Gimeno, el niño «de talento innato en el aire» que se forjó en el Metropole
Natación ·
Quique Martínez, prolífico entrenador de estrellas, recuerda los inicios del flamante subcampeón mundial en el club capitalinoDesde niño mostró Carlos Gimeno, hoy en boca de todo el mundo por su flamante e histórica plata mundialista en Singapur en saltos de gran altura, «un talento innato en la orientación en el aire«, cualidad exclusiva y que le hizo diferencial en sus inicios en el Metropole. «Hay estudios que relacionan al cerebelo con esa capacidad de equilibrio en el vacío y que no todos desarrollan.
Carlos la tenía y eso saltaba a la vista«, razona Quique Martínez, prolífico formador de talentos en el club capitalino, hijo de una leyenda de la piscina del mismo nombre y que adiestró al subcampeón mundial en dos etapas diferentes: la de niño «desde los ocho-nueve años» y una posterior, «ya cuando se metió de lleno en el circuito Red Bull y quería, sin rodeos, ser campeón mundial«.
Así se lo dijo a Quique Martínez en su retorno a Gran Canaria tras una etapa en el extranjero, como recuerda el técnico. «Tenía las cosas claras, pretendía ser el mejor y, sabiendo que reunía esas capacidades, iniciamos un ciclo de trabajo, ya en edad adulta, muy fértil y en el que los resultados fueron óptimos. De hecho llegué a acompañarlo a una competición en Doha, donde comprobamos su evolución brutal«, añade el entrenador.
Evolución imparable
A Martínez no le sorprende el logro del que ha sido su pupilo en aguas del Índico: «Su capacidad de trabajo, su tenacidad, las condiciones técnicas y mentales... Carlos lo tiene todo. Luego hay que demostrarlo y en una modalidad dificilísima, en la que hablamos de mortales hacia atrás a la ligera pero en los que te juegas literalmente la vida. Creo que su punto de inflexión, además de esa etapa en su madurez en el Metropole, vino cuando se preparó en Madrid y en una piscina con burbuja de agua, con lo que se evita el impacto con el agua, y con unos equipamientos que no teníamos aquí. Pasó de esa etapa en la que no llegaba a estar en el circuito a entrar con los mejores para quedarse«.
«Es un orgullo para todos los que le hemos visto crecer y ayudado verle con esa medalla de un valor enorme. Y no dudo de que podrá seguir rompiendo moldes, como ya hecho en Singapur, porque consigue todo lo que se propone. Ya le he felicitado porque realmente me emocionó verle en ese podio mundialista«, finaliza el que fuera su maestro y que, desde la distancia, le sigue la pista y mantiene ese vínculo que se forjó en la piscina de Ciudad Jardín décadas atrás.