honda hasta la próxima temporada, rescindirlo de un modo 'amistoso' y fichar por el equipo Gresini para pilotar una Ducati satélite junto a su hermano Álex, y tomarse un año sabático y no competir en 2024… Esos son los planes que ahora mismo están en la cabeza de Marc y que, según él, solo comparte con su gente «de máxima confianza». «Lo saben una o dos personas nada más».
La decepción va por barrios
Aunque todas las miradas estaban centradas en el box del Repsol Honda, el test era igual de crucial para Yamaha. Su situación no es tan precaria como la de sus compatriotas, pero también urge dar un paso adelante y por lo probado en el test de Misano, éste tampoco ha llegado. «Esperaba mucho más de este test», manifestaba Fabio Quartararo, cuya decepción con su nueva moto también era evidente y que también está atado contractualmente con su marca hasta 2024.
Mucho menos decisivo era esta prueba para las fábricas europeas, que lideraron la tabla de tiempos con Marini (Ducati), Viñales (Aprilia) y Binder (KTM) al frente. Los austríacos sí que trajeron un nuevo chasis de fibra de carbono con el que corrió Dani Pedrosa el fin de semana. Y en Aprilia también había novedades en su bastidor y en la electrónica. En Ducati pudieron tomarse el test mucho más relajado, sin grandes novedades, muestra de que llevan los deberes al día. De hecho, ni el campeón, Pecco Bagnaia, ni el tercero de la general, Marco Bezzecchi, rodaron en Misano para no castigar más su maltrecho físico. Mientras unos tenían su 'día D', otros tenían su día libre.
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