Ahora está de regreso a su tierra para participar como estrella invitada este sábado en The Battle Championship, una velada de peleas de artes marciales mixtas que tendrá lugar en el Gran Canaria Arena.
Y él, un desconocido en la ciudad que le vio nacer pero estrella consagrada en Oceanía, se toma este reto «lleno de ilusión y motivación» porque, como presume, «ser canario es algo que se lleva en el corazón por muchos años fuera y kilómetros de distancia».
«Me pone muy feliz regresar a casa, aunque aquí casi ni he peleado. Es una sensación un poco rara porque más de media vida la he pasado en Tailandia, donde hice todo lo que me ha permitido estar en un lugar privilegiado del deporte que me cautivó siendo un niño. Mi hijo, además, nació allí. Pero, a la vez, siempre he tenido muy presente mis orígenes. Mi familia vendrá a verme y eso ya es para mí un motivo increíble para dar lo mejor que tengo en este evento», argumenta.
Ese aliciente de ser profeta en Gran Canaria, algo que no ha sido posible hasta ahora, le empujó a aceptar un reto que asume «con una ilusión tremenda», lo que anticipa su mejor versión en un día que lleva esperando largo tiempo.
«He tenido la suerte de hacer realidad todo lo que pensaba cuando empecé siendo un adolescente y sacrificándome al máximo, dejando atrás a la familia y todo mi entorno para aceptar todas las exigencias del muay thai. Y no me arrepiento. Haría lo mismo si volviese atrás. Ahora regreso y quiero que la afición vea todo lo que doy cuando compito», anticipa.
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