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Max Verstappen celebra su victoria en el podio de Bakú. reuters
Ferrari consuma el peor resultado posible en Azerbaiyán
Mundial 2022

Ferrari consuma el peor resultado posible en Azerbaiyán

Leclerc y Sainz abandonaron y Verstappen se llevó la victoria por delante de su compañero Sergio Pérez, con Alonso de nuevo séptimo

david sánchez de castro

Madrid

Domingo, 12 de junio 2022, 11:38

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Quien más, quien menos, en el paddock de la Fórmula 1, hace sus predicciones en la previa de cada gran premio. Que si este equipo va mejor o va peor, que si este piloto está así o asá… Muy pocos, por no decir prácticamente nadie, habrían previsto el resultado del GP de Azerbaiyán disputado este domingo. Para los 'tifosi', fue el peor botín posible. Dos abandonos, en ambos casos por sendas averías, y un doblete de sus máximos (¿y únicos?) rivales. Ni Charles Leclerc ni Carlos Sainz acabaron la carrera de la octava cita del Campeonato del Mundo, y eso que el monegasco salía desde la pole. Una vez más, la mala suerte se cebó con los dos corredores que representan a Maranello y ya son varias veces esta temporada.

En el caso de Sainz ni siquiera fue una sorpresa, ya que las expectativas son tan bajas sobre su rendimiento en comparación con el de Leclerc que a poco que siga sus pasos ya se da por bueno. No es lo deseable, ya que muchos querrían ver al Sainz que superó a su teórico jefe de filas en 2021, pero es lo que hay. Las ojeras que van a tener muchos responsables de Ferrari este lunes no se deberán a que hayan trasnochado por seguir, por ejemplo, las 24 horas de Le Mans, o porque hayan salido a bailar hasta altas horas de la madrugada. Será un insomnio por preocupación porque no saben ni qué justificar.

La avería del sistema hidráulico del F1-75 de Sainz fue un simple problema que, aunque en un momento crítico, no supone más que un pequeño bache. Mucho peor fue lo que le pasó a Leclerc, quien una vez más, se encaminaba a una carrera cuya pole no habría convertido en victoria. La rotura del motor del que es, en teoría, el aspirante con suficiente quórum en Italia como para considerarle digno de ser el candidato a llevarles al título de nuevo no entraba en los planes. Como tampoco perder la posición con Sergio Pérez, que está en modo 'ataque' desde que se ha visto capaz de imponerse a Max Verstappen… y hasta de guardarse como debe. Porque en Bakú, aunque los de Red Bull fueron los vencedores, el piloto mexiano aceptó las siempre ingratas órdenes de equipo. Un pacto de no agresión, problemas de 'blistering' y una consecuente aceptación de las jerarquías, le permitieron conservar el segundo puesto, pero no pelear por la victoria. No le hizo falta. En cuanto abandonaron los dos Ferrari, la estrategia de Red Bull fue evidente: aguantar y amarrar el doblete. No podían permitirse el lujo de no aprovechar semejante regalo de la Scuderia.

Poco más tuvo un GP de Azerbaiyán que, por primera vez desde que entró en el calendario, no tuvo coches de seguridad. Pese a que estos coches son mucho más anchos y propicios al error, no hubo golpes contra el muro ni nada similar. Se vivió una carrera razonablemente tranquila en la que, una vez más, y van ocho, George Russell sacó petróleo en forma de podio. Un nuevo tercer puesto para el británico, esta vez por delante de Lewis Hamilton, que acabó con la espalda destrozada por culpa del temible 'porpoising'. El heptacampeón puede incluso perderse la carrera de Canadá si el dolor que padeció durante este domingo no se le pasa.

Alonso, otro séptimo

Fernando Alonso tenía como objetivo puntuar y lo logró. No se le puede pedir más, visto que el sitio del Alpine es el que es. Salió desde el décimo puesto, gestionó de manera razonablemente buena la estrategia (sin nada del otro jueves) y cuando tuvo que atacar, lo hizo. Eso, unido a los abandonos de los Ferrari y a una buena estrategia -estiró su parada más que sus perseguidores-, con el objetivo de evitar los problemas de desgaste que luego en otros pilotos se vieron.

Al final incluso el piloto asturiano demostró sus buenas capacidades defensivas al sujetar a los McLaren en las últimas vueltas, especialmente a Daniel Ricciardo, que soñó con adelantarle y se quedó con las ganas. El séptimo puesto de Bakú es un buen resultado que le hace igualar el logrado en Mónaco y, además, le permite sumar por tercera carrera consecutiva. No es el objetivo soñado, pero sí el necesario.

Carlos Sainz: «Es una faena, pero a los demás también les llegarán días así»

Carlos Sainz intentaba extraer alguna conclusión positiva, aunque después de un doble abandono, apuntalado por el resultado de Red Bull, era complicado. «Es una faena para todo el equipo. También por lo que le ha pasado a Charles, pero es así. Esto es Fórmula 1 y siempre va a haber días difíciles y días mejores», señalaba el piloto español de Ferrari tras la avería hidráulica que le dejó fuera. «Es un día también para animar a todo el equipo, a todos los ferraristas. Creo que es un día duro para todos, pero también hay que intentar ser positivos, pensar que todavía queda mucho campeonato y que van a llegar días así también a los demás», intentaba animarse el madrileño. La estrategia del equipo era clara. «Estábamos haciendo un inicio de carrera muy tranquilo, intentando guardar neumático, porque sabíamos que hacía mucho calor. Me habían pedido desde el equipo que intentara alargar esa primera parada, entonces iba guardando mucho neumático, para atacar luego. Justo cuando iba a empezar a tirar se nos ha ido la hidráulica», relató Sainz, que sumó su tercer '0' del año.

Fernando Alonso, sin embargo, se mostró satisfecho tras su tercera carrera consecutiva en los puntos y dejó claro que esto no ha hecho más que empezar. Después de sumar solo dos en las primeras cuatro carreras, el asturiano ha logrado multiplicarlo por ocho en las últimas tres. La racha que empezó en Barcelona le permite ser optimista para una cierta mejoría, especialmente porque en Azerbaiyán igualó el resultado que obtuvo en Mónaco. «Hicimos una buena salida, una buena estrategia, una buena parada en boxes. Cuando haces eso en Bakú, normalmente ganas alguna posición por el caos que se genera delante de ti», explicó Alonso, antes de ahondar en la idea general de la carrera. «Sufrimos más de lo que esperábamos con los neumáticos. Teníamos muy poca carga aerodinámica. En la recta íbamos muy rápidos y eso nos favoreció para mantener posición, pero al mismo tiempo creo que nos hizo desgastar mucho los neumáticos. Para mí, mantener las ruedas traseras con vida fue el mayor reto hoy», relató. Precisamente por ese sufrimiento final con las ruedas le preguntaron sobre si McLaren quería hacerle fallar. «Improbable», se reivindicó Alonso. «Sabíamos que teníamos este extra de velocidad y sabíamos que esperaban algún fallo, pero intentaba hacer siempre bien las tres últimas curvas, con calma. Creía que podía mantener la posición», zanjó al respecto.

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