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Igor Barcia
Martes, 22 de agosto 2023, 19:30
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Burkina Faso tiene pocos motivos para celebrar. Es uno de los países más pobres del mundo, con la esperanza de vida más baja, con una importante crisis política y donde la lucha por encontrar alimentos y agua se hace cada vez más complicado. Pero el atletismo da lugar a historias y alegrías como la de Hugues Fabrice Zango, que el lunes se consagró como campeón del mundo de triple salto. Zango, de 30 años, aprovechó su momento. En un concurso sin Pichardo o Christian Taylor y donde Jaydon Hibbert, el gran favorito, se lesionó en el primer salto, el título quedaba muy abierto y el saltador africano lo aprovechó a la perfección. Con una marca de 17,64 metros superó a los cubanos Lázaro Martínez y Cristian Nápoles y añadió un oro al bronce que consiguió en los Juegos de Tokio, además de la plata y el bronce en los anteriores mundiales.
Su historia tiene mucho que ver con un golpe de suerte. En un país con tantos problemas, Zango contaba en 'Olympics' como llegó al atletismo. «Empecé un poco por casualidad. Los principales deportes en Burkina Faso son el fútbol y el ciclismo. No se oye mucho sobre atletismo. Pero en 2011 me vieron participando en un concurso escolar. Durante este evento, un entrenador del Estadio 4 de Agosto, uno de los únicos estadios con pista de atletismo en el país, vio que yo podía hacer un buen saltador». Con él entrenó hasta 2015 y en 2016 decidió probar la aventura europea. «Me mudé a Francia y entrené durante dos años con un entrenador local». Allí decidió escribir por redes sociales a Teddy Thamgo para pedirle ayuda. Dio la casualidad que su entrenador también conocía a la estrella francesa de tripe salto, y comenzó a entrenar con él.
Zango vive en el norte de Francia, donde se ha integrado perfectamente. Estudiante en la facultad de Ciencias Aplicadas de la Université d'Artois, forma parte del equipo local Artois athlétisme. Allí, el saltador se forma para regresar a su país en el futuro. «Lo que quiero es ser profesor. En nuestras universidades, especialmente en disciplinas técnicas como ingeniería eléctrica o mecánica, sólo tenemos profesores extranjeros. Mi objetivo es estar entre los primeros docentes locales, para compartir mis conocimientos con estudiantes de mi país». Todo un orgullo para Burkina Faso.
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