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David Sánchez de Castro
Jueves, 28 de noviembre 2024, 18:02
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El Circuito Internacional de Losail alberga este fin de semana el Gran Premio de Catar, la penúltima cita de una temporada de Fórmula 1 que ha tenido de todo y que, bajo el tamiz netflixiano, puede calificarse de épica. Con un dominio aplastante de Max Verstappen al inicio y sufrimiento al final contra un Lando Norris que se desinfló, luchas estratégicas entre equipos hasta el punto de tener siete ganadores distintos -todos los de los 'grandes', excepto Sergio Pérez- y, más recientemente, tensiones internas que han encendido aún más la atmósfera en la parrilla. Con el campeonato de pilotos ya decidido en favor del neerlandés, los focos se centran en los equipos, las rivalidades y las historias por resolver en un trazado que siempre brinda sorpresas bajo los focos nocturnos.
Y es que de las batallas que quedan pendientes en estas dos últimas citas del campeonato de 2024, Ferrari llega a Catar con un ambiente caldeado tras el choque emocional y casi físico que se vivió en el GP de Las Vegas. Carlos Sainz y Charles Leclerc, compañeros de equipo hasta dentro de dos semanas pero rivales en pista desde hace años, protagonizaron un episodio que dejó en evidencia las fricciones internas del equipo de Maranello. De aquella refriega ambos pilotos se vieron inmersos en una lucha directa que, si bien no perjudicó las aspiraciones de la Scuderia para mantener su posición de aspirante al título de constructores, sí denotó la mala sangre que hay entre ambos pilotos.
Mientras Leclerc buscaba un podio que parecía al alcance, Sainz insistió en mantener su posición sin ceder lo que, en justicia, era suyo. Ese pique derivó en una pérdida de tiempo crucial para ambos, ya que ni uno alcanzó el podio ni otro pudo aspirar a ser más que tercero. Aunque desde Ferrari trataron de minimizar el incidente públicamente, en el paddock no se habla de otra cosa. ¿Será Catar el escenario donde estos dos pilotos nada amigos puedan resolver sus diferencias en pista, o la tensión se trasladará de nuevo fuera de ella?
Para Sainz, quien ha demostrado consistencia y ambición a lo largo de la temporada pese a que le han escupido, esta carrera representa una oportunidad de reafirmarse de nuevo ante los que le expulsan. Por su parte, Leclerc buscará reivindicarse y demostrar que sigue siendo el piloto en el que Ferrari confía para el futuro, pese a que Lewis Hamilton le vaya a complicar mucho las cosas, previsiblemente, a partir de enero.
En buena medida, la ausencia de presión para Verstappen, que no se juega nada, puede ser garantía de incertidumbre y show. El de Red Bull llega a Losail sin nada que perder y con todo que ganar en términos de espectáculo. Después de coronarse campeón del mundo por cuarta vez consecutiva, Verstappen ha demostrado que incluso en los momentos donde ya no tiene nada que demostrar sigue siendo un competidor feroz. Las últimas carreras le han mostrado batallador como siempre, pero sin el peso de los números en juego podríamos ver a un Verstappen más relajado y dispuesto a asumir unos riesgos que en Las Vegas esquivó.
Para Red Bull, la misión ahora es intentar sostener su candidatura al título de constructores, del que está prácticamente fuera. La ausencia de un paupérrimo Sergio Pérez, cuyo mejor resultado desde verano han sido varios sextos puestos, privará a Red Bull de la gloria también en el apartado de escuderías, donde de momento tiene ventaja McLaren. Salvo imprevisto, este fin de semana estarán de nuevo por delante y se colarán en la batalla con Ferrari, Mercedes y el flamante nuevo tetracampeón del mundo.
El que no estará arriba, salvo máxima sorpresa, será Fernando Alonso. El piloto asturiano llega a Catar tras una temporada que se le está haciendo muy cuesta arriba, En Las Vegas los Aston Martin fueron lentos sin paliativos, convertidos casi en el séptimo u octavo equipo de los diez de la parrilla, y solo una estrategia tan arriesgada como irremediable le permitieron ilusionarse con el escaso premio de un punto. En Catar, donde Alonso volvió al podio en 2021 después de un impás de siete años, tratará de minimizar las notables carencias que el Aston Martin AMR24 ha demostrado a lo largo de toda la temporada.
Este será el último fin de semana del año con formato sprint, en un escenario donde no parece que sea el más propicio para el espectáculo. Si bien Catar no es tan anodino como Abu Dabi, donde se viaja para el broche final de la temporada, la ausencia de motivación para los de arriba en el ámbito personal puede lastrar el interés en la cita.
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