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Los desafíos eran normales entre los aborígenes canarios y los bereberes.
La lucha addarui como origen certero de lo que hoy se ve en los terreros

La lucha addarui como origen certero de lo que hoy se ve en los terreros

Lucha canaria ·

Las últimas investigaciones acreditan que esta modalidad que practicaban las tribus fue el germen del actual deporte vernáculo

Pedro Reyes

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 13 de abril 2024, 17:40

En el año 2014, en su libro Origen e historia de la lucha canaria, Francisco Javier García Miranda dejaba entrever la posibilidad de que la lucha canaria de los aborígenes isleños tuviera su origen en la lucha bereber, en concreto de la lucha addarui.

El libro Historia de la lucha canaria, versión infantil (2019) lo confirmaba en sus páginas, además de encontrar la razón y causas de los cambios en la manera de luchar tras la conquista. Una nueva investigación finalizada recientemente lo ha corroborado en su totalidad.

Los bereberes, así le llamaron los romanos porque no sabían latín, eran un pueblo que, en el Neolítico, se dedicaban a la caza vivían en el norte de Asia. De hecho, su idioma es afroasiático. Bajaron hacía el sur del continente y se ramificaron. Una gran parte giraba hacia la derecha y ocupaba el norte de África, desde Egipto hasta las Islas Canarias y unos pocos marchaban en sentido opuesto, por el sur de Asia. Pasaron de ser cazadores a pastores en su peregrinar y así han permanecido a lo largo de los años. Esta es una de las diferentes teorías del origen bereber ya que según, si son europeos o sus propios historiadores quien lo cuentan, las hipótesis divergen.

Llegaron a las Islas Canarias en varias oleadas. Todavía se sigue dirimiendo si de manera forzosa o voluntaria, aunque el hecho de que no tuvieran conocimientos en el arte de la navegación, lleva a las dudas en las investigaciones. Una de las teorías occidentales es que fueron abandonados aquí por los romanos, al ser tribus que se enfrentaron al poder de Roma. Esta visión tiene el pero de que, en cada isla, había una tribu diferente, con un idioma diferente, hasta 33 hay entre la etnia líbico bereber o imaziguen, como quiere que se les llame desde 1950, que significa hombres libres.

¿Por voluntad propia?

El investigador e historiador francés, especialista en África Jean Paul Canamas, en su ensayo sobre el poblamiento de Canarias, tiene otra hipótesis : una vez que Juba II, rey de Mauritania, descubriera las islas e hiciera una inspección en las mismas para extender sus dominios, con el permiso de Roma, ya que estaba casado con la hermana de Cleopatra, llevaría, de manera voluntaria y con sus barcos de guerra, ya que eran grandes navegantes y por el Atlántico , a las diferentes islas , familias, semillas y animales para poblarlas y establecer su dominio físico sobre ellas.

Sí parece cierto que, al menos en una ocasión, los romanos dejaban aquí a un grupo de bereberes castigados, posiblemente en La Gomera y con las lenguas cortadas, como una manera que tienen algunos investigadores europeos de explicar el silbo gomero, cuando ya es sabido que el silbo fue algo más común en otras islas, aunque solo prevaleció en la isla colombina y algo en El Hierro, pero en toda la provincia occidental y en Gran Canaria, el silbo fue utilizado como medio de comunicación.

Canamas llega a escribir: «¿Por qué exiliar tan lejos, movilizando grandes medios, a tribus rebeldes, cuando los reyes de Mauritania o los romanos podían desplazarlas por territorios que controlaban perfectamente? Si se quería aislarlas, no faltaban islas desiertas en el Mediterráneo al alcance de la mano. No era necesario emprender una larga y costosa expedición de 1.500 a 2.000 km en el Atlántico para hacerlo».

Las teorías y las hipótesis están ahí, pero lo que sí está acreditado es que la lucha que practicaban estas tribus se dividía en la Addarui y la Maabza Aljeld. La segunda se realizaba sobre una piel de vaca y consistía en que uno los luchadores debía sacar al otro de la misma, pero no hay constancia de que se practicara en Canarias. Por el contrario, la addarui es el verdadero origen de la lucha canaria, que se realizó en la época prehispánica y solo basta compararlas, más en profundidad para llegar a esa conclusión sin ninguna duda.

Addauri

Si se analiza la lucha addarui se observa que se practicaba, fundamentalmente, por las fiestas, aunque también se podía realizar por un desafío, por el honor de una familia o para dilucidar una disputa. El combate se realizaba en un terrero circular de arena y los luchadores, antes de entrar al mismo, lanzaban arena al cielo. La lucha era cuerpo a cuerpo y solo tenían tapadas sus partes como vestimenta, además de ir descalzos. Los ganadores eran reconocidos en la tribu y alcanzaban prestigio social. La manera de luchar constaba en derribar al adversario con alguna técnica e inmovilizarlo en el suelo. Entrenaban corriendo entre piedras para al hacerse las grietas mantenerse de pie mejor. Esta lucha ancestral sería, con los años, la madre de muchos tipos de luchas en el mundo.

