Europa sufre pero triunfa en Nueva York y se lleva la Ryder Cup
Estados Unidos redujo la gran ventaja del Viejo Continente, que alza su título número catorce, el quinto en territorio enemigo
Carlos Nieto
Domingo, 28 de septiembre 2025, 23:03
Europa volvió a ganar trece años después una Ryder Cup en Estados Unidos. De aquel milagro inolvidable de Medinah, con José María Olazabal de capitán, ... Sergio García de baluarte y el recuerdo de Severiano Ballesteros, fallecido en 2011, se ha pasado ahora a la camaradería de un equipo la mar de compenetrado bajo la batuta de Luke Donald, que dirigió a once de los doce jugadores que en 2023 levantaron el título en Roma, incluido Jon Rahm. Solo cambió un nombre, el del debutante Rasmus Hojgaard por su gemelo Nicolai, por lo que la base era la idéntica frente a un combinado americano que hizo la guerra por su cuenta y que pagó no solo el hecho de tener a cuatro 'rookies' en el vestuario sino la falta de liderazgo.
Estados Unidos jugó la carta del público, a su favor como no podía ser de otra forma, y este respondió en muchas ocasiones con la ausencia de 'fair play'. Insultos a jugadores europeos, abucheos cuando fallaban... Se encomendaron a los miles de aficionados que abarrotaron Bethpage Black Course, campo que se volvió muy bravo en su desenlace. No llovió todo lo que se esperaba y el sol secó los greenes, convertidos en mesas de ping pong. Fueron varios los jugadores que sufrieron tripateos, entre ellos un Rahm que cayó en su duelo particular ante Xander Schauffele.
Salió el español en la zona media. A diferencia del capitán americano, Keegan Bradley, que alineó a sus hombres más fuertes en las posiciones cabeceras con el objetivo de asegurar puntos, Donald movió a sus chicos con la esperanza de que, si la Ryder se complicaba, alguno demostrara su superioridad ante rivales más débiles. Así, Rahm salió el sexto y los últimos fueron Hatton y MacIntyre. Por delante bazas como Rose y McIlroy junto a sorpresas como Fitzpatrick. Y una baja, la de Viktor Hovland, con problemas en el cuello, dio medio punto a cada uno al no poder medirse a Harris English. Así lo dicta la norma.
La partida de ajedrez sonrió primero a Bradley. Cameron Young, su mejor jugador esta semana, doblegó en el último hoyo a Justin Rose en un duelo en el que ambos se remontaron. Idéntico nudo y desenlace tuvo la historia de Justin Thomas con Tommy Fleetwood, en la única derrota del inglés tras cuatro victorias. El tercer punto consecutivo para el delirio de la grada lo firmó Schauffele al superar por cuatro hoyos a Rahm. Entonces el marcador estaba en un 8-12 y Estados Unidos soñaba con la remontada ante la inquietud en el bando europeo.
Fue entonces cuando Ludvig Aberg tranquilizó a los suyos. El sueco mantuvo a raya a Patrick Cantlay para servir la Ryder en bandeja. En cuestión de un minuto acababa en tablas un duelo de infarto entre Bryson DeChambeau y Matt Fitzpatrick. El inglés llegó a ganar por cinco hoyos de diferencia, pero no sumó ningún tanto desde la séptima bandera ante el empuje de El Científico, empeñado en llevar en volandas a los suyos. 8,5-13,5 y Europa solo necesitaba medio punto para impedir la gloria del combinado de las barras y las estrellas. El foco recayó en Rory McIlroy, que se midió a Scottie Scheffler. Los dos mejores del mundo, cara a cara. Llegó el norirlandés uno abajo al último hoyo y no pudo convertirse en el héroe.
En ese momento solo quedaban cinco partidos en juego y uno estaba cuesta arriba: el de J. J. Spaun ante Sepp Straka. Otro que no tardó en caer del lado americano. Por delante ya solo cuatro y Russell Henley dominaba a Shane Lowry. Fue el quinto partido en llegar al último hoyo. El estadounidense tenía un tanto de ventaja y ambos tuvieron un putt similar. Pateó primero Henley. Si lo metía, ganaba el punto y añadía más presión. Pero lo falló y le dio una oportunidad a Lowry, que no perdonó y salvó a Europa de lo que podía haber sido un buen apuro.
Nueve a tres desde 2000
El irlandés será anfitrión de la competición dentro de dos años, en Adare Manor, y lo hará convertido en toda una institución de la Ryder. Como ya lo son McIlroy (seis títulos), Rose (cinco), los veteranos de una generación dorada que promete más alegrías de la mano de los Rahm, Fleetwood, Hatton, todos ellos con tres coronas de cuatro intentos, y jóvenes ya consagrados como Aberg, Hovland o MacIntyre.
Europa, que desde el año 2000 suma ya nueve títulos por los tres de Estados Unidos, levanta su Ryder número catorce, la quinta en territorio enemigo tras Ohio 1987, Nueva York 1995, Michigan 2004 y Medinah (Chicago) 2012.
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