El atletismo canario recuerda a Pepe Espino en el primer aniversario de su fallecimiento
Emocionado homenaje a una de las figuras deportivas más queridas y trascendentales de Fuerteventura
Este sábado, familiares, amigos y gente del atletismo nse reunieron en el parque de Morro Jable que lleva su nombre para rendir homenaje a Pepe Espino, justo un año después de su fallecimiento. La escultura instalada en su honor se convirtió en punto de encuentro para decenas de personas que quisieron recordar y celebrar el legado de una figura clave en el desarrollo del atletismo en Fuerteventura y en todo el Archipiélago.
El acto, cargado de emoción y gratitud, sirvió para reforzar la memoria de quien no solo fue un entrenador incansable, sino también un mentor, un motor del deporte base y un referente de valores como el esfuerzo, la humildad y la entrega total a los demás. La familia de Espino agradeció las múltiples muestras de cariño recibidas durante este año y destacó la importancia de mantener viva su memoria «en cada carrera, en cada entrenamiento, en cada niño que pisa una pista».
Durante décadas, Pepe Espino se volcó en formar a jóvenes atletas y en construir, desde la base, una cultura deportiva que hoy es seña de identidad de la isla majorera. Su trabajo en la Escuela de Atletismo de Morro Jable dejó una huella imborrable, tanto por los resultados deportivos como por el impacto humano que tuvo en la vida de cientos de jóvenes.
Espino fue mucho más que un entrenador. Fue un símbolo del atletismo canario, reconocido por su entrega, por su papel pionero en la organización de eventos, por su defensa del deporte como herramienta de transformación social, y por su capacidad para sembrar pasión allá donde iba. Su influencia traspasó generaciones y su figura es hoy un ejemplo para quienes entienden el deporte como una forma de vida.
El homenaje de este sábado, junto a la escultura que ya forma parte del paisaje de Morro Jable, fue también un acto de justicia con su legado. Las lágrimas, los abrazos y los recuerdos compartidos confirmaron que el nombre de Pepe Espino no solo está grabado en una placa: lo está, sobre todo, en la memoria colectiva de una comunidad que nunca lo olvidará.