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ÓLIVER SUÁREZ ARMAS
Las Palmas de Gran Canaria
Jueves, 15 de octubre 2020, 01:00
La hora de pasar de las palabras a los hechos, de dar sentido al discurso que toca la fibra, que prometía diversión, carácter y sentimiento. Ese que, más allá de los resultados, aseguraba que se sentiría orgullo por la demostración de implicación y compromiso sobre el parqué y por la propuesta atrevida y valiente de un Porfi Fisac que dejó huella en Zaragoza. Pero no hay ni rastro aún de corazón ni de resultados, con un Herbalife Gran Canaria que marcha sin rumbo, descabezado y sin alma en un inicio de la Liga Endesa tremendamente decepcionante.
Un triunfo agónico ante el RETAbet Bilbao Basket en el recinto de Siete Palmas (107-102) y tres correctivos sonrojantes ante el Hereda San Pablo Burgos (92-66), Casademont Zaragoza (88-71) y Real Madrid (65-90) han enviado al plantel claretiano, con un diferencial inesperado de menos 69 puntos, al vagón de cola de una competición doméstica que no perdona.
Tras otro tropiezo contundente (84-68) en la pista del Cedevita Olimpija Ljubljana esloveno el martes para acabar con la imbatibilidad en el grupo D en la EuroCup, el Granca cambia el chip con la necesidad de no fallar hoy (19.30 horas, Movistar Deportes -dial 53-) ante el Movistar Estudiantes de Javier Zamora, un compañero de viaje en la zona baja con el mismo balance de 1-3 y que también quiere pescar ante los amarillos, inflado de moral después de imponerse en el derbi ante el Urbas Fuenlabrada (81-82) en el retorno del talentoso Alessandro Gentile.
Condicionado por la baja por lesión del escolta internacional italiano Amedeo Della Valle, el factor diferencial del presente proyecto deportivo que lidera el isleño y excolegial Willy Villar en los despachos, el combinado claretiano se ve obligado a dar un paso adelante, a mostrar otra cara y otra actitud en una cita determinante en pleno mes de octubre. Y es que una derrota en el WiZink Center alimentaría los fantasmas con el Unicaja a la vuelta de la esquina.
El calendario no da tregua y urge reaccionar para dar señales de vida, para no descolgarse en la clasificación, para mandar un mensaje de esperanza y optimismo y, sobre todo, para recuperar la fe en un proyecto que ilusionó a propios y extraños.
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