En el recorrido de los bereberes, desde que bajaron del norte al sur de Asia y siguieron diferentes caminos, se puede encontrar que por los lugares donde pasaron existen en la actualidad luchas similares que hacen pensar que esta lucha es el principio, el origen, al menos en esas zonas geográficas, solo con los pequeños cambios normales, por la evolución humana.

La lucha de Bokh de Mongolia, la Ssirum coreana, la Kushti India paquistaní, la Yaris gures turca; la egipcia; la Lamb senegalesa, la lucha morisca, la leonesa, la Galhofa portuguesa y la canaria tiene su origen en la lucha addarui.

Esa es la gran conclusión de la última investigación, y para ello solo basta comparar cómo eran dichas luchas en la Edad Media con la lucha addarui y ver que, salvo pequeños detalles, fundamentalmente cuando finaliza la agarrada, es prácticamente la misma y además se luchaba por las idénticas razones.

Canarias

Todas las razones que llevaban a practicar la lucha canaria son las mismas por las que se luchaba en la lucha addarui. Y la manera de luchar, también, incluso entrenaban mucho físicamente. Los isleños aportaron con el paso del tiempo dos detalles. Primero, completaron la manera de luchar con tres piedras de sílex en la mano izquierda, como indicaba Torriani a final del siglo XVI. La causa más lógica de esta circunstancia es que los indígenas isleños tenían aversión a la sangre, no en vano los carniceros era la profesión más detestada y denostada, considerándolos ciudadanos de segunda, que además no podían entrar en las casas. Las piedras se usaban para arañar y con ello lograr que emanara un poco de sangre y, así, de alguna manera cohibir o amedrentar al adversario.

El segundo detalle añadido fue el ponerse grasa en el cuerpo, en esos años era forma de manteca, para que el contrario tuviera problemas en el agarre. Esto no es bereber, pero ya lo hicieron también varias luchas similares, como la Lamb senegalesa o la lucha turca, al menos en la Edad Media, como lo corroboran los Juegos de Aben Humeya en Purchena, antes de la expulsión de los moriscos, organizando una especie de olimpiadas en las que había lucha, entre otras pruebas. Los otomanos que participaban se untaban el cuerpo de grasa para la misma razón, pero no se nombra que también lo hicieran los moriscos.

Posteriormente, con la conquista de las Islas Canarias, ni clero ni nobles querían que los indígenas lucharan como lo hacían, ni guardaran sus costumbres e intentaron que desapareciera.

A pesar de ello, Alonso Fernández comunicaba a las tropas de todas las islas, al final del siglo XV, que podían hacer luchas amistosas con los naturales, con el objetivo de limar asperezas y ganarse su confianza.

Para su desarrollo, hubo de llegarse a un acuerdo en las normas y por ello, aunque en las primeras los canarios iban desnudos, solo con el taparrabo, en poco tiempo y por tema religioso, se les obligó a ir vestidos, al menos con una camisa y pantalón. También se les quitaron las tres piedras de sílex de la mano izquierda. Lo más importante fue la manera de finalizar la lucha.

El mayor número de moriscos bereberes en las filas de los conquistadores determinó que, con la caída, se finalizaba la brega, como se lucha en la morisca, una vez que toque la arena con una parte del cuerpo que no sea los pies. Estas circunstancias también se confirman en 1527, en la luchada por el nacimiento de Felipe II, realizada en La Laguna.

La lucha siguió desarrollándose gracias a los campesinos, ya que se instituyeron para las fiestas y, aunque la llegada del dinero en 1852, primera luchada acreditada hasta la fecha, en la que se pagaron a los luchadores y el público primaría a los mismos con dinero por su actuación.

Aquí se dividieron en luchadores amateur, que competían en las fiestas de los pueblos, y los profesionales, que lo hacían normalmente en circos, teatros o recintos cerrados en los que se cobraba una entrada y los luchadores recibían compensaciones económicas, coincidiendo en ocasiones también con las grandes fiestas en Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife y La Laguna.

En 1943 se constituyó la primera Federación Canaria de Lucha, con sede en Tenerife, aunque dependiente de la Federación Española y las normas cambiaban, pues se constituían equipos de doce luchadores, se eliminaban los jueces por los árbitros y de los diferentes agarres que existían en cada isla, se intentaba unificar, eligiendo la mano abajo, el del lugar donde se constituyó la federación y son las normas que prevalecen, con los propios cambios normales de los años, hasta la actualidad.

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